“Me da que lo maté”, confesó 'El Fatiga' a su hermana antes de su arresto
Los forenses sostienen que el acusado no sufre trastornos mentales
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 26 (EUROPA PRESS)
Varios testigos de la muerte de Octavio Santos Valencia en Las Palmas de Gran Canaria aseguraron hoy que “no tuvo posibilidad de defenderse” de la puñalada en el corazón que presuntamente le asestó Echedey Jesús Lorda Rivero, conocido como 'El Fatiga', la madrugada del 25 de diciembre de 2008 en la calle Córdoba en la Vega de San José.
“Todo ocurrió en décimas de segundos”, aseguró hoy la ex pareja de Santos y novia del acusado en el momento de los hechos durante la segunda jornada del juicio celebrado con Tribunal de Jurado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas contra Lorda Rivero, acusado de un presunto delito de asesinato y para quien la Fiscalía solicita 18 años de prisión.
Esta testigo negó que durante la agresión 'El Fatiga' estuviera “borracho” ni que él bebiera desde las 15.00 horas del 24 de diciembre, tal como alegó él ayer en su intervención, cuando dijo que actuó bajo los efectos de haber bebido “un botella y media de ron”, fumar “varios porros” y esnifar “cocaína”. Asimismo, negó que su entonces novio hubiera consumido drogas aquel día.
“Él había bebido, pero no estaba borracho, se había tomado unas cuantas copas, pero era consciente de lo que hacía”, indicó la joven, que recordó que Lorda Rivero tenía una “mala relación” con Oliver Santos --hermano de la víctima--.
“PARA DÁRSELAS DE IMPORTANTE”
En un momento dato durante la fiesta 'El Fatiga' subió a su domicilio para coger un cuchillo. Con el arma metida en la cintura del pantalón por la parte de atrás y tapada con la camisa, bajó de nuevo a la calle, donde, según su compañera sentimental, se lo mostró y le dijo que si aquella noche Oliver le decía algo lo apuñalaba. “Pensé que lo decía para dárselas de importante”, señaló la chica.
A pesar de que ella le pidió que dejara el cuchillo en casa, el acusado se negó y continuó en la fiesta. Aproximadamente media hora después llegó Octavio Santos, anterior novio de la testigo, con la que tuvo un hijo, y con el que el acusado mantenía una relación “cordial”.
Octavio se dirigió al acusado para pedirle un trozo de hachís y éste le dio un trozo que a Octavio le pareció poco, por eso le reclamó algo más. Se inició una discusión entre ambos, Octavio intentó propinarle un puñetazo y cuando retrocedió unos pasos y comenzó a quitarse la camiseta que vestía. En ese instante, 'El Fatiga' supuestamente aprovechó que Octavio “tenía la cara tapada con la camiseta”, sacó el cuchillo que escondía entre sus ropas y le asestó una puñalada en el pecho con la mano derecha mientras que con la izquierda lo sujetaba por el hombro“.
“Lo mato, lo mato”, gritaba Echedey Lorda, según la muchacha, que añadió que se interpuso entre ambos para evitar que le volviera a agredir y acompañó a su entonces pareja hasta su vivienda. “No sólo vi el cuchillo ensangrentado, sino que olí la sangre”, confesó. “Octavio tenía el rostro cubierto en el momento de la agresión y no vio que le iba a apuñalar”, incidió.
Por su parte, un amigo de Santos y de 'El Fatiga' manifestó que la discusión se originó por la cantidad de hachís que Lorda Rivero le iba a proporcionar a la víctima. “La puñalada alcanzó a Octavio directo al corazón, no hubo un previo forcejeo entre ambos”, añadió el testigo, que comentó que el joven de 22 años “no tuvo posibilidad de defensa”.
“ESTABA HASTA EL TOPE”
La hermana del acusado subrayó que su hermano “estaba tomado y drogado, tenía cocaína encima y alcohol”, palabras que, según la fiscal Evangelina Ríos, no había dicho durante sus comparecencias ante la Policía Nacional y el Juzgado de Instrucción número 6 de la capital. “Estaba drogado, lo sé porque conozco a mi hermano y se lo noté en los ojos, él estaba hasta el tope y lo vi consumir cocaína dos veces ese día”, apostilló.
La mujer, que se encontraba en su vivienda cuando ocurrió la agresión en la calle, contó que se despertó cuando oyó gritos de su familia en el salón y, al acercarse, vio a su hermano con un cuchillo en la mano. Después él se encerró en la habitación y, tras unos minutos, dejó que ella entrara.
“Me dijo: ”Me da que lo maté, me da que lo maté“; y yo le contesté: ”Otra cosa no te queda sino entregarte“, aseveró la chica, que fue quien abrió la puerta a los agentes de la Policía Nacional para que procedieran a la detención del supuesto autor del ataque, quien ”al principio no quería entregarse“.
“Si hizo una cosa mal tenía que pagar porque no iba a estar toda la vida fugado. Él sabía perfectamente que tenía que pagar por lo que hizo”, reconoció la hermana de 'El Fatiga'.
UN CUCHILLO “COMO EL DE RAMBO”
Por otro lado, el tío de 'El Fatiga' manifestó no recordar si su sobrino bebió durante la fiesta de Navidad. En todo caso, reiteró que cuando vio entrar al joven en su casa lo vio “enajenado y con la mirada perdida”.
“Le arrebaté el cuchillo de la mano en un segundo intentó y lo tiré hacia la habitación”, indicó el testigo, que describió que el cuchillo “era como el de Rambo, pero sin estrías, era como los cuchillos del Ejército”.
“Apareció la policía y empezaron los problemas. Mi sobrino se asustó cuando recuperó la conciencia y llegó a la realidad en ese momento”, concluyó.
NO SUFRE TRASTORNOS MENTALES
Por su parte, los médicos forenses encargados de realizar el informe psicológico de 'El Fatiga' manifestaron que éste no sufre trastornos mentales a pesar de consumir drogas y alcohol, así como señalaron que no tenía síndrome de abstinencia.
A causa de la cuchillada recibida, Octavio sufrió una herida en el pecho que le atravesó el corazón, con entrada en la cara anterior del mismo y que alcanzó la posterior, ocasionando un shock hipovolémico y obstructivo que le causó la muerte, pese a que recibió asistencia médica en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria.
Los forenses indicaron que se trata, además, de una herida “difícilmente defendible” por la trayectoria de la misma que fue paralela al suelo.
Al término, las partes elevaron a definitivas sus conclusiones provisionales. Así pues, la representante del Ministerio Público mantuvo la petición de imponerle la pena de 18 años de prisión por un presunto delito de asesinato y prohibición de acercarse o comunicar en forma alguna con la familia del fallecido por tiempo de 10 años.
Además de la pena privativa de libertad, la fiscal reclama, en concepto de responsabilidad civil, que el acusado indemnice a los representantes legales de los hijos menores del fallecido en la cantidad de 250.000 euros.
Por su parte, las dos acusaciones particulares reclamaron 20 años de cárcel e indemnizaciones de 150.000 euros y 250.000 euros para sus clientes. En cambio, la defensa asegura que se trata de un presunto delito de homicidio con la atenuante de haber actuado bajo los efectos del alcohol y sustancias estupefacientes.