Vuelve a subir la tarifa de la luz. El anuncio que realizó el titular de Energía, Industria y Turismo, José Manuel Soria, a finales del pasado año no cogió por sorpresa a los ciudadanos, que están acostumbrados a las contradicciones del ministro que consiguió hacer que los bolsillos de los consumidores se echaran a temblar hasta en cinco ocasiones en 2013.
De hecho, los medios de comunicación no han dejado de publicar datos desalentadores durante ese intervalo de tiempo, como los aportados recientemente por eldiario.es, que advirtió de que la parte fija de la factura de la luz se ha duplicado en el último año, hasta alcanzar los 42 euros kilovatio/hora en febrero de 2014. Esto quiere decir que la cantidad mínima que se paga al mes se ha multiplicado, indiferentemente de que se usen más o menos los electrodomésticos. Como resultado, el consumo real energético pesa cada vez menos en la cuenta y solo representa el 14,8% de lo que se paga.
Con aumentos del recibo que se han disparado trimestralmente en una sociedad donde los desahucios están a la orden del día y la reforma energética propuesta por Soria pisoteada por su homólogo en Hacienda, Cristóbal Montoro, la Administración central hace malabares para poner un parche al déficit de la tarifa eléctrica, es decir, el desfase que se produce entre los ingresos y los costes del sistema. Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), ésta se situó en unos 3.500 millones de euros en los once primeros meses de 2013.
Lo que tampoco cambia es que parte de los impuestos que se pagan en la Península vienen a sufragar el sobrecoste energético del micromundo canario, monopolizado por Unelco-Endesa, cuyos sistemas independientes derivados de su insularidad suponen que el Archipiélago dependa del exterior un 99%.
Es en este punto en el que cabe preguntar cómo es posible que Unión Eléctrica de Canarias Generación S.A. (Unelco) se sitúe en el primer puesto, con diferencia, del ranking empresarial de facturación y beneficios de las Islas.
Y es que, según un informe financiero al que ha tenido acceso Canarias Ahora, la filial de Endesa en el Archipiélago registró más de 1.900 millones de euros de facturación y un beneficio neto de nada menos que 305 millones (un 16% sobre la facturación) en 2012, año en que despachó 10 millones de Megavatios-hora (MwH). Unas cifras sorprendentes si se comparan con las del conjunto de la multinacional a la que pertenece, Enel, presente en 40 países de cuatro continentes. La compañía estatal italiana facturó en el mismo periodo 85.000 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 3.500 millones, según información extraída de su página web. Es decir, con apenas el 0,008% de los trabajadores del grupo (600 de un total de 74.000), Unelco-Endesa contribuyó en 2012 al negocio de Enel con el 8,71% de los beneficios totales.
En la comparativa con otro gigante eléctrico, Eon, los datos son igual de elocuentes. El grupo alemán facturó en 2012 más de 130.000 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 2, 64 millones, lo que representa el 2% de la facturación, una octava parte del porcentaje de beneficios cosechado por Unelco-Endesa. Y ello a pesar de que Eon genera una cantidad de energía eléctrica que equivaldría a 74 sistemas eléctricos canarios y opera con economía de escala.
Las ganancias reflejadas en la cuenta de resultados de Unelco-Endesa contrastan con los altos costes de generación eléctrica en las islas, de los más elevados de toda Europa. Producir energía en Canarias cuesta entre 220 y 240 euros por Megavatio/hora (Mw/h), cuatro veces más que el precio medio de la Península. El sobrecoste energético del Archipiélago, cifrado en 1.300 millones de euros anuales, representó en 2013 alrededor del 35% del manido déficit de tarifa. Esta deuda con las eléctricas, oficialmente reconocida por el Estado, ascendió el pasado año a 3.500 millones.
No son, sin embargo, los consumidores canarios quienes pagan este sobrecoste. Al menos, no en solitario. El Gobierno central ha establecido un mecanismo de compensación para los sistemas eléctricos insulares y extrapeninsulares (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla), de manera que una parte del mismo es sufragada a través de los Presupuestos Generales del Estado y otra se carga en la factura de la luz de todos los usuarios nacionales.
Aislamiento y dependencia exterior
¿Cuáles son las causas de los elevados costes de generación eléctrica en el Archipiélago? Dos parecen claras: el aislamiento y la dependencia exterior de combustibles. Canarias tiene seis sistemas eléctricos aislados (sólo Fuerteventura y Lanzarote están interconectadas). La necesidad de replicar en cada isla un pequeño sistema a semejanza de las redes continentales incrementa considerablemente los costes.
A ello se le une que aproximadamente el 98% de la energía que se produce en el Archipiélago proviene de la quema de combustibles fósiles. El fueloil y, en menor medida, el gasoil son caros, bastante más que el carbón o el gas natural. Por el contrario, la cuota de penetración de energías renovables en el sistema es nimia, de apenas el 6%, a pesar de que los parques eólicos son capaces de generar energía por debajo de los 70 euros por Mw/h y el coste de la fotovoltaica es inferior a 120 euros por Mw/h.
Roque Calero, catedrático en Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, apunta una tercera razón: la obsolencia de las centrales eléctricas. “Las máquinas que tenemos en las islas son muy viejas. Salvo las centrales de ciclo combinado que hay en Juan Grande (Gran Canaria) y Granadilla (Tenerife), todas las demás son de vapor o diésel, muy antiguas, o turbinas de gas que consumen muchísimo”, explica.
El experto en energía y modelos de desarrollo sostenible señala, a modo de ejemplo, que Unelco-Endesa sigue cobrando anualmente unos 90.000 euros por grupos diésel que llevan años sin funcionar, que son “chatarra”, simplemente porque figuran como potencia disponible en el sistema eléctrico canario. A este respecto, Agustín González, miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético en Canarias, apostilla que el Ejecutivo central paga complementos retributivos a la eficiencia o a la inversión a grupos vetustos de la misma manera que si fueran nuevos, lo que repercute directamente en la cuenta de resultados de la empresa.
Para Calero, la responsabilidad de estas disfunciones está compartida entre el Gobierno de Canarias y la empresa eléctrica que opera en un régimen monopolístico de facto y que, por lo tanto, “impone las reglas del juego”.“Por un lado, ha habido una falta de planificación del Gobierno de Canarias, que puso centrales de ciclo combinado (gas y vapor) pensando en introducir el gas natural. Al no haber entrado, se está consumiendo gasoil, que es muy caro. ¿Quién tiene la culpa de esto? Yo creo que Unelco no, ha sido un problema de planificación. Donde sí ha tenido responsabilidad Unelco es en la renovación de los equipos, está sobreutilizándolos y, al no actualizarlos, tiene máquinas con un consumo específico muy alto, de hasta 300 gramos de fueloil por kilovatio/hora”, afirma.
La tormenta tropical Delta, que asoló Canarias el 25 de noviembre de 2005, puso en evidencia el mantenimiento deficiente de algunas infraestructuras eléctricas del Archipiélago. El informe técnico encargado por la Consejería de Industria, Comercio y Nuevas Tecnologías del Gobierno regional al departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria fue contundente y revelador en sus conclusiones, cargando las tintas contra las administraciones autonómica y central y la compañía Unelco-Endesa.
Según este estudio, las torres de alta tensión presentaban una elevada corrosión. La ULPGC precisó que algunos de los apoyos analizados en el tramo entre la central de Las Caletillas y la de Granadilla tenían reducida su capacidad de carga a la mitad. La tormenta tropical produjo la desconexión de todas las líneas de transporte eléctrico de alta tensión en el área de Santa Cruz de Tenerife-La Laguna y daños en las de media tensión. En toda la isla fueron unos 200.000 abonados los que sufrieron cortes en el suministro eléctrico, que no se logró restablecer hasta el 2 de diciembre. En otras islas, fueron más de 170.000 los afectados.
El informe de la ULPGC puso de manifiesto la fragilidad del sistema eléctrico en el Archipiélago. “La responsabilidad de que en Canarias las infraestructuras no se hayan desarrollado de forma conveniente corresponde a todos los agentes implicados, especialmente a la Administración autonómica y central, así como a la compañía Unelco-Endesa”, concluía el estudio.
Para Antonio Morales, alcalde de Agüimes y autor del libro Nos faltan luces. Reflexiones sobre un nuevo modelo energético, el Gobierno de Canarias ha hecho durante años “una dejación enorme” en su labor de fiscalización y seguimiento a la compañía eléctrica y no ha exigido ni al Gobierno central ni a la propia Unelco-Endesa las inversiones necesarias para mantener la red y garantizar el suministro futuro.
Morales coincide con Calero al afirmar que el Archipiélago cuenta con plantas “absolutamente obsoletas”. Entre ellas, cita las de Jinámar, en Gran Canaria, y Las Caletillas, en Tenerife. “Son plantas altamente contaminantes, donde no se han hecho inversiones para remediar el grave problema medioambiental y de salud pública que se ha generado desde hace décadas con la complicidad de los gobiernos, también hay que decirlo”.
El alcalde de Agüimes recuerda que el proceso de privatización de la eléctrica se saldó con numerosos despidos, lo que originó un incremento de las subcontrataciones y una reducción considerable de inversión en estaciones, subestaciones y en el mantenimiento de las líneas.
Costes declarados, no auditados
Al aislamiento, la dependencia de los combustibles fósiles y la falta de inversión se les une la laxitud de los controles a las eléctricas. A pesar de las advertencias de la Comisión Nacional de Energía, no hay ninguna auditoria sobre los costes reales de la producción energética. “Endesa declara sus costes y el Gobierno paga sin más contestación”, sentencia tajante Agustín González. “Además hay que tener en cuenta que el Estado cobra impuestos del 20% sobre el precio final del kilovatio/hora, por lo tanto tiene interés en que tampoco bajen demasiado los precios. Es un círculo vicioso”, añade Roque Calero.
La realización de una auténtica auditoría sobre lo que cuesta producir energía en Canarias es una vieja reivindicación de los sectores más críticos con las eléctricas. “Esos datos no los conocemos, no se transparentan. A pesar del déficit tarifario, en España se siguen registrando las mayores ganancias de Europa. No sólo están muy por encima de la media, sino que además los salarios de los directivos son mucho más altos, por ejemplo 30 veces más altos que los de Japón”, agrega Antonio Morales, quien reconoce, no obstante, que últimamente se atisban algunos cambios en relación a los mecanismos de control del Gobierno regional.
De hecho, las Directrices de Ordenación Sectorial de Energía (DOSE), el documento sobre el que se asientan las bases de la política energética de las Islas hasta 2020, introduce medidas que abren la puerta a que las compañías tengan que presentar los contratos de suministro a la Administración.
Ahora bien, ¿qué influencia han ejercido y ejercen las eléctricas sobre las decisiones que adoptan los gobiernos? Para Roque Calero y Antonio Morales, no hay más que comprobar quiénes integran los Consejos de Administración de estas compañías para percatarse de su poder. “Muchos políticos canarios están en el Consejo de Unelco-Endesa cobrando un dineral por dos o tres reuniones al año, por lo tanto la empresa puede hacer casi lo que quiera”, dice el catedrático de la ULPGC.
El alcalde de Agüimes puntualiza que la eléctrica ha sido “rigurosamente exquisita” a la hora de distribuir puestos en su Consejo de Administración “para los grandes partidos políticos, los que están en la pomada, los que tienen capacidad de decisión. Pone figuras estratégicas que después tienen relaciones con los que toman decisiones o compensan a los que han tomado decisiones en este órgano”. Según Morales, los tentáculos van más allá de la política y de sus puertas giratorias con el sector energético. El alcalde del municipio del sureste grancanario sostiene que las eléctricas “también premian a empresarios que tienen capacidad de influir en la política y en el mundo empresarial”.
“Unelco- Endesa ha establecido normas de instalación de redes, las elabora, las remite a la Consejería y ésta normalmente las aprueba. Hay un rango de discrecionalidad a la hora de decidir cosas del sistema eléctrico por parte de esta compañía”, zanja Agustín González.
Palos en las ruedas de las renovables
En este sistema monopolístico canario, las renovables han quedado relegadas a un papel casi marginal, a pesar de las inmejorables condiciones climáticas de las Islas, que permiten el máximo aprovechamiento del sol y del viento, y de que producir electricidad con energía verde resulta mucho más barato (la eólica cuesta la mitad que la convencional en el Archipiélago).
El Plan Energético de Canarias (Pecan), aprobado por el Gobierno de Canarias en 2006, planteaba como objetivo para el año 2015 que el 30% de la electricidad de las Islas fuese generada con energías alternativas. En la actualidad, a falta de un año para concluir ese plazo, la cuota de penetración es de apenas el 6%, una quinta parte de lo proyectado.
Los nulos resultados han obligado al Ejecutivo a renunciar al Pecan y a activar un nuevo plan para impulsar de una vez por todas las renovables en el Archipiélago. Las Directrices de Ordenación Sectorial de Energía (DOSE), presentadas a finales de 2013, se fijan como reto incrementar hasta el 36% la presencia de las energías limpias en el sistema de cara a 2020.
Si quiere lograr este ambicioso objetivo, el Ejecutivo canario deberá emplearse a fondo para retirar los palos que se han puesto sobre las ruedas de las renovables en los últimos años.
Julián Monedero, presidente del clúster Ricam, apunta las principales razones que explican el retraso de la energía verde en las Islas: “Las renovables han sufrido tanto la incompetencia por parte del Gobierno de Canarias en toda la tramitación de los concursos de asignación de potencia eólica como los continuos cambios de política a nivel nacional, que han ido introduciendo medidas cada vez más restrictivas hasta el punto de que actualmente no existe un marco favorable para hacer una instalación, ahora mismo hay un limbo”.
Entre las más sonadas y criticadas del departamento que dirige el canario José Manuel Soria se encuentra la medida que penaliza el autoconsumo de las energías renovables. “A un particular que quiera hacer una instalación en la cubierta de su vivienda, no solo no se le estaría pagando un precio adecuado por la energía que está produciendo, sino que además se le está imponiendo una tasa por los kilovatios/hora generados”, explica Monedero.
Antonio Morales remarca que el autoconsumo como balance neto (generar energía para consumo propio y revertir a la red eléctrica la sobrante), que ya se utiliza en muchos países de Europa, abarataría los costes de forma considerable, produciría un ahorro “enorme” a los ciudadanos y generaría un tejido más democrático a la hora de producir energía.
Pero este cambio de paradigma “ataca directamente al monopolio de la compañía”, advierte el alcalde de Agüimes, quien alerta de las consecuencias que podría tener en el Archipiélago cualquier conflicto bélico o geoestratégico desde el punto de vista energético. “En un territorio aislado como el nuestro, con la dependencia que tenemos, nos quedaríamos enseguida sin capacidad de almacenamiento, apenas tendríamos para aguantar dos días”.
El almacenamiento es, precisamente, otro de los problemas con los que se topan las renovables en Canarias. “Tú puedes generar, pero tienes que buscar fórmulas de almacenamiento, porque hay momentos pico en los que se produce energía que no estás consumiendo. Para eso se puso en marcha la central hidroeléctrica de Chira-Soria, pero está empantanada, no acaba de arrancar. Yo he sostenido siempre que no hay ningún interés, a pesar de que las eléctricas digan que sí”, asevera Morales.
Por otra parte, las características del parque de generación de energía convencional de las Islas dificultan la integración de las renovables. Según Monedero, los altos mínimos técnicos (potencia de arrancada para absorber las variaciones de demanda del sistema) de las plantas de ciclo combinado convierten al canario en un sistema inflexible, porque limita la presencia de las energías limpias. “Si tengo unos mínimos técnicos muy altos, lo que estoy haciendo es evitar que penetre más gente en el sistema. Yo siempre tengo la sensación de que, cuando planificaron estas centrales, ya se sabía de antemano y lo que estaban intentando hacer es acaparar cuota de mercado”, concluye el presidente del clúster Ricam.
Roque Calero menciona, por último, otra de las grandes amenazas para las energías alternativas: ''Si aquí metemos gas natural, olvídate de las renovables. Lo que no se puede hacer es pedirle a Unelco que gaste 300 millones de euros en instalar gas natural y al mismo tiempo poner 500.000 megavatios eólicos. Tiene que ser lo uno o lo otro, hay que especificar qué se quiere y está claro que las condiciones de las Islas nos dicen que tienen que ser las renovables y, cuando no haya viento, dar paso a los grupos térmicos. Esto es lo que está ocurriendo en la Península, donde han llegado a un 60% de penetración en la red“.
Una empresa que habla italiano
Si bien es cierto que Unión Eléctrica de Canarias, Unelco, ha desaparecido tras el nombre de Endesa y por tanto pertenece a la compañía italiana Enel, no lo es menos que comenzó hablando inglés. Fundada en 1930 a partir de la integración de varias compañías de Tenerife y Gran Canaria, fue propiedad de la entidad estadounidense Central Public Service Corporation, con sede en Chicago.
Los primeros años de funcionamiento del sector en Canarias estuvieron condicionados por los periodos bélicos, que derivaron en el intervencionismo del Gobierno y la congelación de las tarifas, aunque no del precio final facturado, según se desprende del estudio realizado por los profesores de la Universidad de La Laguna (ULL) Luis Gabriel Cabrera, Jesús Hernández y Francisco Javier Ramos: La singularidad canaria en la estructura tarifaria del mercado eléctrico español, 1936-1980.
La mencionada política tarifaria eléctrica “fue un factor más dentro de una estrategia intervencionista y autárquica que tuvo consecuencias negativas y contribuyó a coartar el desarrollo isleño”, señala la publicación. Una gestión que se mantuvo hasta comienzos de la década de los 70.
Un año antes, en 1969, Unelco fue adquirida por el Instituto Nacional de Industria, lo que facilitó la introducción de Canarias en el sistema de compensaciones y, de forma progresiva, en la tarifa unificada estatal. Sin embargo, la plena inserción de las Islas en el sistema tarifario nacional no se produjo hasta 1980, es decir, tres décadas después de la instauración de las Tarifas Tope Unificadas (TTU).
La diferente fiscalidad respecto a la Península y el sobreprecio del combustible, que desde el primer momento se trató de trasladar al consumidor, supone el principal problema al que se ha tenido que enfrentar el Archipiélago. Incluso en la aplicación del sistema de compensaciones surgieron varios conflictos técnicos que condujeron a Unelco y las entidades liquidadoras a diversos contenciosos.
Y es que la variación del precio del crudo dificultaba la evaluación de los costes de producción y de las compensaciones. Sin embargo, a finales de los setenta estas últimas llegaron a representar casi el 40% del total de ingresos de la entidad canaria, si bien con el paso de los años la cifra se ha reducido.
A finales de los 80 fue absorbida por una multinacional, pasando en 2002 a denominarse Unelco-Endesa. En este punto hay que añadir que la empresa de electricidad más grande de Italia, Enel, posee cerca del 90% de las acciones del capital social de Endesa. Así pues, resulta curioso que en la actualidad el monopolio eléctrico de Canarias se encuentre en manos de una compañía con sede en Roma y que parte de la factura de la luz de todos los españoles se destine a pagar el sobrecoste que supone producir energía en las Islas.
Objetivos del nuevo Pecan
El Plan Energético de Canarias (Pecan) tiene los días contados. El Gobierno de Canarias se encuentra tramitando las Directrices de Ordenación del Sector Energético (DOSE), que configurarán el futuro documento de planificación energética del Archipiélago para el periodo comprendido entre 2014 y 2020.
Los principales objetivos de las DOSE son los de garantizar el acceso al suministro estable y regular de energía a todos los ciudadanos en las mejores condiciones económicas posibles; favorecer el autoabastecimiento mediante la potenciación de las fuentes autóctonas de energía, especialmente las de carácter renovable; promover la competitividad económica; y potenciar el ahorro energético y la protección del medio ambiente, especialmente en relación con la calidad del aire y la reducción de las emisiones de gases de efecto de invernadero (GEI).
Entre los criterios de planificación, se encuentra además la introducción del gas natural como combustible para la producción de energía eléctrica y fuente de uso directo por empresas y hogares. Un apartado no exento de polémica, ya que todavía no se ha decidido dónde se ubicará la anunciada regasificadora.
Repotenciación ante el 'tarifazo'
La consejera de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Francisca Luengo, no se quedó callada a finales del pasado año ante el tarifazo del ministro José Manuel Soria y propuso a los consumidores canarios reducir la potencia contratada en sus hogares para disminuir las facturas ante el incremento del precio de la luz.
Soria respondió alertando a los usuarios que podían encontrarse con que no podían seguir consumiendo la misma electricidad con la que contaban hasta entonces, lo que no sentó demasiado bien a la consejera, que le acusó de boicotear las medidas propuestas por el Ejecutivo regional para abaratar el coste del recibo.
Luengo afirmó a mediados de enero que mucha gente se había acogido a una reducción de potencia gratuita. Previamente, la Asociación de Instaladores Eléctricos y de Telecomunicaciones de Santa Cruz de Tenerife había aconsejado a los consumidores que consultaran la medida con técnicos autorizados, ya que podía ser perjudicial y conllevar costes en algunos casos.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Instaladores Electricistas y de Telecomunicaciones (Asinelte), José Francisco Rodríguez de Dios, señaló en un comunicado que se debía tener en cuenta la funcionalidad de la instalación, ya que una potencia contratada por debajo de su uso normal haría saltar de forma frecuente el interruptor de control de potencia. Esto derivaría en la reducción de la vida útil del interruptor y poner en peligro los componentes o aparatos conectados que son sensibles a los picos de corriente, como ordenadores, televisión y microondas.
Primeras plantas de almacenamiento
Endesa ha dado un paso adelante respecto a la inversión en Canarias con la puesta en marcha de las tres primeras plantas de almacenamiento de energía eléctrica de España. Una iniciativa enmarcada en el proyecto europeo STORE, cuyo principal objetivo se centra en demostrar la viabilidad técnica y económica de sistemas de almacenamiento de energía a gran escala.
La entidad explica en un comunicado la complejidad de este tipo de tecnología que se genera en sistemas autónomos, no conectados a la red y presenta inconvenientes que limitan su utilización, como su coste o durabilidad. El proyecto, de 11 millones de euros, fomenta la integración de las renovables, porque el almacenamiento de energía eléctrica permite ampliar la capacidad operativa de estas fuentes durante las 24 horas al día, independientemente de las necesidades puntuales del sistema.
Según la compañía, la elección de Canarias para instalar las plantas, ubicadas en Gran Canaria, La Gomera y La Palma, ha sido “clave, puesto que se intenta dar respuesta a los problemas que presentan los sistemas de las islas, en las que la estabilidad de la red se ve más afectada por tecnologías de generación no gestionables, como es el caso de las renovables”.
Aclaración: Durante la elaboración del reportaje, Canarias Ahora ha tratado de concertar una entrevista con el director general de Endesa en Gran Canaria, pero la compañía se ha negado a ello. Tampoco ha contestado hasta la fecha a las preguntas enviadas al respecto.
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