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De las elecciones autonómicas a las generales: una traslación imposible

Hacer una mimética traslación de los resultados de unas elecciones a otras supone un ejercicio siempre condenado al fracaso. Ya lo vimos cuando algunos medios de comunicación estatales lo intentaron no hace mucho, trasladando los resultados de las elecciones europeas de 2014 a las autonómicas de 2015: Podemos e IUC se hacían con el Parlamento canario y los de Pablo Iglesias arrasaban en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La cosa fue bien distinta, como saben.

El electorado toma decisiones en función de cada tipo de comicios y se permite castigos o ausencias en aquellos que considera que menos influyen en su vida cotidiana.

Además, como sucede en Canarias pero también en otras comunidades, se produce un trasvase de votos entre partidos nacionalistas y estatalistas en función del tipo de comicios.

Pero puestos a especular, especulemos. Si el voto del 24 M en Canarias se repitiese sin cambios en las próximas generales la distribución del voto y la aplicación de la regla D’Hondt nos daría un resultado como explicaremos a continuación en cada una de las dos circunscripciones, Las Palmas (ocho escaños) y Santa Cruz de Tenerife (siete).

Adelanto que, si se repitiesen los datos de las autonómicas, la distribución de escaños en nuestra Comunidad quedaría así: PSOE (4), CC (4), PP (3), NC (2) y Podemos (2).

Circunscripción de Las Palmas

En negrita los escaños atribuidos a cada fuerza política.

Es decir; dos al PP, al igual que al PSOE y NC. Uno a CC y otro a Podemos. Por tanto, cinco de izquierdas y tres conservadores, en el eje izquierda-derecha; y el mismo resultado a favor de las fuerzas estatalistas frente a las nacionalistas.

Continuando con la ficción, pero con los nacionalistas juntos y repitiendo resultados de las autonómicas quedaría así:

En negrita los escaños atribuidos a cada fuerza política.

En esta hipótesis quedarían distribuidos los ocho escaños de esta manera: NC-CC (3), PP (2), PSOE (2) y Podemos (1).

Aunque viendo los comportamientos de elecciones pasadas y distintos elementos recientes (no solo la irrupción de Podemos y Ciudadanos, sino fenómenos como Unidos por Canarias, muchos de cuyos votos retornarán, como las oscuras golondrinas, al balcón de las gaviotas) me aventuro a esta proyección, en el caso de que el nacionalismo concurra en una lista conjunta:

En negrita los escaños atribuidos a cada fuerza política.

Es decir, tres al PP, 2-3 al PSOE, 1-2 a Podemos y uno a NC-CC. En caso de concurrir separados los nacionalistas por separado, NC se situaría en la franja que da acceso a un posible escaño. Mientras que CC quedaría completamente descartada.

Vayamos a la circunscripción de Santa Cruz de Tenerife realizando inicialmente la misma operación que hicimos con relación a Las Palmas, es decir, trasladando los resultados de las recientes elecciones autonómicas a unas hipotéticas generales y procediendo a asignar los siete escaños que le corresponden.

Circunscripción de Santa Cruz de Tenerife

En negrita los escaños atribuidos a cada fuerza política.

Por tanto, CC lograría tres (el último con pocas papeletas de distancia respecto al PP), el PSOE dos y PP y Podemos uno cada uno. En el caso de las islas occidentales habría una mayoría conservadora (cuatro a tres) y en el eje nacionalistas-estatalistas, triunfo de estos últimos con un escaño más.

En la segunda de las hipótesis unificamos los votos nacionalistas y hacemos lo propio con los de PSOE y ASG. Nos quedaría esta distribución aplicando la regla D´Hondt:

En negrita los escaños atribuidos a cada fuerza política.

Se repetirían los resultados de la anterior hipótesis: CC (3), PSOE (2), PP (1) y Podemos (1). Como hice en el caso de Las Palmas, aventuro para Santa Cruz de Tenerife unos resultados bien distintos:

En negrita los escaños atribuidos a cada fuerza política.

Los siete escaños de Santa Cruz de Tenerife podrían repartirse así: PSOE (2-3), PP (2-3), CC-NC (1) y Podemos (1).

Encuesta

La última encuesta publicada, la de Celeste-Tel para eldiario.es, cuyo trabajo de campo se realizó en los primeros cinco días laborables de junio, presenta un panorama con un PP ganador pero lejos de la mayoría absoluta en unas elecciones generales, con una horquilla entre 134 y 138 diputados.

Detrás estarían el PSOE (118/125, a menos de veinte escaños de los conservadores), Podemos (31/35), Ciudadanos (20/22), CiU (10/11), ERC (8/9), IU (4-6), PNV (5-6), Amaiur (4/5) y Compromís (3). Una circunstancia que obligaría a pactos entre dos o más fuerzas políticas para establecer el suficiente apoyo parlamentario al Gobierno tras los próximos comicios generales, aún sin fecha.

Celeste-Tel no ofrece datos desagregados por comunidades autónomas, aunque sí da representación en el global a los nacionalismos canarios: CC (1-2) y NC (1-2).

¿Y el Senado?

Más complicado resulta aún realizar traslaciones de las autonómicas a la elección de senadores por cada una de las siete circunscripciones insulares. Aquí se ha producido también tradicionalmente un trasvase de votos del nacionalismo a las formaciones estatales. De manera que islas en las que CC gana claramente en las elecciones al Parlamento canario designan a senadores del PP o del PSOE. Ocurrió en 2011 con la salvedad de El Hierro, donde ganó AHI y fue elegido senador Narvay Quintero.

En todo caso, y con las precauciones ya señaladas, si se repitieran los resultados del 24M (que, como ya he señalado respecto al Congreso, no va a suceder) podría quedar de la siguiente manera:

Pero teniendo en cuenta el distinto comportamiento del electorado en las diferentes convocatorias electorales, considero que el panorama (de mantenerse las actuales tendencias) podría quedar como expresa la siguiente tabla:

Entre las autonómicas de 2012 y las generales de 2011 la diferencia de los nacionalistas vascos moderados es del 16%.

Ciu y PNV resisten muy bien 

El partido de Artur Mas tiene una enorme fidelidad de voto: apenas una diferencia del 9% entre generales y autonómicas en los comicios celebrados en 2011 y 2012.

Mientras que los nacionalistas canarios pierden más de la mitad de sus votos en unas elecciones generales en relación con los comicios autonómicos, al menos así ocurrió en 2011, los vascos y catalanes resisten muy bien el envite de las generales. Lo que confirma el abismo que aún existe en su penetración social y electoral.

Este es el caso del PNV que en las generales de 2011 logró 323.517 votos (27,42% de las papeletas válidas en esos comicios) y en las autonómicas de un año después llegó hasta los 383.565 sufragios (34,64%), es decir, un incremento del 16% de los votos en las autonómicas.

EH Bildu, por su parte, obtuvo, curiosamente, mejor resultado en las generales (284.528 votos; 24,12%) que en las autonómicas (276.984). Cierto es que en las generales se presentó con la marca Amaiur.

En Euskadi, y en esos mismos procesos electorales, el PSE-PSOE experimentó mejores resultados (un 17% más) en las generales que en las autonómicas; mientras que en el PP la brecha es aún mayor: crece un 28% en las generales.

CiU y ERC

En Cataluña, el diferencial es menor. Al menos en el caso de CiU cuyo porcentaje entre las últimas autonómicas y generales varía en apenas un 9%, a favor de las primeras. ERC, sin embargo, sí presentó un gran diferencial entre las generales de 2011 y las catalanas de 2012, duplicando prácticamente sus resultados.

Con relación al PSC-PSOE, en los referidos procesos electorales de 2011 y 2012, crece en Cataluña un 43% en las listas al Congreso en relación a las del Parlament; otro tanto le sucede al PP, aunque en menor medida, aumenta un 34%.

La aparición en el escenario político-electoral de Podemos y Ciudadanos hace que esos datos resulten con toda seguridad muy modificados en las próximas elecciones generales.

Menor impacto

Con probablemente menor impacto en el País Vasco, donde el PNV parece tener un electorado muy fiel, como se ha visto refrendado en los recientes comicios locales, logrando la alcaldía de las tres capitales y creciendo además en Guipúzcoa, tradicional feudo de Bildu.

Hay que señalar, además, que en Cataluña está el factor añadido del proceso soberanista, del previsible retroceso de CiU y el crecimiento de ERC y la CUP, junto a los nuevos fenómenos de unidad popular o la conformación de Ciudadanos como el sustituto del PSC-PSOE y del PP como referencia estatalista en esa Comunidad.

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