Los comunistas canarios recuperan el leninismo

El Partido Comunista fue clave en la lucha contra la dictadura de Franco. Sin embargo, cuando murió el dictador los votos de la izquierda española (y canaria) se los llevó mayoritariamente el Partido Socialista. Los comunistas fueron los que dieron la cara, que en muchos casos se la partieron, pero finalmente el que capitalizó los sufragios de la izquierda fue el PSOE de Felipe González, que pronto fue aupado a la Presidencia del Gobierno, en 1982, con una mayoría absoluta de votos. Los famosos diez millones de votos de entonces.

El Partido Comunista de España (y de Canarias) tuvo un papel secundario en la política española cuando llegó la democracia en beneficio de los socialistas. Su papel fue más estelar en la dictadura y al principio de la transición democrática, cuando fue legalizado por Adolfo Suárez en contra de los poderes fácticos de entonces y mientras se producían ruidos de sables.

En Canarias los comunistas también jugaron un relevante rol en el tardofranquismo y en los albores de la democracia, pero muy pronto su papel fue decreciendo al punto de que algunos viejos comunistas se rindieron al poder de la moqueta de despacho y al coche oficial que ofrecóan los socialistas. Otros cayeron en las redes del neonacionalismo canario, integrándose en una Coalición Canaria que nació para orillar a los dos partidos más importantes y hacerse con el poder cuasi omnímodo en las islas.

José Carlos Mauricio, ex secretario general del PCC y ex delfín de Santiago Carrillo, fundó Iniciativa Canaria (Ican) como paso previo a la creación de Coalición Canaria, donde confluyó parte de la derecha (AIC), el nacionalismo (PNC), el centro (CCN) y la izquierda de Canarias (Ican y Asamblea Majorera). Finalmente, cuando parecía que el PCC iba a fenecer, algunos viejos comunistas se han juntado con otro veteranos y también con jóvenes que se han propuesto que el histórico partido siga latente. Vivo y coleando.

El pasado mes de marzo el Partido Comunista de Canarias (PCC) celebró su XIII Congreso bajo el lema Un partido para la acción, un proyecto de revolución. En medio de las movilizaciones más importantes ocurridas en el Archipiélago y tras el XX Congreso del Partido Comunista de España (PCE) el pasado diciembre, se desarrolló el Congreso del PCC, articulando “un trabajo a desarrollar en Canarias para generar y propiciar una ruptura social y política”. En el anterior congreso, celebrado en Tenerife en julio de 2013, fue elegido secretario general del PCC Miguel Ángel Pérez, que ahora ha dado el relevo al herreño Abel Fernández.

Nueva dirección

La presencia de delegaciones de comunistas de diversas islas en el Congreso celebrado en La Laguna ha favorecido la elección de una nueva dirección compuesta por Abel Fernández como nuevo secretario general del PCC, Hiurma Castejón, Vicente López, Noemi Pérez y Arturo Borges, “con un apoyo sin fisuras para que marquen el trabajo de esta organización comunista que pretende convertirse en un referente para todas las que esperan y quieren construir el socialismo como salida al actual estado de cosas”.

“La recuperación de aspectos definidores de una organización comunista, como el marxismo-leninismo, la organización desde el marco laboral y sectorial para incidir en las contradicciones que permiten el actual nivel de explotación de nuestras jóvenes y trabajadoras en los distintos espacios de la producción, son las aportaciones y cambios que están permitiendo el reencuentro con las personas con esta sensibilidad revolucionaria”, dicen.

En línea con la estrategia que marca el PCE y concretamente su XX Congreso, los comunistas canarios asumieron como objetivo clave “el abrir un proceso constituyente hacia la III República con Democracia Participativa como vía al socialismo. Los cambios que se proponen en el seno del PCC deben suponer también una revolución organizativa”.

Este XIII Congreso del PCC, retrasado en un año a lo previsto, se incorpora como parte ahora de los congresos de vuelta tras la celebración del XX del PCE a primeros de diciembre del pasado año. “Pero esencialmente este XIII Congreso del PCC tiene que ser una respuesta organizada para la consecución de los objetivos que un día se abrieron en la Revolución de Octubre”, señalan.

Contaminación ideológica

El Partido Comunista de España, tras un largo proceso de contaminación ideológica, fue abandonando en sus concepciones y en su política, unas veces de forma expresa y otras por la vía de los hechos, la prioridad clasista que lo justificaba históricamente, opinan los comunistas canarios, que están convencidos de que el episodio determinante de la voladura ideológica fue la renuncia al leninismo.

La renuncia a la actuación como partido independiente “ha conducido a la clase obrera a recular y situarse al filo de un simple factor de producción y con ello el propio partido ha retrocedido hasta las proximidades de la marginalidad, casi a contentarse con la grandeza de sus referencias históricas”, según recogen las conclusiones del congreso.

Sin perjuicio de su común interés estratégico, entienden que la clase obrera no es homogénea, “está diferenciada con cada vez más significativos cambios, tanto de orden estructural como cuantitativos. Es sobresaliente el desplazamiento del sector industrial y agrícola al de servicios; franjas importantes de las llamadas profesiones liberales se le aproximan por la vía de su asalarización.

Capas intermedias

El PCC, en las conclusiones de su congreso, señala que “al tiempo conviven cerca de la clase capas intermedias y grupos civilmente discriminados, y toda una acumulación de conflictos que si bien tienen, en última instancia, su origen en la contradicción central del sistema, se manifiestan con gran autonomía política y con concepciones especificas distanciadas estratégicamente de la aspiración socialista”.

Canarias, a su juicio, vive una deriva de pobreza y de destrucción de los limitados derechos de la clase trabajadora conquistados por el movimiento obrero, desconocida en las últimas décadas. “La clase dirigente canaria, vinculada por los lazos de intereses con las burguesías estatales y europeas, se convierte en la última del eslabón de la cadena en apretar el cuello de esa mayoría social que produce, emigra, consume basuras, para cubrir hasta las últimas pérdidas de su mala gestión”.

“Nuestra existencia toma sentido por el trabajo realizado para dotar de estructuras y de apoyo personal y militante a un colectivo que defiende a Canarias en una línea transformadora, de forma consecuente, con mucho heroísmo, y en un proyecto que ha confrontado con lo que ha venido siendo el fracasado modelo de la clase dominante en este archipiélago ya que nunca ha conseguido niveles de desarrollo suficientes para la totalidad de las canarias y canarios”.

Para el PCC, Canarias se encuentra en un estado de emergencia social. “Todos los índices de esta siniestra realidad se manifiestan con particular agudeza y con los horizontes más sombríos. La clase obrera y el campo popular en su conjunto se enfrentan a la misma a la defensiva, sin proyecto propio, contestando, en el mejor de los supuestos, a la iniciativa de la gran patronal. La clase dominante sí que adelanta propuestas que representan, de un lado, una involución de cien años en los derechos sociales y, de otro, la recomposición de su poder de clase masacrando, al tiempo, a capas de la pequeña y mediana burguesía productiva y comercial”.

Emergencia social en Canarias

La recuperación del marxismo-leninismo acordada en el reciente XX Congreso del PCE supone para los comunistas canarios “un hecho fundamental para el viraje histórico en nuestra organización. Tal cosa es también esencial, sin dudas, para abordar la unidad de las y los comunistas, pero no cualquier unidad sino la que permita la reconstrucción de un partido libre de toda corrupción oportunista”.

En Canarias el proceso de liquidación del partido adquirió dimensiones dramáticas, afirman. “La casi totalidad de la dirección del PCC, desde la transición, desde luego la más significada socialmente como tal, participó activamente en el proceso de degeneración y no sólo acordó la disolución expresa del partido, sino que se pasó en bloque al campo de lo más extremo de los enemigos de clase”.

Según ellos, la situación de emergencia social señalada, el actual estado de cosas, es sin dudas determinante para la voluntad de recomponer la organización partidaria, para llevar a la sociedad el criterio comunista y por desempeñar el papel que le debe corresponder en el combate clasista en el Archipiélago.

La diferenciación de la lucha política y social en Canarias, “marcada por su singular formación social y superestructura política, facilita, y hasta exige, que la reconstrucción del partido en Canarias se desenvuelva en un amplio marco de autonomía con relación al mismo proceso a escala de estado. Nuestro propósito debe ser abrirnos camino en la cohesión político-ideológica y en el desarrollo de iniciativas y movilizaciones que transmitan a la sociedad el punto de vista comunista”, concluyen.

Enterrado desde su nacimiento

El nuevo secretario general del PCC, Abel Fernández Acosta (El Pinar, El Hierro, 1975), es asesor laboral y fiscal. Está orgulloso de haber nacido en el municipio más joven de Canarias porque fue donde se construyó en 1983 el primer monumento a los caídos republicanos, que además es propiedad del Partido Comunista. Fue inaugurado por Aurelio Ayala y José Carlos Mauricio. Es afiliado del PC desde 2010.

El congreso se enmarcó en la nueva fase del PC, tanto a nivel estatal como canario, a partir del XX Congreso nacional. “Es la evolución del partido en los últimos años, donde se recupera tras salir de una segunda clandestinidad al estar subsumido en IU. Queremos recuperar sus funciones, incluyendo las electorales. El PC vuelve a actuar directamente como tal partido. Por eso hablo de una segunda fase en la que se recupera después de 40 años”, afirma Abel Fernández.

El leninismo, según él, no es solo un movimiento simbólico, que también, sino una forma de análisis, de actuación en el movimiento obrero, en los grupos sociales… “Salimos de la clandestinidad, y más en Canarias, donde vivimos a principios de los 90 una crisis fortísima en la dirección histórica de los proyectos, por lo que hubo que recuperar el partido con un equipo joven en el que también participan veteranos y gente que ha vuelto al partido, incorporándose en esta fase de resurgimiento y de recuperación del leninismo”.

Partido reforzado

El PCC es un partido que sale reforzado y con un planteamiento de acción e intervención política clara, según sus militantes. “No solo es un partido que tiene un papel de referencia simbólica, sino también como instrumento de acción política”.

Fernández niega que el comunista sea un partido desfasado o descolocado en el siglo XXI, un siglo después de la revolución rusa. “No, no. A este partido se le lleva enterrando desde su nacimiento. Pero los muertos que vos matásteis gozan de buena salud. Evidentemente siempre hay un sector importante en el ámbito de la izquierda que lo que busca no es solo la desaparición de las siglas, que les molesta, sino de un proyecto que supone una negación radical del capitalismo”.

Abel Fernández cree que el comunismo sigue siendo “tan necesario como siempre, sigue en vigencia”, a pesar de que sus detractores señalan al fracaso de la Europa del Este con el liderazgo de la URSS.

“La dictadura franquista solo tuvo en frente al PC”

Los comunistas canarios inciden en la idea de que el PC fue el único opositor al franquismo. “La dictadura franquista solo tuvo enfrente al PC. Los demás se pegaron 40 años de vacaciones”.

Fernández Acosta se muestra muy crítico con la herencia del PSOE de Felipe González. “Con cierta perspectiva histórica, teniendo en cuenta dónde ha acabado Felipe González y lo que ha acabado haciendo, no nos extraña. Más que morir acuchillado en el metro de Nueva York, lo que prefería era vivir cómodamente en el consejo de administración de Gas Natural”.

Los pelotazos

Era la época de la beatiful people, donde Solchaga decía que España era el sitio más fácil para dar pelotazos y hacerse rico. “Aquello, más que un proyecto de izquierdas, era un proyecto de modernización desde el punto de vista capitalista y de evolución de una serie de profesionales de la política, cuya trayectoria posterior se ha visto dónde han acabado muchos”.

Está convencido de que la deriva del PSOE perjudicó a la izquierda. “Lo nuestro fue una lucha a contracorriente. En 1982 era muy complicado enfrentarse al sunami del PSOE desde la izquierda. Durante la dictadura ya se proyectó el futuro del Estado español con dos grandes partidos, con un sistema bipartidista, que era la tesis de Fraga. Hubo que forzar la legalización. En la transición se cometió el error de renunciar a una estrategia rupturista a favor de una estrategia reformista. La actitud de Carrillo nos pasó factura. Convertir al PSOE en referente del turnismo fue un proyecto de laboratorio. El PSOE se hacía pasar por el partido de la izquierda y mantuvo el régimen del 78, y lo sigue manteniendo”.

El PC se diluyó posteriormente en Izquierda Unida. “Esto ha sido parte de una tradición de alianzas. El PC ha sido el partido del Frente Popular, Frente Único Revolucionario, la Junta Democrática, IU. Aquí en Canarias tuvimos la experiencia en el 82 de Asamblea Canaria y Coordinadora Canaria… Hay una larga tradición de alianzas. No es diluirnos ni escondernos”.

La irrupción de Podemos

El secretario general contesta a lo que ha significado la aparición de Podemos para la izquierda. “Creo que todavía no estamos en la perspectiva de analizarlo bien. Todavía se tiene que asentar para poder hacer un análisis con tranquilidad sobre ese tema. La alianza de IU con Podemos forma parte de las coyunturas concretas que se producen. Hay un proceso de refundación de la propia IU que no se termina y que ha dejado cancha para que otras iniciativas se desarrollen. En esta alianza hemos priorizado la necesidad de haber una alternativa a la actual situación”.

“La lucha es lenta y viene determinada por las propias realidades y contradicciones de las sociedades de Canarias, que no hemos tenido un proceso de proletariación, de concentraciones obreras. Aquí prácticamente hemos pasado de la agricultura al sector servicios en muy pocos años, con lo que eso supone en la sociedad, con el peso del caciquismo. Pasamos del feudalismo al siglo XXI sin darnos cuenta”.

Entiende que el relevo en el PCC no significa ruptura con los antecesores dirigentes. “En Canarias ha habido una increíble generosidad de la militancia veterana del partido, tanto en los años 60 con un grupo de dirigentes que reconstruyó el partido, luego en los noventa y ahora en el siglo XXI. En ese sentido no ha habido una lucha generacional”, concluye Fernández.