SANTA CRUZ DE TENERIFE, 19 (EUROPA PRESS)
Una delegación compuesta por Teresa Lorenzo y Roberto Torres representará al baile canario en la novena edición del festival Cádiz en danza que comenzó en la localidad andaluza el día 17 y se prolongará hasta el 24 de abril, según ha informado en un comunicado la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias.
La presencia de Lorenzo y Torres cuenta con el apoyo de Canarias Crea, el programa del Gobierno Autónomo para la promoción exterior de los artistas isleños.
La bailarina Teresa Lorenzo participará en dos de los espectáculos programados para hoy, lunes 19. El primero de ellos comenzará a las 18.00 horas de la tarde en el foyer del Gran Teatro Falla, donde la canaria formará parte de los intérpretes de la pieza 'Equilibrio', responsabilidad de la Compañía de Daniel Abreu. Un poco más tarde, a partir de las 21.00 horas, la canaria ocupará la escena de la sala Central Lechera con la obra 'Llámalo como quieras', una pieza que obtuvo el tercer premio en la modalidad de solos del certamen Masdanza 09, donde además recibió el galardón a la intérprete canaria más destacada.
Además de bailarina, Teresa Lorenzo es creadora, profesora de danza contemporánea y técnica superior de audiovisuales y forma parte del laboratorio de investigación del Auditorio de Santa Cruz de Tenerife como intérprete y creadora de algunos trabajos de carácter experimental en colaboración con otros colectivos.
En lo que se refiere a Roberto Torres, director de la compañía Nómada del Teatro Victoria de Tenerife, su participación en el festival gaditano se desarrollará el jueves 22 de abril. Ese día pondrá en escena en la Sala Central Lechera la obra 'Los zuecos van hacia sus buenos hábitos'. De hecho, Torres inició a finales de enero un periplo que lo ha llevado por Bilbao, Barcelona, Santander, Valencia y Jaén, y que en breve recalará en Sevilla y Baleares.
La pieza, de Daniel Abreu, se fundamenta en el trabajo de investigación del movimiento y en el cuerpo como motor de la acción y argumento coreográfico. Abreu desarrolla las imágenes como cuadros poéticos ajenos a los argumentos narrativos explícitos, ahondando en la parte más visceral y emocional del hecho fotográfico. El resultado final es un trabajo con un formato cercano al cine que se adentra en el cuerpo y su presencia.