Las últimas 72 horas pueden catalogarse como movidas en el sector de la restauración y hostelería de la isla de Gran Canaria, debido a que el pase al nivel de alerta 3 que ha aplicado el Gobierno de Canarias ha sido la puntilla para muchos establecimientos que llevan meses sorteando los efectos de la pandemia de COVID-19 a base de trabajo, sacrificio y, en muchos casos, inversiones económicas a la hora de cumplir las nuevas medidas impuestas para el sector. A raíz de esta situación y partiendo de un grupo nacido en Telegram, este martes casi un centenar de profesionales del sector se ha manifestado ante la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias en la capital grancanaria.
El grupo, que ya ha superado los 300 miembros, empezó a ganar notoriedad este último fin de semana. Todo empezó por el lanzamiento de una imagen que se convirtió en viral con reivindicación bastante clara llamada hostelería unida canaria, hasta convertirse en un grito de hastío en el sector por medio de la etiqueta #hastalosfogones. La jornada del domingo y el lunes dicho grupo debatió de manera intensa la oportunidad de montar este encuentro/protesta pacífica, ya que todos son conscientes de las circunstancias actuales de la sociedad canaria.
La FEHT (Federación de Hostelería y Turismo) se reunió este lunes con algunos de los integrantes del grupo para constituir una mesa de trabajo y plantear las exigencias del sector al Gobierno de Canarias, que en muchos casos no son tanto ayudas directas en forma de dinero como sí exoneraciones de impuestos, ayudas al alquiler, moratorias de ICO o similares. Eso creó una serie de divisiones en el grupo de los hosteleros porque, si bien algunos estaban satisfechos por sus contactos con la FEHT primero y con el Gobierno después como un paso importante y significativo, otros veían esos movimientos como vacuos y faltos de base. Daniel González, dueño del Hook, afirmaba que “yo no vengo como representante del sector, vengo en nombre propio y de mi negocio, al que no veo con capacidad de seguir aguantando estos embistes. No he querido posponer esta protesta civil y responsable porque yo no reconozco a la FEHT como interlocutor mío, en todo este tiempo nadie de esa federación se ha pasado por mi local a preguntarme qué necesito o cómo me encuentro. Yo no pido que me den dinero, pido que me dejen trabajar y si no es así porque tengo que cerrar para preservar la salud general, que no me cobren los impuestos como si estuviera a pleno rendimiento, no tiene sentido.”
Por su parte, Fran Acosta, miembro de la FEHT y uno de los integrantes de la mesa de negociación entre ambos sectores, declaraba que “todos buscamos lo mismo, el bien y ayudas para el sector. Pero tras tener la confirmación por parte del Gobierno de Canarias que en este mes de enero se articulará un plan de ayudas directas para la hostelería y además haber convocadas unas reuniones en mesas de trabajo con la institución regional donde aparte de la FEHT se va a invitar a participar a algunos miembros de este grupo de colegas y compañeros, éramos más partidarios de aplazar el encuentro que de celebrarlo en el día de hoy. Esto no se trata de política ni de enfrentamientos entre unos y otros porque todos estamos en el mismo barco o si hablamos de hostelería, en la misma barra. La unión hace la fuerza y este es un momento clave para ello, me gustaría pedir confianza en la FEHT, conscientes de que nos queda mucho trabajo por delante y en ello queremos focalizar todos nuestros esfuerzos. Nos alegra saber que el encuentro ha transcurrido sin ningún tipo de incidentes y todo de manera pacífica, por lo que felicitamos a los asistentes por haberlo conseguido, pero también pedimos que no se señale con el dedo a los que no quisimos acudir, porque aquí no hay verdades ni posiciones absolutas, cada uno tiene el derecho individual de tener diferentes opiniones teniendo claro que el fin de la lucha es el mismo, un paquete de ayudas efectivo a un sector que se desangra.”
Como reflejo de ambas posturas unas imágenes de las reivindicaciones que, escritas en platos vacíos, los asistentes al encuentro posicionaron en la puerta de la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias donde se podían leer frases como “No somos culpables, sólo queremos trabajar para llevar un sustento a casa”, “si soy culpable de algo es de querer trabajar” o “si me obligas a cerrar, no me obligues a pagar”. Sin duda, un momento tremendamente duro para la hostelería no sólo de la isla de Gran Canaria, sino del archipiélago canario por completo, ya que a todo ello debemos sumarle el casi cero turístico actual, que está dejando el año 2020 como una triste pretemporada de este año 2021 donde todos deberemos jugar el partido más importante de nuestras vidas para ganarle la partida al único enemigo, la COVID-19.
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