La apuesta por la innovación en Canarias no termina de arrancar. Según datos de la Oficina Europea de Patentes (OEP), la región se encuentra a la cola de España en el número total de aplicaciones a patentes en 2017.
En concreto, Canarias registró en 2017 un total de 8 aplicaciones de patente europea, sólo por encima de La Rioja (6), Extremadura (3) Ceuta y Melilla (0). Nuestra comunidad comparte el quinto puesto de las comunidades autónomas con menos aplicaciones junto a Islas Baleares y Cantabria.
Sin embargo, en el informe también se refleja que Canarias fue una de las comunidades autónomas que registraron un repunte de aplicaciones con respecto al año anterior. En concreto, un 33% más que en 2016. Pese a que en números totales las aplicaciones fueron escasas, este repunte de solicitudes confirma que Canarias comparte la tendencia de crecimiento generalizado en nuestro país.
La tendencia de crecimiento está determinada por diversos factores. Entre ellos, el informe elaborado por la OEP destaca el papel que han tenido los centros de investigación públicos y privados en nuestro país a la hora de mantener el progresivo volumen de solicitudes de patentes, que ha aumentado por tercer año consecutivo.
Esta apuesta por la innovación y por la transferencia de conocimiento científico a la sociedad por parte de los centros públicos atiende, en gran medida, a los objetivos impuestos por el programa europeo Horizonte 2020. Este proyecto, que cuenta con casi 80.00 millones de euros de presupuesto, nació en 2014 para potenciar la labor de investigadores, empresas y entidades públicas en toda Europa a través de la financiación.
En Canarias, son muchas las instituciones públicas que han potenciado el emprendimiento y la innovación en las islas a través de programas como Horizonte 2020, entre ellas los parques tecnológicos presentes en Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife o el Instituto Tecnológico de Canarias. Asimismo, la red de innovación y emprendimiento también se extiende a las universidades, que han desarrollado sus propias herramientas que sirven de nexo entre sus centros de investigación y empresas.
La Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (FCPCT) es uno de estos ejemplos. La FCPCT, que en junio celebrará su décimo aniversario, promueve el acercamiento del mundo científico y el empresarial a través de sus redes. Actualmente, este organismo colabora con la Asociación Internacional de Parques Tecnológicos o la Red de Centros de Innovación y Desarrollo Empresarial, entre otros actores.
“Además de gestionar el I+D, nuestra función es principalmente la de impulsar la transferencia de conocimiento del mundo científico al empresarial y a la sociedad; que la investigación que se hace en el ámbito académico se pueda poner en valor de mercado y en valor social”, concreta Ely Rodríguez, técnico en Innovación y Emprendimiento de la FCPCT.
Precisamente, la ULPGC ha venido haciendo un esfuerzo por profesionalizar su atención a la propiedad intelectual y a la producción científica a través de la generación de patentes de calidad. María Sacristán, responsable de Propiedad Industrial e Intelectual de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, confirma que ha habido un antes y un después en las patentes académicas de la Universidad a partir de la creación de su Oficina de Propiedad Industrial e Intelectual en 2015.
Con ella, se pretendía dar cobertura a las innovaciones llevadas a cabo por el ámbito académico, profesionalizando el proceso de patente: “Desde su nacimiento en 1989 hasta 2015, la universidad tenía una media de solicitudes de patente de 2,5 anual. Desde el 2015 hasta el 2017 se han solicitado más de 30; el crecimiento ha sido exponencial”.
Sacristán afirma que este cambio de actitud sobre la generación de las patentes también ha sido emulado por otras universidades españolas, principalmente a partir de abril de 2017, cuando cambia la ley de patentes española: “Antes las universidades no pagaban tasas de registro de patentes en la Oficina Española de Patentes y Marca. Por eso, muchas de las patentes que se suscribían eran de carácter curricular, para incluir en la experiencia de los docentes, y no tenían una acción de transferencia a la sociedad y al mercado”.
Hoy en día, con el abono de tasas, se obliga a las universidades a que las patentes que registren sean de calidad, que tenga intención de aplicarse de forma real o de venderse a una empresa que pueda industrializarlas. A efectos de la ULPGC se ha empezado a tener acciones de negociación con empresas para poder transferir dicho conocimiento. Como ejemplo, el pasado año se transfirió una patente de biomedicina centrada en implantes cocleares (que estimulan el oído interior en personas con capacidad auditiva reducida) a una reconocida multinacional.
Una sociedad que carece de cultura emprendedora
La educación en cultura emprendedora, la creación de espacios para el desarrollo de proyectos y la búsqueda de sinergias entre los innovadores es, para Ely Rodríguez, casi tan importante como los recursos y la financiación a la hora de fortalecer el emprendimiento en las Islas: “En Canarias el problema del emprendimiento no es tanto una cuestión de recursos, sino más bien de cultura; no existe una cultura emprendedora fuerte ni en España ni en las Islas. Contamos con recursos, manejamos proyectos europeos con una financiación muy buena, (…) lo que necesitamos es gente que acepte la ambigüedad y el riesgo que supone emprender”.
Otros expertos españoles parecen respaldar esta opinión. De hecho, la última encuesta a expertos realizada en nuestro país por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) refleja esta realidad: de las doce condiciones de entorno que obstaculizan la actividad emprendedora en España, la formación y educación emprendedora en la etapa escolar recibió una de las calificaciones más deficientes, junto con las políticas gubernamentales de apoyo y la burocracia e impuestos. Este mismo informe destaca en sus conclusiones que la importancia de fortalecer el emprendimiento a través de los diversos niveles educativos.
Por este motivo, desde la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico de la ULPGC dan soporte a empresas de base tecnológica de las islas. Actualmente, la fundación acoge a 50 empresas en sus instalaciones, no sólo dándoles acceso a programas de financiación e internacionalización, sino también ofreciéndoles espacios donde puedan desarrollar sus actividades, generar sinergias entre ellos y crear un ecosistema de emprendimiento e innovación. Con este mismo fin, la FCPCT organiza en colaboración con otras instituciones los encuentros tecnológicos, que reúnen a empresas y grupos de investigación. Son, en definitiva, un punto de encuentro entre ellos para compartir ideas, ampliar su red de contactos y, en el mejor de los casos, que surjan nuevas colaboraciones.
Las expertas consultadas están de acuerdo en afirmar que Canarias dispone de recursos y que existe una apuesta para que la comunidad autónoma evolucione hasta convertirse en una economía más innovadora y emprendedora. Pero, para que se dé este escenario, es vital seguir apostando por la mejora de las condiciones del ecosistema emprendedor e innovador en las islas. Esto sólo será posible a través de la colaboración, el compromiso y la co-creación entre los diversos actores económicos, políticos y sociales.