130.000 gritos de hambre

130.000 gritos de hambre

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

El 20 de noviembre se conmemoró el 25 Aniversario de la Convención de los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1989, el documento instrumento internacional más ratificado a nivel mundial y que marcó el inicio de una nueva era centrada en el bienestar y necesidades de todos los menores.

España ratificó en 1990 la Convención y se comprometió a su cumplimiento y, si bien es cierto que durante el último cuarto de siglo la situación de la infancia tanto en el país como en Canarias ha sido positiva en términos generales, el cruel salvajismo con el que ha golpeado la crisis económica ha sacado a la luz muchas debilidades estructurales que tienen que ver con el desarrollo de las políticas públicas dirigidas a la infancia.

De hecho, 130.000 niños y niñas canarios sufren a causa de la pobreza, la falta de hogar, el abandono, enfermedades que se pueden prevenir con una vida digna e, incluso, la desigualdad en el acceso a la educación.

Un hogar canario de cuatro miembros, dos adultos y dos menores de edad que viven con 1.300 euros conforman el prototipo de unidad familiar que estaría en el umbral de la pobreza en las Islas.

Al respecto, los economistas Olga Cantó y Luis Ayala, autores de una reciente investigación promovida por Unicef, señalan que uno de los rasgos más distintivos de la realidad social española es el riesgo diferencial de pobreza de los hogares con niños.

Los más vulnerables

“Las distintas fuentes de datos que recogen información sobre diferentes dimensiones del bienestar de los hogares –empleo, ingresos y condiciones de vida– coinciden en mostrar un retrato muy desfavorable de la situación de los hogares con niños y de la creciente insuficiencia de sus recursos para escapar del riesgo de pobreza”, señalan.

Precisamente, el informe Los niños y niñas, los más vulnerables en todas las comunidades autónomas, realizado por la ONG de cooperación Educo, indica que en España las administraciones públicas ayudan solo a una de cada diez familias. Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid suman 1,5 millones de los 2,5 millones de menores que, según esta organización, están bajo el umbral de pobreza.

Unos datos corroborados por la propia consejera de Políticas Sociales, Inés Rojas, cuando el pasado mes de marzo confirmó en el Parlamento que la tasa de pobreza infantil alcanzaba en Canarias el 31%, situándose 9 puntos por encima de la media de la Unión Europea y cuatro con respecto a la media española.

Este fue el principal motivo por el que, desgraciadamente, Canarias se convirtió en pionera en España al poner en marcha en 2013 la apertura de los comedores escolares en verano para que más de 8.000 escolares pudieran tomar su almuerzo en los centros educativos antes la imposibilidad de hacerlo en su propia casa.

Pacto canario por la infancia

Los alarmantes y vergonzantes datos de la pobreza infantil en las Islas han sido el estímulo para que el pasado 17 de noviembre el Parlamento fuera la sede de la firma del Pacto Canario por la Infancia, promovido por Unicef y suscrito por las principales instituciones públicas del Archipiélago.

Un acto solemne en el que estuvieron presentes el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero; el de la Cámara regional, Antonio Castro; el Diputado del Común, Jerónimo Saavedra; los portavoces de los grupos parlamentarios y representantes de la Federación Canaria de Islas (Fecai) y de la Federación Canaria de Municipios (Fecam).

Una firma en la que Rivero anunció que en el primer trimestre del próximo año podría estar aprobado el segundo Plan Integral de Apoyo a la Infancia y en la que Saavedra aprovechó para tirar de las orejas a cabildos y ayuntamientos.

El Diputado del Común advirtió a las instituciones de que deben ir más allá de las declaraciones y los pactos, reprochó a los cabildos que no hayan desarrollado los consejos de la infancia, tal y como establece la carta de la Unicef que cumple 25 años, y a los ayuntamientos les recordó que no tienen regulada la seguridad y la vigilancia de los parques infantiles.

“He puesto mi firma en el Pacto Canario por la Infancia, pero seguiré vigilante”, advirtió.

El Pacto Canario por la Infancia incluye el compromiso de garantizar la inversión pública en infancia, con medidas específicas que combatan la pobreza infantil y corrijan desigualdades, además de fomentar las acciones dirigidas a garantizar una educación inclusiva y de calidad, y la creación y desarrollo de estructuras de participaciones estables y continuadas a nivel municipal, insular y autonómico, que den cauce a la participación infantil y a la participación de profesionales, ciudadanos y entidades de diverso tipo comprometidos con el bienestar de la infancia y la defensa y la protección de sus derechos.

Con el objeto de conocer el grado de cumplimiento de este acuerdo las instituciones acuerdan crear una Comisión de seguimiento de este Pacto, que se reunirá semestralmente para analizar los resultados obtenidos en base al mismo y hacer público los logros alcanzados con respecto a los compromisos adquiridos.

Infome canario anual

Previamente a la firma del Pacto, el 13 de noviembre el Parlamento de Canarias aprobó una iniciativa de todos los grupos políticos emplazando al Gobierno a crear una comisión con representantes de todas las áreas del Ejecutivo, coordinada desde la Consejería de Políticas Sociales, “que emita un informe anual de evaluación del impacto sobre la infancia de los Presupuestos de la Comunidad Autónoma”.

Un informe cuya labor será “recortar la brecha social que está generando en los niños y niñas la actual crisis económica” y que la Cámara regional también invita a que sea realizado por los gobiernos insulares y municipales.

Asimismo, el Parlamento se ha comprometido a que con carácter anual, en la Comisión de Servicios Sociales de la Cámara regional se celebre una sesión sobre el estado de la situación de los niños y niñas en Canarias.

De cara a la próxima legislatura, que se iniciará tras las elecciones previstas para el mes de mayo, se propone también la creación en el Parlamento de una Comisión de Estudio sobre la Infancia.

El riesgo de ser niño en época de crisis

Una comisión que tiene en los trabajos realizados por Unicef un gran trecho avanzado. Según el último informe del comité español de Unicef, los 2.306.000 de niños bajo el umbral de la pobreza en 2013 o el número de los hogares con niños en los que todos los adultos están sin trabajo ha crecido en un 290% desde 2007.

Respecto a la pobreza por tipos de hogar, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2013 demuestran que la tasa de riesgo de pobreza en las distintas tipologías de hogares en los que hay niños es mayor que la media y mayor que en los distintos hogares sin niños.

Para Unicef, esta situación demuestra que la presencia de niños en un hogar es un elemento de vulnerabilidad y de riesgo de pobreza.

En los informes sobre La infancia en España de 2010 y 2012 de Unicef se realizaron sendos análisis sobre la pobreza infantil y el impacto de la crisis en nuestro país, demostrando que “la pobreza está más extendida y es más severa y más intensa en la infancia que en el resto de la población, problema que se ha puesto en evidencia con la crisis”.

La evolución de las tasas de riesgo de pobreza entre niños y adultos, y entre hogares con niños y sin ellos, se aprecia que la diferencia entre unos y otros se ha incrementado en los 8 años analizados por Unicef.

Desiguales desde la infancia

“En el caso de los hogares con y sin niños esta brecha casi se ha triplicado, pasando de una diferencia de 3,2 puntos porcentuales a 11,5 entre 2004 y 2012”, se asegura en el informe La infancia en España 2014. El valor social de los niños: hacia un Pacto de Estado por la Infancia.

“No solo las diferencias de riesgo de pobreza de los niños respecto a los adultos y de los hogares con niños respecto a los hogares sin niños son alarmantes”, asegura el estudio de Unicef en España, sino que “también las diferencias entre los propios niños y entre los hogares con niños son crecientes, y mayores que las desigualdades entre los adultos o entre los hogares sin niños.”

El citado estudio certifica que en 2011, más de uno de cada cuatro niños (25,7%) se encontraba dentro del 20% más pobre de la población española frente a poco menos de un 19% de adultos, y la distancia entre las rentas del 10% más rico y las del 10% más pobre era casi un 30% superior en el caso de los niños que en el los adultos.

Una distancia que había crecido un 32% respecto al año 2008.

Es decir, que como afirma Unicef, “estamos generando desde la infancia una desigualdad que de no corregirse solo puede devenir en una sociedad todavía más desigual e injusta en el futuro”.

Una injusticia que, ojalá, palíe en las Islas el Pacto por la Infancia.

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