La aprehensión en el Atlántico de un pesquero con 1.500 kilos de cocaína con destino a Galicia es la operación más importante de los dos últimos años por la cantidad de droga incautada y por su infraestructura, ha indicado hoy el jefe de la UDYCO de la Policía Nacional, Eloy Quirós.
El pesquero Coral I fue interceptado el pasado 5 de enero en aguas del Atlántico, a 650 millas al oeste de Cabo Verde, con nueve tripulantes a bordo, todos ellos de nacionalidad venezolana.
En una operación conjunta, la Agencia Tributaria y la Policía Nacional arrestaron a los tripulantes del buque, y pocas horas después, se detuvo en varias localidades de Pontevedra y en Madrid a otras diez personas del clan de narcotraficantes gallegos que iba a recibir la droga.
El pasado día 8 el Juzgado de Instrucción número 3 de Cambados ordenó el ingreso en prisión de ocho de los detenidos, incluido Rafael Bugallo Piñeiro, alias 'O Mulo', considerado por las fuerzas de seguridad como un narcotraficante que se dedica a realizar transporte de hachís y cocaína para varias organizaciones.
Un noveno detenido quedó en libertad con cargos y obligado a comparecer quincenalmente, e imputado, como el resto de los que ingresaron en el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra), por un delito contra la salud pública.
El Coral I es un barco de bandera venezolana, país desde donde los investigadores creen que zarpó con destino a Galicia.
“El entramado era muy fuerte” y la operación ha permitido desarticular tanto la red de colombianos propietarios de la cocaína como la de los venezolanos que la transportaban y la de gallegos destinatarios, ha dicho Quirós en el Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria, donde hoy han desembarcado la droga y los detenidos.
El grupo gallego tenía preparada una embarcación de 20 metros de eslora, a la que habían construido un puente de mando en fibra y habían pintado como un pesquero para que pasara desapercibida.
El barco, el primero de estas características que se interviene en nuestro país, estaba oculto en una nave de la Costa da Morte y se encontraba listo para salir al mar.
Todo lo que podía ser visto desde el exterior había sido camuflado para que se asemejase a instrumentos de navegación y pesca.
En realidad la embarcación rápida estaba vacía por dentro y preparada para transportar bidones de gasoil (se han intervenido seis de mil litros cada uno) y fardos de cocaína.
En la operación, se han registrado doce viviendas y dos naves en donde se han intervenido, entre otros efectos, una emisora decamétrica, dos armas de fuego y 170.000 euros en efectivo.
El subdirector adjunto de operaciones de Vigilancia Aduanera, Ignacio Regueiro, ha indicado que en el momento del abordaje del pesquero Coral I, sus tripulantes estaban “sin víveres, sin agua y sin máquina”, por lo que las fuerzas de seguridad también hicieron “una labor humanitaria”.
La delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, ha indicado que, aunque la droga se dirigía hacia Galicia, Canarias, por su posición, sirve en ocasiones de base para el narcotráfico.
El jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional, ha destacado que hacía unos dos años que no se cogía un pesquero con tanta droga, pues hasta ahora, se habían interceptado veleros con menos estupefacientes e infraestructura.
Con anterioridad, las fuerzas de seguridad españolas han interceptado en los dos últimos meses en aguas próximas a Canarias a tres “narcoveleros” cargados con 2.274 kilos de cocaína, en tres operaciones que revelan el peso que ha cobrado la ruta del Atlántico en el tráfico de drogas hacia Europa.
La Guardia Civil ha presentado el pasado día 2 en la Base Naval de Las Palmas el balance de la operación “Pericles”, que se saldó con dos detenidos y 725 kilos de coca incautados al velero “Adamas”, unos 74 kilómetros al sur de la isla El Hierro.
Ese alijo se sumó los otros dos capturados por el Servicio de Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional en la zona de influencia de Canarias en el tramo final del año: los 599 kilos de cocaína que cargaba el “Meguem”, cuando fue abordado por el buque de la Armada “Relámpago” (6 noviembre), y los 950 kilos que portaba el “Liberty Belle”, cuando fue interceptado por el “Petrel” (16 de noviembre).