Terrae 2024 no decepcionó. El congreso de los cocineros rurales organizado por el Cabildo insular y Vocento en el marco del programa Gran Canaria Me Gusta, comenzó con una jornada popular que superó todas las expectativas de los comensales asistentes pero también de la prensa especializada que acudió a la convocatoria con los ojos incrédulos gracias al elevado nivel de cada uno de los platos que la Plaza de Santiago en Gáldar acogió en el mediodía de este domingo 28 de abril.
Del norte de España tuvimos a Pepe Ron, del Restaurante Blanco, de Cangas del Nárcea, (Gijón) que elaboró una fabada asturiana con su compango incluido y que tuvo el honor de ser el primer plato en acabarse por la alta demanda de los comensales.
Desde Villabona (Guipúzcoa) nos llegó Roberto Ruiz, del Restaurante Bodega HIKA, que elaboró su famoso marmitako de atún pero usando para ello nuestro bonito listado canario.
De aquí, de Gran Canaria y a su lado estaba Richard Díaz, de Sorondongo Restaurante cocinando una garbanzada en salsa de cherne.
Recién llegado de Catalunya y casi aterrizando en la plaza, Nandu Jubany, de Can Jubany, se marcó sus míticos canelones de pollo, plato que hizo las delicias de grandes y pequeños que nos llevábamos los dedos al resto de bechamel que quedaba en el plato para no dejar nada en él.
En Gran Canaria decir Carmelo Florido es reconocer a El Equilibrista 33. Y el cocinero con su equipo no dudaron en deleitar a sus comensales con ese bocado que lleva con él desde que abrió y que nunca podrá desaparecer, el maki de atún con gofio.
Desde Perú, el propio Gastón Acurio se puso tras la barra a ayudar a su pupilo Tomás de Yakumanka para elaborar un plato que causó deleite y colas como ha sido su Causa Acevichada. Un solo bocado de su plato daría ondas a tanto malos ceviches que se comen por toda España.
Y por último, el plato que causó más expectación, más esperas y casi diría que admiración de toda la jornada: el arroz con setas del país y queso de flor de Guía de Braulio Rodríguez, Majuga. No solo por el mero hecho de atreverse a cocinar un arroz para 400 personas con la dificultad que ello conlleva, sino por la maestría y elegancia con la que lo hizo junto a su inseparable Lin en cocina y José Luis en barra. Tuve la oportunidad de comprobar cómo grandes periodistas nacionales de la altura de Carlos Maribona o Pilar Sala lo degustaron y salieron maravillados con su ejecución.
En resumen, la primera jornada de Terrae 2024 comenzó por todo lo alto y tras ella se celebró el encuentro donde varios cocineros se postularon a ser elegidos como Alcalde de la Cocina Rural del país 2024, y continuará con la cena de bienvenida que se celebra en el Restaurante Casa Romántica de Agaete con cuatro cocineros locales como son Aridani Alonso (Casa Romántica), José Luis Espino (Bevir), Matteo Pierazzolli (Ceniza) y Abraham Ortega (Tabaiba Restaurante).
No quiero dejar pasar la ocasión para reflejar dos reflexiones importantes que me ha dejado esta jornada: la primera de ellas es que hay un público ávido de encuentros gastronómicos populares pero de calidad y de cuchara. Lo destaco porque ya la gente está cansada de hamburguesas a 15 euros, platos irreconocibles y sin raíces o similares.
El segundo de los aspectos destacables es comprobar cómo los grandes cocineros de Canarias y del resto de España son capaces de elaborar comida para 400 personas manteniendo cada uno de ellos unos estándares de calidad amplios y reconocibles. Me recuerda a los buenos tiempos de eventos como Cine Más Food que hemos dejado morir entre todos en favor de festivales de hamburguesas, congregaciones de foodtrucks o similares que simplemente sirven para llenar el estómago, pero poco recuerdo dejan detrás. ¡Ah, y a precios populares, 3 euros por plato nada más!
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