VIDEO | Así quedaría el Oasis de Maspalomas con el nuevo hotel de Riu
Un vídeo que circula estos últimos días por las redes sociales presenta cómo quedaría el Oasis de Maspalomas, en Gran Canaria, si se ejecutara tal y como figura en el proyecto presentado ante el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana del hotel que allí quiere levantar la cadena Riu en sustitución del viejo Maspalomas Oasis, de su propiedad.
Se trata de una figuración animada en la que desde distintos planos se aprecia el impacto paisajístico que generaría dada su envergadura: 25 metros de altura por 370 de longitud, con una edificabilidad de casi 39.400 metros cuadrados sobre una parcela de 55.000.
El proyecto de la cadena mallorquina, que obtuvo en su día licencia para su edificación previa y la demolición del viejo hotel construido en los años sesenta, se encuentra en estos momentos paralizado por la apertura de un expediente de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) promovido por el Cabildo de Gran Canaria.
Técnicos de esa Corporación y otros incorporados desde la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Casa de Colón y El Museo Canario, encontraron valores históricos y naturales suficientes para avalar esa declaración, aprobada por el Cabildo y en estos momentos en manos del Gobierno de Canarias, que deberá resolverlo antes de que acabe el mes de julio tras una denuncia de mora interpuesta por Riu, que reclama perjuicios para sus intereses por el retraso en la tramitación de esa figura de protección.
El principal colectivo ecologista de Gran Canaria, Ben Magec, se ha mostrado públicamente partidario de que prospere esa protección dados los valores históricos y naturales presentes en el enclave, y porque lo considera “un activo económico” de primer nivel para la industria turística.
El cerramiento del Oasis, según los ecologistas, perjudicaría el movimiento de las dunas de Maspalomas, para lo cual han exigido que, además de proteger el enclave, se derriben otros edificios como el hotel Ifa Faro, propiedad del grupo canario Lopesan.
Pero además de la polémica por la declaración de BIC, cuya extensión alcanza a otros hoteles de la zona, al centro comercial Maspalomas, a un edificio de aparcamientos y a varios suelos libres, sobre el proyecto pesa la historia de una parcela sobre la que se levantó un hotel, el viejo Maspalomas Oasis, en los años sesenta al socaire de la incipiente llegada del turismo. Al invadir espacio público y zona de protección, el Supremo decretó su demolición, pero tras movilización social de la isla, que reclamó su mantenimiento por motivos sociales, las instituciones permitieron tal propósito. Sucesivos gobiernos municipales fueron permitiendo la consolidación de la propiedad privada de ese enclave hasta que, con la llegada de Riu, se genera el actual proyecto que acabaría por sepultar una de las zonas idílicas de la naturaleza grancanaria.
Riu ha amenazado en varias ocasiones con la exigencia de altas indemnizaciones por daños y perjuicios, y con llevarse sus inversiones a otros lugares si el Cabildo finalmente ejecutaba el expediente como ha hecho.
La última palabra la tiene ahora el Gobierno, que ha manifestado el riesgo de que la protección genere la obligación de indemnizar, temor que no comparten muchas otras instancias políticas, que recuerdan otros precedentes como el hotel Dunas, demolido en 1989 en una zona cercana, y las distintas figuras de compensación urbanística que se aplican para casos similares.