Otro México es posible

Urnas electorales.

Natalia Ramos

Las Palmas de Gran Canaria —

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Pocos países en el mundo han soportado 70 años ininterrumpidos a un mismo partido político en el gobierno. A México le ocurrió con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de 1930 a 2000. Toda una vida que deja un profundo arraigo de autoritarismo y elitismo político para perpetuar un sistema ineficaz frente a la violencia sistemática, la corrupción, impunidad, desigualdad y pobreza. Solo el Partido de Acción Nacional (PAN) pudo desbancarlo de 2000 a 2012. Aunque el resultado demostró que era más de lo mismo y de nuevo regresó el PRI en los últimos 6 años.

Pero México despertó el pasado lunes, 2 de julio, abriendo otra página muy distinta que puede cambiar su historia. Todo después de que más de 24 millones de mexicanos un día antes decidieran elegir en las urnas a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que a partir del 1 de diciembre será el presidente de la República con el mayor respaldo conseguido hasta ahora. A diferencia de lo anterior, accede al poder por primera vez una opción de izquierda y lo hace por todo lo alto con el 53% de sufragios, dejando fuera de juego a sus contrincantes, el PAN con 22% y el PRI con 16%.

La euforia por este momento histórico e inédito se extendió hasta para quienes no votaron a favor pero se dejaron contagiar por la confianza en que las cosas pueden empezar a mejorar. Yazmín Cervantes es de Ciudad de México y reside en Tenerife desde hace 3 años. Aunque en su primera votación desde el extranjero no lo hizo por López Obrador, sí reconoce que “lo mejor si algo no funciona es dejar paso a otro”.

A la tercera, la vencida

Ésta es la tercera vez que AMLO intenta llegar a la presidencia de México. Yazmín aún recuerda “el mal sabor de boca” que le dejó cuando no lo logró en su primer intento y, como protesta al proceso electoral que ganó el panista Felipe Calderón, decidió encabezar un plantón (manifestación) que duró varios meses colapsando el centro de la capital. Además dice que no le gustó su gestión como Jefe de Gobierno de Ciudad de México entre e 2000 y 2005 (con el Partido de la Revolución Democrática -PRD-).

Tras su segundo intento fallido en 2012, lejos de abandonar el barco, registró su nuevo partido, Morena, que para estas elecciones se unió con Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES) en la coalición Juntos Haremos Historia.

López Obrador, con 64 años, es un líder forjado en un continuo activismo social apoyado por miles de seguidores, la mayoría clases populares, a los que se les llegó a denominar despectivamente “chairos” para referirse a quienes sueñan con algo irrealizable o imposible en México: la igualdad y la justicia social. Así lo comenta Dalia Villegas, periodista en Morelia, capital de Michoacán, uno de los 32 estados del país con mayor incidencia del crimen organizado en los últimos años.

“Primero, los pobres”

Por eso el representante moral de la izquierda llega al gobierno de manera contundente a través de un tsunami de votos que refleja el enorme cansancio de los mexicanos para seguir sobreviviendo a las mismas grandes lacras de siempre. López Obrador llega al gobierno con la bandera de llevar a cabo un programa de profundo cambio social.

En sus primeras palabras en público tras su victoria reforzó esta idea, entre aplausos: “Erradicar la corrupción e impunidad será la misión principal del nuevo gobierno… sea quien sea será castigado, incluyo a compañeros de lucha, a funcionarios, a los amigos y a los familiares. Un buen juez por la casa empieza. Todo lo ahorrado por el combate a la corrupción y abolir los privilegios se destinará a impulsar el desarrollo del país, no habrá necesidad de aumentar impuestos en términos reales.”

Para Mario Cortez, profesor e investigador de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), en Morelia: “Lo importante en este tema es que el próximo gobierno no crea tener una estrategia infalible. Se requiere de una amplia consulta entre académicos, especialistas, Ong’s y diversos grupos de la sociedad civil. Así como de un poder judicial profesional e independiente del Ejecutivo”. Añade que ya hay programas al respecto, desarrollados por académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en diversas partes del país que han obtenido buenos resultados.

El líder de Juntos Haremos Historia, que logró mayoría en las dos Cámaras y ganó en 31 de los 32 estados -incluyendo Ciudad de México-, quiso reiterar en el discurso su frase emblema: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Habló de un plan de reconciliación y paz para México y dijo que “daremos preferencia a los más humildes y a los olvidados, en especial a los pueblos indígenas de México”.

Tal vez por las referencias que hacen sus detractores a su talante autoritario, matizó que “el nuevo proyecto de nación buscará establecer una auténtica democracia, no apostamos por construir una dictadura abierta ni encubierta, los cambios serán profundos pero se darán con apego al orden legal establecido”.

Cae la derecha

Con la victoria de AMLO, vaticinada acertadamente por las encuestas, queda desterrada la alternancia institucionalizada y continuista entre los dos partidos tradicionales de derecha (el PRI y el PAN).

Gabriel Mejía, activista de Morena, sostiene que el gobierno saliente de Enrique Peña Nieto (del PRI), fracasó en todos los sentidos, empezando por su política exterior que supuso una notable pérdida de reconocimiento internacional para el país. Como ejemplo “el error que cometieron invitando a Donal Trump antes de ser presidente de los Estados Unidos a una entrevista con el presidente mexicano, pensando que mejoraría las relaciones bilaterales y solamente vino a humillar”.

En este sentido López Obrador propone mantener relaciones con el país vecino de “respeto mutuo”, con la mirada puesta en el proceso actual de renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá. Aunque México vende sus productos a más de 200 países, Estados Unidos recibe el 80% de las exportaciones mexicanas.

En materia económica Gabriel añade que México lleva más de 30 años prácticamente “de crecimiento cero y se nota en el mercado interno porque cada vez es más difícil el desarrollo económico de los pequeños negocios, que representan el 95% de empleo a nivel nacional y (paradójicamente) son los que más sufren”.

López Obrador se comprometió a respetar la autonomía del Banco Central y la disciplina financiera y fiscal.

Respecto a la lucha contra la delincuencia, el gobierno de Peña Nieto siguió con la estrategia de militarización y aprobó una ley de seguridad para permitir que los militares realizaran funciones de seguridad pública. Algo que, además de contradecir lo que recoge el marco constitucional, se suma a la lista de fracasos sistemáticos a tenor de los miles de asesinados y desaparecidos en los últimos años, concluye el activista de Morena.

Su análisis sobre la actual situación de corrupción e impunidad no es más alentador: “Aunque hay pruebas de los actos delictivos las instituciones no funcionan en contra de las personas que los cometen. El país está en una crisis humanitaria”.

¿Por qué no cesa la violencia?

La violencia en México, no por más conocida y repetida, sigue siendo un hecho aterrador. En 2017 se registraron 29.168 homicidios intencionales (una media 80 al día), superando el pico más alto alcanzado en 2011. Hace cuatro años se produjo la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, aún sin resolver. Se suman otras muchas desapariciones, amenazas, extorsiones, agresiones de todo tipo.

stos homicidios se relacionan presuntamente con la delincuencia, aunque también se vincula con la violencia de género que causa la muerte de más de 7 mujeres al día. Según cita el portal de noticias de Carmen Aristegui la impunidad en México es del 99.3% y es el cuarto país con mayor corrupción a nivel mundial. Hay un severo déficit de jueces y policías.

En relación al proceso electoral se estima que ha sido uno de los más castigados por la violencia con más de 100 políticos asesinados desde que comenzó el pasado 8 de septiembre.

En opinión de Carlos Rodríguez, doctor en Derecho de la UMSNH, si el Estado no es capaz de controlar la violencia “se puede pensar que existe connivencia entre las autoridades encargadas de la seguridad pública y el crimen organizado”.

Mientras que para el profesor de Filosofía en México “no existe el Estado de Derecho, en el que tengan vigencia efectiva los Derechos Humanos, un equilibrio de poderes separados y unas instituciones eficientes. Los vacíos dejados por la autoridad del Estado han sido ocupados por grupos delincuenciales, no sólo de narcotraficantes, por lo general en colusión con algunos empresarios y autoridades políticas”.

Perfil pragmático

El primer líder social que ocupará la presidencia de México nació en la pequeña villa de Tepetitán, en Tabasco. Su familia era comerciante y uno de sus abuelos, José Obrador Revuelta, procedía de Cantabria, España.

Es licenciado en Ciencias Políticas y comenzó su trayectoria política hace 40 años en el PRI donde permaneció una década. Lo definen como una persona pragmática y tenaz que supo moderar su discurso para sumar simpatías en esta contienda.

De su etapa como Jefe de Gobierno de Ciudad de México, Carlos considera que “nunca tomó posiciones radicales, tuvo buen trato con los empresarios e implementó programas sociales”.

En cobertura periodística de la campaña electoral Dalia fue testigo de cómo las multitudes de todas las edades le veneraban en los actos públicos, incluso lloraban por la emoción de saludarlo y tenerlo cerca. López Obrador prefiere la proximidad con la gente, por lo que siempre ha manifestado que no usará escolta militar. En su época de Jefe de Gobierno tenía un equipo de 6 mujeres entrenadas para su protección.

“Al Palacio o a la Chingada (nombre de su rancho)” dijo López Obrador antes de las elecciones. Está claro que de momento el segundo tendrá que esperar para incorporarse al primero el próximo 1 de diciembre tras 5 meses de larga transición.

La honestidad es su bandera para que otro México, el que pide a gritos la gente que confía en él, sea posible de una vez por todas.

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