La Virgen del Pino celebrará en mayo de 2014 los cien años de su designación como patrona de la Diócesis de Canarias con un nueva bajada en procesión hasta la Catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria.
Así lo ha anunciado este domingo el vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera, en la misa celebrada en honor a la patrona de Gran Canaria con motivo de su festividad.
La bajada de la Virgen del Pino prevista para el próximo año sucederá a la que tuvo lugar en 2000, con motivo del año jubileo, cuando la imagen de la patrona de Gran Canaria coincidió en la catedral de Santa Ana con el Cristo de Telde, con el que salió en procesión por la capital de la isla, donde unas 200.000 personas se congregaron para seguirlas.
El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, que ha presidido la eucaristía que ha tenido lugar hoy en honor a la Virgen del Pino, ha lamentado en su homilía que vivamos en un mundo en el que, a su juicio, “no escuchamos” y ha apelado a prestar atención a los “acentos” que ha puesto desde su llegada el papa Francisco en relación con la necesidad de que la Iglesia “se desnude” y “no se entretenga en mirarse a sí misma”.
Así, Cases ha coincidido con el papa en que la Iglesia debe “salir a la calle, hasta las periferias” para poder “escuchar a la gente, sus alegrías, angustias y tristezas”.
El obispo ha considerado que de esta forma la Iglesia podrá contribuir a “una nueva etapa, muy seria” que ha comenzado a perfilar el papa Francisco, cuyo espíritu “ha sorprendido a la Iglesia y cuyo aliento se ha hecho notar en la sociedad”.
Francisco Cases ha afirmado que en esta sociedad en la que no se escucha la Iglesia tiene que empezar a hacerlo. “Necesita escuchar la voz de Dios, que le llama a una gran revisión de su vida y a una profunda reforma de sus comportamientos. Sólo así se construye un mundo nuevo, un mundo de hermanos”, ha apostillado.
En opinión del obispo, si se escuchara la voz de la naturaleza y de la razón, que han sido desplazadas por el eco y la esclavitud de las mayorías cambiantes, podríamos distinguir el bien del mal“. ”Y si se escuchara el grito de los pobres y excluidos, no se darían las grandes desproporciones económicas y sociales existentes“, ha apostillado.
Francisco Cases ha estimado que la llegada del papa Francisco ha sido “un gran regalo” y ha destacado su preocupación por “los temas de la Iglesia del momento”. El obispo de la Diócesis de Canarias también ha aludido en su homilía al asunto que, según sus palabras, está en boca de todos: la crisis.
Una crisis que, a su juicio, ha provocado “la falta de ética personal y social”, no sólo factores económicos y financieros“, sino una ”falta de sentido de la vida de todos“. Por eso, ha invitado a los fieles que abarrotaban la Iglesia del Pino ”a pensar en las cosas que hay que cambiar para hacer el bien y no caer en los mismos errores“.
Tras escuchar al obispo, el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, ha considerado que “esta sociedad tiene que avanzar para ser más justa, equilibrada, solidaria, generosa, y con menos desigualdades”. Rivero ha confiado en que poco a poco se vaya generando esa conciencia y que “todos empujemos para que eso ocurra”.