Con la llegada de los primeros rayos del sol, el buen tiempo y las vacaciones comienzan también las visitas a las playas y piscinas, ya sea por unas horas o bien para pasar todo un día. Un periodo en el que se dejan atrás las chaquetas y las botas, para sustituirse por los biquinis y los sombreros, pero olvidando en muchas ocasiones la protección solar. Precisamente, a esto último no siempre se le da la importancia que realmente tiene, al no ser conscientes de que se trata de la primera exposición, tras haber estado la piel durante meses resguardada del sol. Por tanto, la piel se encuentra más sensible después del invierno y corre mucho más peligros si no se protege.
Cada año se llevan a cabo multitud de campañas para extender el hábito en el cuidado de la piel, esto supone aplicar protección no solo para ir a la playa, sino también cuando se sale a la calle, debido a que hay determinadas zonas del cuerpo como la cara, en la que los rayos del sol pueden provocar un envejecimiento prematuro en el rostro, la aparición de manchas o la llegada de las conocidas arrugas por mencionada exposición.
Los denominados rayos UVA pueden modificar la piel a corto plazo provocando manchas o quemaduras solares. De mismo modo, da lugar a un envejecimiento precoz de la piel y la aparición de lunares. Esto no quiere decir que todos sus efectos sean negativos, pues el sol es importante en nuestras vidas al aportar vitamina D, siempre que se haga de forma moderada y no en exceso.
Aunque siempre se haga mención a la radiación solar de forma negativa al ser una de las principales causas de cáncer de piel, cuando se toma el sol de forma moderada durante unos minutos, ayuda a la producción de la vitamina D. Del mismo modo, favorece y mejora el estado de ánimo de las personas, principalmente aquellas que tienden a estar deprimidas o decaídas. Su presencia provocará una mayor sensación de bienestar y entusiasmo.
La doctora Leyre Soutullo nos habla de la importancia de estar protegidos todo el año y responde a las cuestiones que siempre en algún momento nos solemos plantear.
-¿Cómo sabemos cuál es el nivel de protección que mejor se ajusta a nuestra piel?
Conviene que una dermatóloga recomiende el grado de protección según cada tipo de piel, ya que cada una tiene sus propias características. Es la forma de prevenir a corto plazo las quemaduras y a largo plazo y en el peor de los casos, el cáncer de piel. Creo que también es conveniente decir que el sol no solo puede dañar nuestra piel, sino también los labios e incluso el pelo.
Por otro lado, quisiera decir que además del protector que es fundamental para cuidar nuestra piel, con la llegada del calor debemos estar protegidos con sombreros, ropa de color claro y gafas de sol, así como estar hidratados. Todo lo que evita una exposición directa con el sol, será siempre de gran ayuda.
-Como doctora, ¿crees que la sociedad está realmente mentalizada de las consecuencias que tiene el sol?
El problema es que, aunque cada verano se hacen múltiples campañas que invitan y aconsejan sobre el uso del protector solar, muchas veces no se perciben sus posibles efectos, salvo cuando se ha vivido una experiencia cercana. Cada día se ven nuevos casos de cáncer de piel, en este sentido aún queda trabajo y más aún por concienciar a la población de los riesgos que supone la obsesión por el bronceado y fundamentalmente cuando se realiza en horas punta.
-¿Qué opinas de aplicarse la crema solar unos minutos antes de exponerse al sol? ¿Está cumpliendo su eficacia?
El protector solar se debe aplicar siempre, ante esto quisiera resaltar que el sol también incide en el agua, por lo que se debe poner incluso si vamos a estar dentro de la piscina o la playa. Hay que protegerse a diario, aún no tenemos una sociedad totalmente mentalizada del daño que puede hacer y por lo general, no se suele utilizar protección a diario, y en el caso de utilizarse suelen ser protecciones bajas que no son los suficientemente eficaces.
Solo es con el paso de los años cuando nos damos cuenta de lo que ha provocado el bronceado y sus efectos nocivos, pues la piel envejece antes, de no protegerse adecuadamente.
-¿Qué color, forma y apariencia pueden tener las manchas más peligrosas causadas por el sol?
Las alarmas pueden ser muchas, pero debemos observar principalmente nuestros lunares, y si tiene una presencia asimétrica, un borde irregular, un color no homogéneo, un diámetro mayor a 6mm y si cambia con el paso del tiempo de color o tamaño, entonces hay que acudir al médico.
Estamos ante la cultura del bronceado, donde se busca ese moreno para estar a la moda, un culto arriesgado si no se tienen en cuenta las oportunas precauciones. La aparición de manchas en la piel pueden resultar en un principio un simple problema estético, pero de no llevar un control podría generar lesiones más peligrosas. Existen dos tipos de manchas, los lentigos que se vinculan a la exposición solar y los melasmas que se suelen deber a cambios hormonales. En este aspecto, siempre hay personas que son más propensas que otras a desarrollar manchas en la piel, por lo que se deben proteger más aún de los rayos solares.
-¿Qué le recomendarías a aquellas personas que se olvidan de la correspondiente protección sin apenas darle importancia y se pasan de esta forma horas expuestas para coger ese bronceado que muchos buscan en verano?
Que muestran una actitud irresponsable. El primer paso es protegerse, aunque sea simplemente para salir a la calle a hacer un recado y siempre, aunque no haya sol, pues cuando el tiempo está nublado se suele dejar a un lado la protección al existir una sensación de fresco, pero las nubes dejan pasar las radiaciones.
El problema de todo ello se encuentra en las llamadas modas y en la creencia que al protegernos se retrasará el moreno, cuando lo único que hace es garantizarnos una exposición al sol más segura, ya que aunque tengamos nuestro propio mecanismo de defensa como es la melanina es necesario recurrir a estos productos.
– Muchos buscan el protector más eficaz, el que protege al 100% ¿pero realmente existe?
No, no existe ninguno que nos pueda proteger al 100% de los rayos solares y nos salve de los efectos del sol, pero si ayudan a prevenir cualquier tipo de mancha en nuestra piel. Cuando vamos a adquirir uno tenemos que tener presente si es protección denominada, baja, media, alta o muy alta.
-Aunque no se suele tener tan en cuenta, el sol tiene efectos positivos en nuestra vida, ¿Cuál es el motivo por el cual nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos?
Está claro que siempre predominarán los consejos que desde el ámbito médico se aporten sobre las consecuencias que tiene coger sol sin protección o mal aplicada en una hora clave, como es desde las 13.00 horas hasta las 17.00 aproximadamente.
El otro aspecto es que proporciona serotonina, siendo esta la responsable de crear un estado de ánimo equilibrado en nosotros. Por dicho motivo, cuando existe un cielo despejado y un sol brillante estamos más contentos y activos que en un día lluvioso. No siempre se aprecia este cambio, pero es nuestra forma de funcionar, en días soleados nos sentimos más eufóricos y con ganas por hacer multitud de cosas.
Los bebés desde que nacen necesitan la vitamina D, eso nos indica que el sol es necesario en nuestras vidas, pero exponiéndonos hacia el ya protegidos.