Hemos llegado a Alcalá la Real, Jaén. Sede del Festival de música Etnosur que en este mes de julio ha celebrado su décimonovena edición. Un encuentro que recuerda a nuestro WOMAD, que desde el año pasado se celebra en la isla de Fuerteventura. Un concepto cultural que se asienta ya como alternativa turística capaz de reunir a miles de personas, donde lo que prima no es el lugar, sino la mezcla de culturas, la movilidad que genera, el intercambio, la convivencia y sobre todo que la música siga sonando, al margen de los canales más comerciales. En esta cita fueron los senegaleses Noumoucounda Cissoko junto a la orquesta Colombiana La 33 los artífices de hacer botar a público de todas las edades y mover las caderas a pesar de las altas temperaturas.
Si se trata de música y personas todo puede acabar sonando bien. Así ha ocurrido en Etnosur. Según el dicho, hay tres cosas donde no importa el idioma; el deporte, el sexo y la música. En un Festival tan variado y rico bien podríamos hablar de las tres, pero centrémonos en la música, que es la que nos ha traído hasta aquí y dejemos el resto para el próximo viaje.
Grupos de África, América y España sonaron en el Etnosur. Diferentes formaciones musicales, cada uno con su particularidad y por lo general con algo en común, fusionar la música de raíz con los sonidos más contemporáneos.
El grupo Guadalupe Plata de Jaén y cabeza de cartel este año ofreció entre sus temas un martinete, palo flamenco originado en las fraguas ó herrerías. Así lo comentó un grupo de asistentes del público, quienes se mostraban emocionados al ver el martillo o mazo, junto al que han crecido muchos, típico en su tierra natal, empleados ahora para hacer música sobre el escenario. Intentamos hablar con el cantante de Guadalupe Plata pero no se encontraba en buen estado después del concierto. Así nos lo transmitió el manager del grupo quien afirmó que había sido una actuación muy importante, teniendo en cuenta que ellos son de la zona y que, este año además, ha estado en sus manos la producción del Festival. Hablamos con el cantante del grupo senegalés Noumoucounda Cissoko. “Estoy muy contento de estar aquí con mi gran familia por primera vez, me ha sorprendido la acogida que nos han dado los españoles”. Cissoko está dando mucho que hablar, toca la Kora, uno de los instrumentos tradicionales característicos de África Occidental, aunque explica: “Mi manera de tocar no es la tradicional, yo mezclo el sonido de la Kora con ritmos actuales hasta conseguir mi propio estilo”
El batería de esta formación Yoann Julliard, nacido en Francia, lleva más de 25 años dedicado a la música y viaja por diferentes países de África, Asia y Europa. Aseguró que las vibraciones que había sentido en el escenario -contaba ahora desde el público-, eran buenas y se extendían. Yoann respondía a las preguntas entre los comentarios del propio público quien aclamaba la actuación y se preparaba ya para escuchar a La 33, que en ese momento subía al escenario.
La 33 es una banda cuyo eje principal es la salsa pero como la mayoría de los grupos que se han dado cita este año en el encuentro musical tienden a experimentar con la música y llevar los estilos definidos a otras dimensiones. Dejamos que la música siga sonando y nos vamos a otros entornos.
Agüita agüita, que la rama está sequitaAgüita agüita
Mes de julio, Jaén, decir calor se queda corto. Pero el público no dejó de bailar, disfrutar y emocionarse. Nos acercamos a la piscina municipal contigua al recinto. A las 17:00 de la tarde de la jornada del sábado se podía escuchar desde la piscina a los diferentes grupos ecualizando. La piscina fue el lugar ideal no sólo para refrescarse y recargar las pilas, sino para echar una siestita e incluso dormir la mona a pierna suelta. Mientras nosotros entrábamos salía un grupo de jóvenes, cerveza en mano cantando “Agüita agüita, que la rama está sequita”, sobra decir que eran canarios.
El pueblo Alcalá la Real se transforma en pura actividad, la oferta musical no se restringe sólo al escenario de los conciertos, también hubo actuaciones en la plaza del ayuntamiento y calles circundantes. Grupos menos conocidos reunieron a cientos de personas a su alrededor, tocando en cualquier esquina, a veces incluso, llegando a dificultar el tráfico de coches. No faltaron opciones para todos los gustos, el Paseo Los Álamos, lleno de puestos de artesanía y hasta dónde llegaba la música, diversificaba la oferta. Por allí paseaba público de todas las edades, bullía la vida, por momentos asustaba la aglomeración de personas en algunos puntos, casi siempre frente a los escenarios, aunque el programa también ofreció videos documentales, conferencias, literatura, talleres y circo.
Se preguntarán cómo soportamos el calor. A grandes males, grandes remedios. Un simple dosificador o una pistola de agua sirvieron para sobrellevar la estancia a muchos de los asistentes, algunas terrazas y zonas estaban acondicionadas con dispersores de agua y las fuentes se convirtieron en el alivio de los más acalorados que no se saciaban con un chorrito.
Los que tuvimos la posibilidad y decidimos inspeccionar un poco la zona, por los alrededores del pueblo encontramos alguna sorpresa natural como es el nacimiento del río San Juan, una zona habilitada para el baño a 15 minutos en coche, ubicada en el municipio Castillo de Locubín. Según dejábamos atrás la música y la algarabía nos adentramos en el canto de las chicharras, las aguas frías y completamente transparentes que llenan las pozas de un paraje de gran belleza El contraste perfecto para desconectar por un rato y volver frescos.
Para reponer energías, comidas del mundo.
Volvíamos con hambre, era el momento de visitar la zona de puestos de comidas. Platos elaborados de diferente procedencia, Vietnam, Paquistán, México…
Manuel Cerpa es de Málaga y hace 10 años acude al Etnosur con su trapiche o exprimidora de caña de azúcar originaria de Perú. Más de 300 kilos de caña que cultiva él mismo, apilados junto al trapiche, nos recuerdan la famosa fiesta de la caña de Jinámar. Un puntito dulce entre tanto eco tribal sienta bien a cualquiera, así que equilibramos la dieta. “Se toma con hielo, yo le pongo un poquito de limón, y antes, cuando me lo permitían le ponía ron, pero ahora lo han prohibido”. “Esta es la bebida nacional en Cuba, le llaman Guarapo, se lo ponen en el biberón a los niños”. Con el mismo nombre denominamos nosotros al zumo dulce extraído de la Palmera Canaria.
Manuel asegura que ha cambiado el ambiente del Festival. “Actualmente vive de las rentas del pasado, ha bajado en asistencia de público y en frescura”. Asegura que cuando comenzó a celebrarse el festival la música era totalmente desconocida, “todo era nuevo, ahora ya no es extraño comerte un burrito o escuchar a un grupo senegalés”.
Seguimos el recorrido por los puestos, creps, woks, salchichas originales alemanas, falafel, fritada de chistorra...Mientras unos recargan fuerzas con estos manjares, otros analizan lo que se van a comer.
Cómo ir de Festival y no morir en el intento
Al lado justo de los puestos gastronómicos, encontramos un stand con un cartel muy simpático en el que te explican cómo ir de Festival y no morir en el intento. Entre otros consejos, “si hay follón, usa condón”.
Nos atiende Carmen Pérez, coordinadora del Stand Energy Control, un proyecto que pertenece a la Asociación de Bienestar y Desarrollo. “Lo que pretendemos es dar información a los consumidores de drogas, y vendemos algunos productos para prevenir daños”. Nos habla del Safer Sniffing Kit, “Está pensado para personas que esnifan, ya que consumen, que prevengan. Es un paquetito que trae un papel, para hacer el tubo propio y que no lo compartan y no se contagien enfermedades. Trae también una tarjetita para picar bien lo que van a consumir y no se hagan heridas en los orificios nasales, un cartón para que vuelquen la droga y no la pongan en cualquier superficie que pueda estar sucia, un suero para limpiarse después del consumo y evitar que queden restos”. Son materiales de reducción de daños.
Además, en el caso de que fueras a consumir, puedes consultar con ellos. Les das una muestra y te dicen si lleva adulterantes o está limpia. Carmen asegura que los adulterantes más comunes son la cafeína en el Speed y los analgésicos en la cocaína, -revela Carmen-. “Lo más importante es detectar si los añadidos con los que cortan las drogas son inocuos o dañinos, porque a veces se puede provocar incluso la muerte. Cuando se encuentran sustancias adulterantes peligrosas se anuncia en el stand para que los consumidores puedan saberlo y tomar precauciones”.
Entre el público, franceses, ingleses, guatemaltecos, españoles, algunos canarios y muchos alcalaínos disfrutan y olisquean lo que ofrece Alcalá la Real en estos días y nos dejan su testimonio, “la música es buena, el ambiente es excelente, cabe todo tipo de público sin que haya problemas, se puede disfrutar mucho y comer genial y lo mejor es que no hay que pagar por los conciertos”. La zona acondicionada para acampar dentro del recinto es un campo de fútbol, “hace mucho calor pero es cómodo y si te quedas con ganas puedes seguir allí la fiesta”. Nosotros terminamos la nuestra aquí mismo y el que quiera más que se sume a la alternativa del verano, que tal y como está la cosa, puede ir de oca a oca y tiro porque me toca.
Participación de la Casa África en el Etnosur
La colaboración de Casa África ayuda a generar una red de actuaciones que permite incorporar al cartel músicos de calidad, jóvenes y desconocidos o poco conocidos fuera de su país. La filosofía que siguen es incrementar la presencia de la música africana en los escenarios españoles, poner en contacto a músicos africanos con promotores culturales. Esto lo consiguen a través del programa Vis a Vis. Este año 2015, se celebró en Dakar la sexta edición y fue el escenario donde ganaron Aída Samb, cantante crecida con Youssou NDour, y Noumoucounda Cissoko, ambos participantes del Etnosur y girando por los festivales españoles.
[Este es un contenido Premium de CANARIAS AHORA SEMANAL. Hazte Lector Premium para leerlos todos y apoyar a sus periodistas]