La reciente puesta en marcha del Plan de La Bici por parte del grupo de gobierno de Las Palmas de Gran Canaria está levantando distintas polémicas a lo largo y ancho de la geografía de la capital.
Los planes que maneja el Consistorio buscan la ampliación de la red ciclista de la ciudad a través de nuevos itinerarios, bien sea mediante carriles bici exclusivos o espacios compartidos con vehículos o peatones.
Las principales actuaciones están centradas en los corredores Playa (Auditorio-Santa Catalina) y el Metropolitano (Santa Catalina-Cono Sur) aunque también comprende actuaciones en los barrios más céntricos de la urbe, sobre todo los situados en la plataforma baja de la ciudad. Muchas de estas obras y modificaciones de trazados en algunas calles ya han finalizado y otras todavía se encuentran en marcha, como la adecuación del barrio de Arenales o la repavimentación de los antiguos carriles de la Avenida Marítima.
Cada día un número mayor de ciclistas se decide a circular por la ciudad pero esto no significa que hayan desparecido los choques que se producen entre éstos y conductores a la hora de compartir la calzada.
Las obras del Corredor Playa para conectar el parque de Santa Catalina con la playa de Las Canteras discurre en gran parte por la calzada, por lo que en calles como Franchy Roca y Fernando Guanarteme se ha tenido que eliminar un carril de circulación además de plazas de aparcamiento para hacer posible el paso de los nuevos carriles ciclistas.
En una ciudad tan poco acostumbrada a desplazarse en bicicleta el hecho de comenzar a trazar rayas y colocar señales orientadas a los ciclistas es algo novedoso y que debe ser explicado. Si estas actuaciones cuentan con ciertas lagunas o fallas, el mensaje a trasmitir a usuarios y vecinos acaba diluyéndose.
Un ejemplo donde el mensaje de convivencia entre peatones y ciclistas chochó directamente con los hechos son las actuaciones en el Corredor Playa que se realizaron en las calles aledañas al parque de Santa Catalina. En este caso, se señalizaron los nuevos itinerarios ciclistas con unas pegatinas amarillas en el pavimento sin que nadie tuviera en cuenta que algunas de ellas se colocaban en el lugar en el que los bares y terrazas de la zona instalaban sus terrazas.
Las reacciones no se hicieron esperar y los usuarios a través de las redes sociales y los grupos de la oposición en el Ayuntamiento expresaron sus quejas ante tal actuación.
El Corredor Playa incluye un carril a contrasentido de la circulación en la calle Secretario Padilla, una modalidad de carril bici poco extendida en Canarias y que tampoco se ha librado de la polémica. La estrechez de este nuevo itinerario no la pasaron por alto el Partido Socialista y Nueva Canarias quienes acusaron al Ayuntamiento de poner en peligro la integridad de los ciclistas.
El pasado agosto el colectivo La Voz de Guanarteme denunció la forma “peligrosa” en la que el Consistorio ha dispuesto los nuevos carriles en la zona. Para Rogelio García, portavoz del grupo, el proyecto se ha llevado a cabo sin contar con los vecinos y sin tener en cuenta la falta de aparcamiento que ya sufría el barrio y que está provocando que muchos comercios de la zona se vean afectados.
El concejal de Movilidad de Las Palmas de Gran Canaria, Ángel Sabroso, asegura que el proceso de integración de la bici en las ciudades pasa por varias etapas:
“El proceso de apuesta por la bici en las ciudades siempre es igual; primero se tacha de inseguro, luego se intenta ridiculizar y por último se integran en la conciencia colectiva de la ciudad. Así ha pasado en todas las ciudades que recorrieron mucho antes que la nuestra este camino. En Las Palmas de Gran Canaria empezamos a estar ya entre la segunda y tercera etapa, aunque con mucho que hacer todavía”.
Ángel Sabroso no cree que estos carriles sean peligrosos, y como prueba de ello asegura que en los siete meses que llevan funcionando estos nuevos itinerarios (los del Corredor Playa) aún no se ha producido ningún accidente.
De los peores carriles de España en 2013
En un estudio de la Organización de Consumidores OCU de agosto de 2013, los carriles bici de Las Palmas de Gran Canaria se encontraban entre los peores de los analizados en el documento. De las once ciudades analizadas, la capital grancanaria obtuvo una nota de muy mala en su red ciclista y con el menor número de kilómetros ciclables, 11 por aquel entonces.
La longitud de carriles bici de la capital grancanaria pasará de 11 a 22 kilómetros al final del mandato aunque el concejal del área reconoce que estos números no son lo más relevante. Sabroso destaca la importancia de las medidas para el calmado del tráfico como las nuevas zonas 30 que se están implantando en la ciudad y también los itinerarios ciclistas que discurren por aceras y calzadas donde se comparte con peatones y vehículos.
Los “daños colaterales” de estos nuevos corredores no los encontramos solo en los conflictos entre ciclistas peatones y coches. El pasado mes de septiembre un establecimiento del popular Salinetas Hot Dog echó el cierre a su negocio en las inmediaciones de Mesa y López tras dos meses de su apertura. El empresario denunció las trabas que el Ayuntamiento le había puesto como la de hacer una inversión para ensanchar la acera y así montar su terraza para que después el Consistorio le pintara un carril bici donde se supone que deberían ir las mesas y sillas.
La portavoz del grupo mayoritario en la oposición, la socialista Isabel Mena, acusó entonces al grupo de gobierno del Partido Popular de llenar de carriles bicis la parte baja de la ciudad sin ton ni son y de llevar a cabo una política de movilidad que calificó de disparate.
Sobre el cierre de este local, el edil de Movilidad confirma que no guarda relación con los nuevos itinerarios ciclistas ya que, aclara, el carril de la calle Diderot discurre por la calzada y no por la acera. Sabroso cree que los problemas del conocido bar de perritos calientes tiene más que ver con el andamio y unas obras que se llevaban a cabo en el edificio que con los carriles bici en sí.
Condiciones favorables para el uso de la bici
La parte baja de Las Palmas de Gran Canaria cuenta con las condiciones orográficas adecuadas para que los desplazamientos en bicicleta puedan ir sustituyendo poco a poco el uso particular del coche. Poca elevación y buen tiempo son la combinación perfecta para que los ciudadanos se echen a la calle y dejen en el garaje el vehículo privado a favor de la bicicleta.
Ahora bien, en un lugar con unas dimensiones limitadas como el nuestro y en donde la cultura del coche está tan extendida, es complicado que de la noche a la mañana la población cambie de repente su actitud y se decante por desplazarse por la ciudad en un medio más sostenible y más beneficioso para la salud.
Sevilla, Valencia, Barcelona o Victoria son algunos de los referentes en nuestro país, donde los desplazamientos en bicicleta han ido ganando terreno al coche poco a poco. Y es que según diferentes estudios, montar en bici ayuda a fortalecer la musculatura de la espalda o a reforzar la articulación de la rodilla disminuyendo así el riesgo de sufrir artrosis.
Entre muchos de los beneficios que aporta el moverse en bicicleta, destaca la disminución de la tasa de absentismo laboral en un 25%. Así lo recoge un documento elaborado por la empresa GrassRoots, dedicada a ofrecer servicios que motiven a las personas. El informe destaca como en Reino Unido se ha logrado que un 87% de las personas que van a su trabajo en bicicleta hayan notado algún efecto positivo en su estado de salud y como el 98% acaba recomendando su uso al resto de compañeros.
¿Pero podrá Las Palmas de Gran Canaria parecerse alguna vez a Sevilla como referente en el uso de la bici?, ¿está preparada la ciudad y sus habitantes para que cada día circulen más y más bicicletas por sus calles?
Los datos a veces son caprichosos y en este caso muestran como de los desplazamientos que se realizan a diario por la capital grancanaria, el 67% se hace en coche, frente al 13% que se realiza en guagua y un exiguo 0,4% en bicicleta. Desde el Ayuntamiento se cree que este último porcentaje ha aumentado desde la elaboración del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que data de 2012.
Conseguir que un mayor número de personas se anime a ponerse el casco y pedalear por la ciudad de camino a su trabajo, al médico o como simple actividad de ocio depende de muchos factores. Al margen de la motivación personal de cada uno y de sus condiciones físicas, se hace necesario una red adaptada y en buen estado que facilite este fin.
Los corredores diseñados por el Ayuntamiento y que se encuentran en plena fase de implementación generan recelos entre muchos usuarios. Las zonas en las que la bici no comparte espacio con ningún otro vehículo o peatones son las que menos problemas arrojan pero los inconvenientes llegan cuando el espacio es limitado y hay que compartir. El ejemplo más claro lo encontramos en las ramblas de Mesa y López o en la recién peatonalizada Luis Morote. Calles con mucho tránsito de personas en horas determinadas y en las que con unas pequeñas pegatinas amarillas sobre la acera no se va a conseguir que de la noche a la mañana los peatones vayan por un lado y los ciclistas por el otro.
Los planes del Ayuntamiento pasan por sacar las bicicletas de las aceras y concienciar a los habitantes de la ciudad de que hay espacio para todos. Otro de las papas calientes estaba en la Avenida Marítima a la altura de la playa de las Alcaravaneras ya que ciclistas y peatones tenían que compartir una misma acera. Y es que no es lo mismo usar una bici urbana para ir al trabajo por la mañana que montar una más profesional con la intención de realizar la práctica deportiva, en ambos casos la velocidad y la intención no es la misma y ese factor era el que provocaba en muchas ocasiones encontronazos entre ciclistas y peatones.
Esta difícil, hasta ahora, convivencia con los ciclistas queda de manifiesto en un vídeo colgado en Youtube por un usuario de los nuevos carriles en Guanarteme. Armado con su cámara y bicicleta recorre parte del nuevo Corredor Playa para comprobar su adecuación y seguridad. En los poco más de ocho minutos que tiene la grabación se observan momentos de conducción tranquila en el estrecho carril de Secretario Padilla pero también momentos peligrosos en los puntos más conflictivos del trazado, taxistas que adelantan por el carril bici sin tener en cuenta que circula un ciclista de frente, coches que para tener visibilidad en los stop invaden los nuevos carriles, curvas peligrosas en las que los coches pasan demasiado pegados a las bicis o carriles que al llegar a las inmediaciones del centro comercial Las Arenas acaban sin ninguna señalización ni alternativa.
Las Palmas en Bici: “De nada servirán medidas marginales de potenciación de la bici si el coche sigue campando a sus anchas”
Las Palmas en Bici es un colectivo que defiende la movilidad ciclista dentro del ámbito urbano de Las Palmas de Gran Canaria. Cuentan con muchos simpatizantes y más de 4.000 seguidores en Facebook y actúa actualmente como el principal interlocutor de los ciclistas urbanos ante los partidos políticos, las instituciones públicas, medios de comunicación y sociedad de la ciudad en general.
El Ayuntamiento ha convocado a este colectivo en dos ocasiones entre septiembre de 2013 y junio de 2014 para darles a conocer la información acerca del avance en los trabajos de la red ciclista de la ciudad. Más recientemente Las Palmas en Bici ha sido convocado en varios ocasiones con la técnico municipal para visitar in situ el desarrollo de la infraestructura ciclista en los barrios de Arenales y Vegueta. En la entrevista mantenida con este periódico nos cuentan que estas últimas reuniones pueden haberse dado por la polémica surgida tras la ejecución del carril bici de la calle Secretario Padilla.
La organización también cree que los nuevos carriles del barrio de Guanarteme son estrechos y recuerda que en esta ciudad el coche domina el espacio público, ocupando más del 80% de las calles entre calzadas y aparcamientos. Desde su punto de vista, para tener carriles bici con unas mínimas dimensiones para circular se debe quitar espacio al coche privado, en la calzada y en aparcamiento, y de momento creen que el Consistorio no está avanzando en medidas como esta.
Las Palmas en Bici no solo defiende el sacar el coche de la ciudad, sino que al mismo tiempo aboga por permitir una movilidad eficiente con otros medios de transporte para así satisfacerlas necesidades de desplazamiento y para que coger el coche sea opcional y no necesario para hacer la mayoría de las actividades cotidianas. A la vez, opinan que de nada servirán medidas marginales de potenciación de la bici si el coche sigue campando a sus anchas y con sus reglas en el espacio que debería estar destinado para la ciudadanía.
Predicar con el ejemplo
Durante varias semanas, y coincidiendo con la inauguración del Corredor Playa, la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria comenzó una campaña de concienciación a través de las redes sociales. Los agentes aprovechaban Twitter para colgar fotografías de comportamientos incívicos por algunos conductores que estacionaban sus vehículos encima de la acera y de los carriles bici. Lo que comenzó como una buena iniciativa se le volvió en contra a la Policía cuando algunos usuarios comenzaron a subir fotografías de vehículos policiales y municipales realizando las mismas acciones que con tanto ímpetu denunciaba la Policía Local a través de esta red social.
Un servicio rescatado por el Ayuntamiento
El incumplimiento de la empresa adjudicataria del que debería ser el nuevo servicio de préstamo de bicicletas, y que pasaría de ser gratuito a pago, ha motivado que el Ayuntamiento haya “rescatado” el servicio y lo haya adjudicado provisionalmente a Sagulpa, la empresa municipal de aparcamientos de la capital. En el año en el que la empresa pública se hará cargo del servicio tendrá que hacerse con 70 nuevas bicicletas hasta que se convoque y adjudique nuevamente el concurso.
Ahora el Consistorio tendrá que tramitar un nuevo expediente de modalidad de gestión para el concurso y mientras será Sagulpa la encargada de prestar el servicio. Según Ángel Sabroso, la empresa municipal cuenta con medios propios suficientes para pode prestar el servicio actual sin que suponga un desembolso para las arcas municipales ni un coste a los usuarios.
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