La Gerencia Municipal de Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife llegó a autorizar en agosto de 2009 que en la parcela de la antigua fábrica de lácteos Celgán, un solar de 6.003 metros cuadrados, de los que una tercera parte debía ser suelo público, se pudieran edificar hasta 18.206 metros cuadrados para viviendas, una volumetría 6.000 metros cuadrados por encima de la autorizada tres años antes por el convenio urbanístico que firmó Manuel Parejo, antecesor de Luz Reverón, con Celgán S.A y Promociones Amojo, la inmobiliaria creada por los hijos del ex presidente del Gobierno canario, Miguel Hermoso.
Tanto por una crisis que ha golpeado de lleno al sector inmobiliario, como por las protestas vecinales contra el PGO chicharrero, este negocio se ha ido al garete. De ahí que la parcela esté en venta por 8.168.941 euros, sobre los que pesa una hipoteca de 5.000.000 euros, con la que fue adquirida por Amojo S.L.
El convenio urbanístico de cooperación urbanística que firmaron Celgán S.A. y Amojo S.L. en 2006 ante Manuel Parejo se contemplaba una edificabilidad máxima para la parcela de 12.606 metros cuadrados. En ese “convenio definitivo” se especifica en su punto tercero que “debe aclararse la superficie de cesión al Ayuntamiento, pues según la entidad mercantil, la edificabilidad es de 12.206 metros cuadrados, tal y como figura en la ficha correspondiente”.
Un año después se revisó el acuerdo para “la ejecución de suelo urbano consolidado AUE-1”, y la volumetría pasó a ser de 15.206 metros cuadrados como superficie máxima edificable sobre una parcela de 3.070 metros cuadrados, a los que sumar 2.304 para la plaza pública y 620 metros cuadrados para “la ampliación de la sección de las calles citadas en la estipulación segunda del presente convenio”, y que abarcaba la creación de una superficie comercial.
El negocio que se vino abajo sin haberlo levantado
En agosto, el convenio se mantuvo sobre el papel, pero con Luz Reverón como nueva concejal de Urbanismo, los 15.206 metros aumentaron hasta 18.206 metros cuadrados edificables, al tiempo que se rebajaba el espacio destinado a plaza pública, en cuyo subsuelo debían crearse entre 500 y 550 plazas de garaje para los vecinos de la zona. Entre ampliación y ampliación, la volumetría había aumentado en 6.000 metros cuadrados.
Pero ese nuevo regalo de la Gerencia de Urbanismo se dio de cara con los vecinos del barrio Tío Pino-La Florita, que llegaron a presentar en ese departamento municipal hasta 180 alegaciones en contra de semejante pelotazo, hasta el punto de que el Ayuntamiento ha tenido que admitir dejar dentro de ordenación a todas las viviendas por encima de la cuarta y sexta plantas y “solo” permitir en lo que fue parcela de Celgán una única torre de no más de nueve plantas.