Según reza el dicho popular “a barriga llena, corazón contento” y eso es lo que sucede cuando cruzas las puertas del Kojak, que siempre saldrás más feliz de lo que has entrado. Pero este 15 de junio la familia Vizcaíno no lo olvidará jamás porque Glovo ha colocado a su bocata de calamares a lo bestia como el más vendido en la provincia de Las Palmas entre las peticiones de comidas tradicionales realizadas en su app. Uno de sus propietarios y cocinero, Domingo Vizcaíno nos reconocía que “me he enterado de la noticia por ustedes, Canarias Ahora, y te juro que se me han saltado las lágrimas de emoción”, brillo que aún tiene en los ojos cuando nos lo cuenta.
El Kojak, como popularmente se le conoce, abrió sus puertas a las faldas del Mercado de Altavista en el año 1975. “Mi padre compró el local y se asoció con un amigo, pero poco después le compró su parte y forma parte de mi vida desde que tenía yo 9 años. A los 13 me pagó mi padre mi primer sueldo cuando le ayudaba aquí. Eran otros tiempos”, refleja Domingo con la nostalgia de quien sabe que hablamos de unos tiempos que no volverán.
Son ya varias las generaciones que han pasado por esta sala. “En la época fuerte de la vela latina abríamos los domingos solo para vender los bocadillos que consumían tanto la gente de los botes como los que iban a verlos. Superábamos los 1.200 panes en media mañana”. Y aunque ahora la crisis se nota, “la gente mira mucho más lo que gasta. Si antes desayunaba fuera cinco veces a la semana, ahora lo hace dos o tres, con suerte”, relata. En el Kojak su clientela sigue fiel.
Miguel, hermano de Domingo, me cuenta desde la cocina que “vendemos unos 900 bocatas al día. Los viernes quizás elaboro más de 1.200 porque las tardes son muy movidas, pero eso sí, deja claro que la mayoría los hago yo porque mi hermano Domingo como mucho prepara uno, el que se come”, explica con las consabidas risas de complicidad entre hermanos, compañeros de fogones y sin embargo, amigos.
En la barra tenemos a Javi, otro miembro de la familia que es el que está siempre cara al público y el que recuerda qué tipo de café, bebida o cómo le gusta la comida a cada cliente. Es de esos camareros en mayúsculas, de raza y de corazón, de los que ya casi no hay.
El nombre de esta cafetería y su símbolo es reconocido por la isla entera con la imagen del gran actor Telly Savalas y su inseparable chupachups en la boca. “Cuando mi padre abrió el negocio no tenía nombre pensado y ya justo en el momento literal de abrir las puertas dijo de llamarle Kojak. Seguramente la noche anterior estaría viendo algún episodio de la serie”, desliza Domingo con una mezcla de nostalgia y orgullo en sus palabras.
Entrando en temas más serios, Domingo no esconde su profunda preocupación por la alarmante situación que vive el Mercado de Altavista en estos momentos. “Los responsables políticos de esta ciudad están dándole la espalda al mercado y a los alrededores, nadie se preocupa por lo que está sucediendo y vienen nada más a hacerse la foto un par de veces al año. Se están yendo muchos puestos que no son cubiertos, la gente joven no viene al mercado a comprar y esto pinta muy feo. De la gerencia del Mercado mejor ni hablamos porque hasta intentan tapar el nombre del Kojak en fotos propias y eso que, como le dicen los puesteros, conoce más gente y tienen más clientes ellos que nosotros”.
Y es lógica esa preocupación de Domingo porque, al abrigo del Mercado no solo está el Kojak como cafetería, sino un próspero negocio de comida para llevar con sus pollos asados, papas, ensaladillas y croquetas como productos líderes o la Pizzería Chukuluky, donde además de una amplia carta de pizzas les invito a que prueben las empanadas caseras elaboradas por ellos también. Recuerden que también tienen un punto de venta en el cruce que une Triana con Vegueta, justo enfrente de la Plaza de las Ranas, en la trasera del CICCA.
Abiertos de 06 a 23 horas de lunes a jueves que se aumenta hasta las 00 los viernes y sábados en Kojak se elaboran unos 80 menú del día (8,50€) unos 900 bocatas diarios de los que los reyes son el de calamares o el de pollo, 6-7 tortillas de papas e innumerables tapas de ensaladilla, pata, sandwiches o lo que haya del día.
Con un público de lo más variado donde podemos encontrar “a la gente del colegio Marpe, el Ambulatorio o el Mercado, pero también a clientela que viene de todos los rincones de la ciudad e incluso desde localidades como Vecindario o el Norte de la isla, que pasan por aquí para llevarse comida para casa. Te podría decir que nuestra menor clientela procede de la gente del barrio”, confiesa Domingo con un hilo de tristeza en sus ojos por esto último que cuenta.
Como les decía al principio, cuando uno sale del Kojak o cuando se come lo que aquí preparan para llevar es más feliz. En Canarias Ahora damos fe de ello porque es uno de esos sitios donde pedimos en ocasiones. La sensación de felicidad es total, aquí no hay experimentos raros, aquí se viene a comer lo que hay y que todo esté bueno y sabroso. ¡Y lo está!, créanme que lo está.
Si les apetece pueden seguirnos en Instagram, Twitter y Facebook bajo los nicks de @porfogones y @javiers_gastro