La muerte de dos trabajadores que trabajaban en una grúa elevadora esta mañana es el episodio más lamentable de la construcción del edificio de la avenida Fred. Olsen en Arrecife, pero no el único. La construcción de este edificio ha estado llena de conflictos, hasta el punto de recibir una denuncia en mayo por incumplimiento de las normas de seguridad.
La promoción de los pisos se inició en el año 2002 y las obras comenzaron en 2003. Las casas, 162 pisos de lujo, tenían que haber estado entregadas a sus propietarios hace unos cuatro años. La promoción corría a cargo de la inmobiliaria Siglo XXI, que montó una oficina de auténtico lujo en la calle José Antonio en al que se exhibía una maqueta que no tiene ningún parecido con el edificio que se ha levantado. Hoy ya no está la oficina y la inmobiliaria ha cerrado sin terminar las obras. En su lugar se ha hecho cargo Masar Canarias, que a su vez es la constructora, no tiene oficinas en la Isla y está ubicada en Galicia.
Las viviendas se anunciaban como pisos de lujo, con un precio entre los 250.000 y los 500.000 euros y tenían entre dos y cuatro habitaciones. Por su cercanía al mar, los cimientos tardaron en ponerse más de un año. Las obras estuvieron paralizadas y ya entonces hubo problemas por los ruidos y por los vertidos al mar.
Las obras se llevar a cabo con una gran cantidad de empresas subcontratadas. Algunas de ellas, como Verde Esmeralda, no recibieron gran parte del dinero que debían haber recibido por el trabajo realizado. Esta empresa dejó de pagar a la Seguridad Social y a sus empleados.
En el año 2007 los trabajadores se concentraron a las puertas de la obra para pedir el pago de sus salarios, que se retrasaban con cierta frecuencia. En la obra, por otra parte, trabajan obreros pertenecientes a media docena de empresas distintas.
Huelga
En abril de este año, con más de tres años ya de retraso en la entrega de las viviendas, solamente trabajaban en la obra una decena de obreros, que además se pusieron en huelga indefinida convocada por el sindicato FSOC, porque les debían tres meses de sueldo y las horas extras de un año.
Reclamaban el pago de sus salarios a las constructoras Marlape y Piunca y acusaban a las empresas de que no querían terminar la obra y estaban desviando los fondos hacia otras obras. Los 10 trabajadores, que denunciaron que no se cumplían las medidas de seguridad en la empresa, fueron despedidos.
Sin piso ni dinero
Para algunos propietarios, la desesperación es total. Pagaron como entrada el 30 por ciento del coste de la vivienda y seis años después no tienen ni la casa ni el dinero. No se han cumplido los plazos ni las calidades prometidas. Uno de estos propietarios, consultado por ACN Press, asegura que tuvo que hacer saber a la empresa que renunciaba al piso a través de un notario.
Este propietario asegura que se cerró la oficina de Arrecife, se cambió el teléfono de la oficina que había en la obra y no se pudo contactar ni siquiera a través de burofax. Tras ir al notario le llamaron por teléfono para decirle que no le podían pagar “porque no tenían dinero”.
Este edificio ha dado trabajo a los juzgados. Además de las denuncias entre empresas, entre algunas de las subcontratadas y las promotoras, hay que sumar los conflictos laborales con los trabajadores y hasta una querella por extorsión a uno de los encargados de la obra.