A punto de finalizar los proyectos para la implantación del tren de Gran Canaria desde el Cabildo no se conoce aún de dónde procederá la financiación para su implantación. Los estudios con los que cuentan dan total viabilidad a esta nueva infraestructura que de materializarse cambiaría por completo la forma en la que los grancanarios y visitantes se mueven por el corredor sur de la isla, entre la capital y Maspalomas. Sin embargo, existen muchas voces críticas que no consideran oportuno de ninguna manera plantear semejante cuestión. En Canarias Ahora hemos querido conocer en qué punto está ahora mismo el proyecto y cuán factible es su construcción y culminación a medio y largo plazo.
Los diferentes grupos políticos que han ocupado las instituciones cabildicia y regional han jugado durante años con la idea de la instalación de un tren para unir la capital de Gran Canaria con el sur de la Isla. También hay planes para llevar el tren hacia el norte o para su implantación en islas como Tenerife donde actualmente se desarrolla un proyecto similar para los trenes del Norte y Sur.
En Gran Canaria, el último impulso a la idea llegó en el anterior mandato en el Cabildo gobernado por quien hoy es vicepresidente del Gobierno de Canarias, José Miguel Pérez, y su vicepresidente y cabeza visible de Nueva Canarias, Román Rodríguez, que por aquel entonces ocupaba también la consejería de Desarrollo Económico, Obras Públicas e Infraestructuras. Durante los cuatro años que el pacto entre socialistas y Nueva Canarias gobernó la máxima institución insular se llevaron a cabo diferentes actuaciones concernientes al desarrollo de los distintos planes y proyectos encaminados a la implantación del tren en este corredor de la Isla.
Para ello, en 2009 se constituye la empresa Ferrocarriles de Gran Canaria dentro de la Autoridad Única de Transporte de Gran Canaria con el fin del diseño de este sistema ferroviario en la Isla, así como la posterior materialización de las infraestructuras necesarias para su implantación y finalmente su explotación una vez concluido el proceso de construcción y puesta a punto. A través de esta empresa pública dependiente del Cabildo se llevan a cabo los distintos concursos, licitaciones, adjudicaciones así como seguimiento y supervisión de los contratos y pormenores que tienen que ver con el desarrollo de tan ambicioso plan.
El recorrido del ferrocarril cubriría los casi 54 kilómetros que separan la capital con Maspalomas con dos modalidades de recorrido diferentes. La general, que hace un total de nueve paradas en los núcleos de población más importantes del corredor sur antes de llegar a su destino final, tendrá una duración de viaje de unos 45 minutos. Para aquellos que no necesiten apearse en ninguna de las paradas intermedias se ha ideado la modalidad expres que hará el recorrido de punta a punta en 15 minutos.
Entre la ciudadanía hay opiniones divididas. Por un lado están aquellos que ven la obra y el futuro tren como una señal de progreso, modernidad y comodidad pero también hay quien cree que no es necesario gastarse tal cantidad de dinero cuando estamos atravesando por la actual situación económica. Sea como fuere, los trabajos siguen en marcha y tan sólo quedan ya tres proyectos abiertos que se irán cerrando a lo largo del próximo año, por un lado el de electrificación de la red y por otro el de la estación de Jinámar. El tercer proyecto que se espera acabar lo antes posible es el que se encarga de las expropiaciones de los terrenos necesarios para su construcción.
Su realización está siendo sufragada con fondos provenientes del Ministerio de Fomento a partir de un convenio firmado con el Cabildo de Gran Canaria. En los Presupuestos Generales de 2014 se destinó una partida de 1.900.000€ para estos proyectos y para el año que viene está previsto que se destine un millón de euros. El coste total de la obra está cifrado en torno a los 1.500 millones aunque esta cantidad aumenta significativamente dependiendo de quien dé la respuesta. Aunque el grupo de gobierno del Cabildo se escora en una posible inversión privada que se haga cargo de su construcción lo cierto es que no está nada claro de dónde saldrán los fondos para comenzar las obras.
El Cabildo maneja un informe de viabilidad realizado por la empresa Ineco, dependiente del Ministerio de Fomento, en el que se recogen los principales aspectos de este macro proyecto: la creación de miles de puestos de trabajo directo en los cuatro años que durará su construcción, los cerca de 14,6 millones de pasajeros que movería el primer año de funcionamiento o el precio del viaje similar a lo que ahora cuesta hacer el recorrido en las líneas de Global.
Durante los casi tres años que el Partido Popular ocupa el gobierno en el Cabildo poco se ha oído hablar del tren. En la campaña electoral de 2011 sí que se pudo ver al ahora presidente de la institución insular hacer declaraciones contrarias a su implantación alegando que no se trataba entonces de una necesidad para la Isla. La realidad es que con el PP en el Cabildo los proyectos han seguido realizándose y si todo marcha como planean, el próximo año ya estarán acabados. Quizá por ir preparando el terreno para lo que pueda venir después el propio Bravo de Laguna saltó de nuevo a la palestra el pasado mes de mayo para declarar la necesidad de relanzar el proyecto del tren. El presidente, en declaraciones a Europa Press, habló de la necesidad de pensar en las futuras generaciones más que en las próximas elecciones pero también reconoció que aunque se acaben los proyectos faltará lo más importante, la inversión de los 1.500 millones de euros. Y es que la política de recortes generalizados desde que el Partido Popular llegará al Gobierno del Estado en 2011 unido a que todavía andamos moviéndonos en una coyuntura en la que algunos se empeñan en ver la luz al final del túnel pero la gran mayoría sigue sin vislumbrarla no son situaciones propicias para interpretar que el Gobierno de España pueda ser capaz de afrontar semejante inversión no prioritaria si se compara con otros aspectos que a priori se pueden antojar más apremiantes como la educación, la sanidad o las políticas sociales.
María del Carmen Rosario Godoy, consejera de Transportes y Viviendas del Cabildo de Gran Canaria: “Pronto puede haber sorpresas porque ya hay personas que nos han pedido el proyecto para conocer su viabilidad”.
¿En qué situación está ahora la redacción de los proyectos?
Para poder terminar los proyectos que están iniciados necesitamos que el Gobierno de Canarias apruebe la declaración de impacto ambiental. Enviamos todo hace un año y tenían cuatro meses para responder, es cierto que los plazos se han interrumpido para subsanar errores pero ahora han pasado más de cuatro meses y seguimos sin respuesta. Es importantísimo cerrar los proyectos que ya están en un 80% de ejecución para que las empresas implicadas puedan terminarlo. En 2015 tiene que estar todo cerrado y aún estamos tratando de interpretar si el silencio del Gobierno de Canarias es positivo o no.
¿Realmente lo que necesita Gran Canaria ahora mismo es un tren?
No podemos renunciar a algo que por justicia nos corresponde, si en todo el territorio nacional todas las infraestructuras las hace el ministerio a nosotros se nos debe tratar igual. En momentos de crisis y recesión hemos conseguido dar trabajo a muchísima gente relacionada con la ingeniería y la arquitectura y muchísimos puestos de trabajo más que vendrán con su construcción. Estamos hablando de una inversión muy elevada, y que con los estudios elaborados por Ineco, creará 200 puestos de trabajo cuando esté funcionando y más de 2.000 durante su construcción.
¿Ante la situación actual, de dónde saldrá entonces el dinero para su construcción?
Esto puede hacerse a través de una inversión privada si la autoriza el ministerio pero lo que está claro es que el Cabildo de Gran Canaria no puede hacer semejante desembolso. Estamos convencidos de que pronto puede haber sorpresas porque ya hay personas que nos han pedido los datos que tenemos para ver la viabilidad de la implantación del tren. Lo importante es trabajar para acabar esos proyectos y dejarlos cerrado por si apareciera alguien interesado en hacer esa inversión.
¿De verdad creen en el Cabildo que un inversor extranjero querrá financiar una obra en una Isla que apenas alcanza el millón de personas?
Los datos que tenemos en la mano del estudio elaborado por Ineco son muy positivos, en cuanto a número de pasajeros, una tarifa de unos 3€ desde la capital al sur, el tiempo que tardaría: 15 minutos el express y 45 el que hace todas las paradas. Además todas las estaciones están preparadas para que convivan todo tipo de transporte público. Cuando ese documento cae en manos de alguien se lee algo agradable y que indica que es factible su realización. Muchas veces la gente se confunde y tienen que saber que el dinero presupuestado para eso no se puede destinar a otra cosa. Analizando la parte positiva estamos dando trabajo a ingenieros y arquitectos. Una vez concluidos los proyectos tenemos que buscar acuerdos con todo el transporte público, taxis y guaguas que son los que ahora se ocupan de este corredor.
Luis Sánchez: “la inversión en los trenes no favorece una economía sostenible pero sí conseguirá a largo plazo un daño ambiental que perdurará en el tiempo”.
La federación ecologista Ben Magec-Ecologistas en Acción ha sido uno de los grupos que ha mantenido una defensa acérrima a la no construcción de este tren en el corredor sur de la Isla. Su portavoz habla de intereses especulativos y un daño medioambiental evitable si se potenciaran otras formas de transporte más adaptadas a la configuración del territorio insular como lo son las guaguas.
¿Qué opinión le merece la idea de implantar un tren de la capital al Sur de Gran Canaria?
Es una obra innecesaria además de insostenible desde el punto de vista medioambiental y territorial y no conseguirá solucionar los problemas de movilidad de Gran Canaria. Lo quieren vender como un medio de transporte ecológico y es un medio muy rígido para la configuración de la población de la Isla. Además va a depender de la combustión de combustibles fósiles por muy eléctrico que sea y aquí en Canarias se ha apostado muy poco por las energías renovables por lo que dependerá de las centrales térmicas para su funcionamiento y esto agravará más la emisión de gases de efecto invernadero.
Estamos hablando de un tren de velocidad alta, que ni siquiera se trata de un cercanía y que tiene una trayectoria muy rígida que lo que hará es concentrar la movilidad de los municipios de forma trasversal desde arriba abajo, se trata de un fenómeno totalmente especulativo. Nosotros creemos que las guaguas son sostenibles y más flexibles para adaptarse a la realidad territorial de Gran Canaria.
¿No compensa de ninguna manera aunque se generen muchos puestos de trabajo?
Esto es más de lo mismo, los puestos de trabajo vinculados a la construcción son pan para hoy y hambre para mañana. No supone generar una economía sostenible a largo plazo sino que crea unas expectativas a corto plazo en el periodo de construcción y después toda esa gente se va al paro. No creemos en este tipo de economía que no es perdurable en el tiempo y además lo que hará será dañar aún más nuestro territorio. Quieren poner un parche al modelo económico que tenemos en Canarias porque generará puestos de trabajo pero por poco tiempo.
Entonces, si el tren no tiene nada bueno, ¿por qué desde el Cabildo se empeñan en seguir adelante con el proyecto?
Esto viene impuesto por el sistema de subvención europeo que pone dinero para los trenes pero realmente creemos que no se trata una necesidad que tenga la población de Gran Canaria y de Canarias en general. Cualquier día dan subvenciones a las centrales nucleares y a alguno se le antoja montar una aquí. Nuestros políticos no piden y exigen lo que la población está demandando. En Canarias habría que hacer unas políticas de movilidad y crear una estrategia real de que la gente no tenga que desplazarse tanto para ir al trabajo. Eso es complicado porque aquí hay mucha gente que trabaja en el Sur y vive en la capital. Hay que fomentar una política del transporte colectivo que ya existe y eso se soluciona primeramente con una mayor apuesta por el servicio de guaguas dándole prioridad sobre el transporte privado. Por ejemplo, con un carril bus continuo en esta línea entre la capital y el Sur y llevar adelante políticas de educación ambiental y sensibilización para que la gente se conciencie de la problemática y empiece a utilizar más el transporte público, claro que eso pasa por tener un mejor servicio y un buen precio.
En materia de grandes infraestructuras los grandes partidos ven dinero de por medio y creen que con eso van a solucionar los problemas de empleo de la población y ya tenemos experiencia, como con el modelo turístico, donde tanto trabajo han generado en la construcción, y tenemos los hoteles llenos pero con una de las mayores tasas de parto de todo el país. Esto es un dinero que viene a corto plazo y no favorece una economía sostenible y lo que sí va a conseguir a largo plazo es un daño ambiental que perdurará en el tiempo.
¿Cuál es el modelo de transportes que ustedes entienden mejor para la Isla?
Actualmente el modelo de movilidad que precisa Gran Canaria debe basarse en las infraestructuras existentes en las que se han invertido, y en este caso, estemos a favor o no, se trata de las carreteras. El medio de transporte por el que se debe apostar debe ser la guagua porque a nivel de consumo energético estamos hablando más o menos de lo mismo en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero pero a la hora de la inversión las diferencias son muy grandes entre un tren y un buen servicio de guaguas. Las guaguas se adaptan muchísimo mejor a la realidad territorial de Gran Canaria, somos una Isla donde los recorridos son normalmente cortos y la población está muy dispersa y por ello se necesita un medio de transporte más flexible y no el tren.
Roque Calero: “Con los millones de euros para los proyectos del tren se ha dilapidado un dinero que podría haber sido utilizado para muchas otras cosas”.
Este doctor en Ingeniería Industrial y Catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria es una de las voces más autorizadas de Canarias en materia de energía e infraestructuras. A sus espaldas tiene innumerables artículos en revistas especializas, ponencias en importantes congresos y también cerca de 40 libros publicados. En una entrevista mantenida con Canarias Ahora, Calero se muestra totalmente en contra de este proyecto ferroviario en Gran Canaria que tacha abiertamente de un auténtico disparate.
¿Desde su posición que le parece la idea de la implantación de un sistema ferroviario en la Isla?
El tren no sería nada positivo para Gran Canaria. La empresa para la que trabajo está inmersa en la realización del Plan Estratégico de Desarrollo Insular que nos encargó el Cabildo, y uno de los ejes que se toca es el del transporte y nosotros decimos que como mínimo se debería actualizar el estudio del tren de acuerdo con las nuevas referencias de ese plan. En un anexo pusimos un DAFO, un análisis de fortalezas y debilidades, sobre lo que significa el tren frente a la guagua eléctrica o de gran capacidad, o sea, hicimos un estudio serio en torno al tema. Los resultados fueron que el tren no tiene viabilidad alguna. Desde ningún punto de vista el tren es un medio de transporte adecuado para Gran Canaria según las conclusiones de ese estudio.
Entonces no es viable de ninguna manera, ¿ni siquiera en términos de ahorro de tiempo para las personas que se desplazan al Sur?
El tren no tiene ningún punto fuerte frente a la guagua. La gente que se ponga en situación con un tren. Alguien que vive en Escaleritas y trabaja en El Tablero. El tren le supone más medios de transporte, más costoso y menos movilidad. Esta persona tiene que coger una guagua o un taxi hasta la estación, porque en las estaciones de Las Palmas de Gran Canaria no hay planeado aparcamiento alguno. Esa guagua o ese taxi suponen el primer desembolso que hay que hacer. Coges el tren en Las Palmas, pagas y llegas a Maspalomas y allí nuevamente tienes que coger otro tren o taxi para ponerte en el Tablero. Imagínate que van cuatro personas de una familia y tienen que pagar lo mismo los cuatros, en cambio si vas en tu coche llegas enseguida y a mucho menos precio. El coste en tiempo y dinero del desplazamiento tren es grandísimo. Muchísima gente que baja al sur lo hace en vehículos profesionales, electricistas, mecánicos... que llevan sus utensilios de trabajo con ellos, esa gente no utilizará nunca el tren. Si miras esos aspectos te das cuenta de que no es viable.
¿Cómo pasa por la cabeza de alguien la implantación de este tren si a priori no tiene ninguna ventaja?
El tren está previsto entre zonas donde hay mucho tráfico punto a punto, por ejemplo de las afueras de Madrid o Barcelona hasta el centro. En Gran Canaria lo que sucede es que mucha gente trabaja en el sur y vive en el sur a diferencia de Tenerife, donde con carreteras han conseguido algo terrible, y es que la gente trabaje en el Sur y viva en Santa Cruz o en La Laguna. Eso cuando aumenten los costes de la gasolina se convertirá en un disparate que no se podrá sostener. Imagina ese tren de Gran Canaria en las horas valle de las mañanas y de media tarde, es un tren con tres vagones pesadísimos y 6000Kv de potencia que consumirá muchísima energía para trasladar a 40, 50 personas a lo sumo. Es un despilfarro absoluto, no salen las cuentas por ningún lado.
¿Y haciendo parada en el aeropuerto?
Tampoco es viable, imagina un turista que llega con su familia de Suecia, con tres o cuatro maletas y que se pasa unas cinco horas en el avión. Llega al aeropuerto y desde ahí tiene que irse a la estación arrastrando las maletas del tren. Cuando llegue tiene que cargarlas y cuando al fin llega al sur su hotel puede estar a dos kilómetros de la estación y tendrá que coger un taxi. Además tendrán que pagar el billete para cuatro personas. Otro disparate.
¿No le extraña que exista consenso político en torno al tren entre la mayoría de los grupos políticos con representación en el Cabildo?
El estudio que hemos hecho, que lo ha encargado el Cabildo, no aparece la implantación del tren porque no es viable. A lo mejor lo que pasa es que como desde el Cabildo saben que esto no llegaré nunca a hacerse no les vale la pena estarse enfrentando con algunos poderes. Yo participé en un grupo de trabajo que se hizo al margen del Cabildo con el tema del tren, en un trabajo que se encargó a una consultora internacional y las cuentas no salían. Lo que pasa es que ha habido unos millones de euros para proyectos de tren se ha dilapidado un dinero que podría haber sido utilizado para muchas otras cosas.
Nosotros somos un territorio pequeño, de aquí al Sur son 50 kilómetros y eso no es nada y si encima cada ayuntamiento se empeña en tener una parada en su municipio esto se ha convertido no ya en un media velocidad sino en un tranvía. Además como no se quiere hacer impacto en el territorio se quiere enterrar el tren en un túnel. ¿Usted se imagina a un turista que viene a visitar la capital y que cuando empiece a entrar en la misma lo metan en un túnel? Pues un disparate, otro más. Son 1500 millones de euros y ese dinero no se tiene. Yo creo que superaría los 2000 millones y, ¿eso es lo prioritario ahora? Hay que estar loco de remate para querer eso para Gran Canaria.
¿Si el tren no es la solución, qué propone usted?
Nosotros tenemos un estudio hecho por una universidad inglesa donde se comparan los costes energéticos por pasajero y kilómetro en los distintos medios de transporte. El sistema óptimo, porque es el que menos kilovatios hora consume por hora es la bicicleta. Después andar y el siguiente es la guagua de pasajeros de gran capacidad. Es más eficiente que incluso un metro. En este momento se están desarrollando también guaguas eléctricas y por ahí va el futuro. Imagínate que estás en Las Palmas y quieres ir a Telde, un coche eléctrico se sale por la autopista y llega a Telde en un momento, es un transporte muy flexible. En Gran Canaria las distancias son cortas y es aquí donde el vehículo eléctrico puede tener éxito. Si coges los 1.500 millones que cuesta el tren y lo transformas en ayudas para la compra de vehículos eléctricos y consigues cambiar radicalmente el parque móvil de la Isla y todos contentos. Y eso sí se puede alimentar con energías renovables. Estamos hablando de afrontar otro modelo y no el del pasado.