Pocas veces, por no decir que ninguna, en una Comisión de Presupuestos destinada a valorar las cuentas diseñadas por el Ejecutivo, el miembro del gabinete que se examina ante el Parlamento termina dando la razón y asumiendo que no está conforme con el dinero que se le ha dado para desarrollar un área concreta. Y tampoco es habitual que hasta los gurpoas parlamentarios que apoyan al Gobierno suscriban con la oposición que las cuentas son cicateras y que deben ser enmendadas.
Ambas cosas han pasado en el Parlamento de Canarias. Y los protagonistas han sido la Cultura y la consejera de la que el área depende, Teresa Lorenzo.
“No estamos satisfechos con estos presupuestos de Cultura, que debería estar en el centro de la administración, que debería ver el valor económico que realmente tiene la cultura. Estamos de acuerdo en que es poco, pero es el Presupuesto que tenemos”, afirmó Lorenzo.
Previamente, tuvo que escuchar toda una serie de críticas a unas partidas que apenas supones 12 millones de euros y en las que, como aseveró el portavoz de Podemos, Juan Márquez, “solo crecen 11.177 euros”, lo que calificó de “ridículo” si, además, se considera que “la promoción cultural baja 405.000 euros”.
“No se pueden hacer milagros con este presupuesto, esperaba un cambio mínimo respecto al anterior Gobierno, y no lo han tenido”, insistió el portavoz de la fuerza morada.
Para Márquez, es necesario que el Gobierno responda a la pregunta de si “queremos vivir en un páramo lleno de resorts” o si se apuesta por la cultura como otra fuente de riqueza y de, incluso, oferta turística, pero con “propuestas culturales modernas, porque no somos Salzburgo”. “Nos alegramos de que venga Ridley Scott a rodar, pero ¿qué pasa con los creadores canarios?”.
Para el portavoz de Nueva Canarias (NC), el poco peso específico de Cultura en el conjunto del Presupuesto tiene una razón política clara: “Cultura y Deportes se han convertido en un comodín de las estructuras del Gobierno, un complemento para completar el reparto de los equilibrios de poder, y así les va”, no sin reconocer que su adscripción a Turismo “puede generar sinergias importantes” que hagan crecer ambos departamentos.
Hasta el nacionalista Juan Manuel García Ramos se apuntó a la “teoría de las áreas errantes”, recordando que en el primer Gobierno de Canarias, presidido por Jerónimo Saavedra en 1983, “Cultura tuvo rango de Consejería” por sí misma. Por ello, dijo a la consejera que “para ser convincentes hay que ser autocríticos”, por lo que echó en cara “la desaparición de la subvención al Ateneo de La Laguna” o que “ahora mismo hay una partida de 2,5 millones de euros en Canarias Cultura en Red congelada por lo que los autores no han cobrado por su trabajo, y estamos a 6 de noviembre”.
Por último, la socialista Víctoria Hernández dijo que “compartimos con Podemos y NC muchos elementos”, por lo que “vamos a enmendar para mejorar, para acabar con que la cultura sea el patito feo porque es una industria”.
“Cuando asumamos que la cultura es la industria del alma, los presupuestos subirán”, dijo Hernández, antes de decir que “al menos nos consolamos con los 4 millones para libros de texto, las becas para universitarios y la financiación de las universidades, porque esas medidas también contribuyen a elevar la cultura”.