A través de una carta remitida a la gerencia del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria, 75 facultativos especialistas en Ginecología y Obstetricia del complejo, casi la totalidad del servicio, reclamaron este lunes la recuperación de la séptima planta del edificio para su uso habitual, el de la atención sanitaria en el periodo de puerperio. Es decir, para el ingreso de las mujeres que ya han dado a luz y de sus recién nacidos, así como para el alojamiento conjunto de madres y niños que precisen ser hospitalizados por patologías no severas. A principios de agosto, la dirección del centro decidió reorganizar la actividad debido a un incremento de la demanda asistencial asociada a la pandemia de COVID-19 y cerró una de las dos plantas de hospitalización obstétrica destinadas al puerperio, con capacidad para 38 camas, con la finalidad de reservarla para cubrir ese pico de ingresos.
El escrito expresa la “profunda preocupación” de los profesionales sanitarios por la prolongación en el tiempo de esta medida. Los médicos especialistas recuerdan que la incidencia del coronavirus SARS CoV-2 se ha reducido de forma considerable en la isla de Gran Canaria (hasta este miércoles permanecían ingresadas 39 personas con la enfermedad en el Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil, nueve de ellas en la Unidad de Cuidados Intensivos), pero que, aún así, la planta permanece cerrada y desconocen cuándo se podrá recuperar la actividad ordinaria. Según ha podido saber Canarias Ahora de fuentes internas, este miércoles no había ningún paciente ingresado en esa séptima planta, todavía habilitada para la atención vinculada a la COVID-19, mientras que la sexta, la única que en estos dos últimos meses se ha utilizado para las puérperas, estaba prácticamente llena.
Ya a principios de septiembre, la jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia del Materno Infantil de Gran Canaria, Alicia Martín, se dirigía a los órganos de gestión del complejo hospitalario para denunciar esta situación y advertir de la merma de la calidad asistencial que, a su juicio, se estaba ofreciendo a las mujeres gestantes como consecuencia de esa decisión.
La Consejería de Sanidad defendió entonces que se trataba de una situación puntual, motivada por la confluencia en el tiempo de un pico de ingresos por COVID-19 y un repunte en la llegada de pateras y cayucos a la isla. La planta se reservó para la atención de madres y menores migrantes que requerían atención hospitalaria o que tenían que guardar cuarentena por haber dado positivo por coronavirus o haber estado en contacto estrecho con un caso confirmado. Fuentes oficiales aseguraban entonces que ya se estaban buscando otros espacios alternativos para prestar esta asistencia, tal y como le había solicitado la jefa de Ginecología y Obstetricia, y preveían la recuperación de la actividad ordinaria a corto plazo.
Sin embargo, el cierre se ha mantenido hasta principios de octubre, por lo que los especialistas del área decidieron el pasado lunes entregar la carta con las firmas a la gerencia y a la dirección médica del centro urgiéndoles a reabrir la planta “lo antes posible”.
En esa carta, los profesionales sanitarios exponen que la imposibilidad de utilizar esa planta para las mujeres que han dado a luz y para los recién nacidos ha empeorado las condiciones alojativas para las pacientes, puesto que la única planta destinada a puerperio, la número 6, “se satura con frecuencia”. Se trata de habitaciones “sin aire acondicionado y con escasos metros cuadrados” donde tienen que convivir dos madres “con sus parejas y dos cunas de recién nacidos”. Como recordaba la jefa del servicio en su escrito de septiembre, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda que el índice de ocupación de las plantas de puerperio no supere el 70% para poder afrontar con garantías una eventual sobrecarga asistencial (en agosto la media superó el 80%, según expuso la especialista) y que las habitaciones de estas unidades sean de ocupación individual para preservar su intimidad.
Los ginecólogos del Materno Infantil de Gran Canaria han lamentado que durante los días en los que se han producido un importante número de partos en el centro se ha tenido que hospitalizar en la misma planta (la quinta) a “pacientes con patología obstétrica (gestosis, amenaza de parto prematuro, patología infecciosa y gestación), pacientes puérperas (que acaban de dar a luz), pacientes en proceso de interrupción voluntaria de gestación y en proceso de duelo tras una muerte fetal, pacientes en pródromos (con síntomas iniciales) de parto y pacientes con patologías ginecológicas, incluidas las oncológicas”.
Los especialistas denuncian también la pérdida durante este periodo de la hospitalización conjunta de madres e hijos en los casos de patologías no severas, una práctica que reporta un “indudable beneficio” a los recién nacidos, puesto que mantener ese vínculo en los primeros días de vida es “la base sobre la que se construye una infancia saludable”. El cierre de la planta ha afectado además al desarrollo de actividades de promoción de la salud, como la lactancia materna, la educación en salud y los cuidados puerperales, añade la carta.
Los facultativos recuerdan que muchos de ellos llevan más de veinte años en el servicio y “nunca” habían sufrido estas condiciones “tan poco deseables”. “Hemos luchado por garantizar la intimidad y la seguridad en el parto, por el respeto a la decisión de las mujeres, por alcanzar estándares de calidad en el puerperio fomentando el vínculo madre-hijo, la lactancia materna y la atención por cuidados, siempre basándonos en la evidencia científica y en recomendaciones emitidas por sociedades científicas internacionales”, explican para expresar su sentir y su preocupación ante las circunstancias vividas estos dos meses.
En el escrito también aluden a la Guía de atención a la madre y al recién nacido durante el puerperio, elaborado con la colaboración de profesionales del servicio dentro del Programa de atención a la salud afectivo-sexual y reproductiva de la Dirección General de Programas Asistenciales del Servicio Canario de Salud (SCS) y publicada en marzo de 2020. En la carta dirigida a la gerencia del hospital reproducen literalmente el siguiente pasaje de esa guía: “La transición a ser madre, que ocurre en el periodo posparto, es de importancia vital para ella, para su autoestima, su satisfacción personal y la construcción de una identidad positiva de sí misma. Ofrecer una atención integral a la púerpera y a su recién nacido, promoviendo la salud, el vínculo afectivo, el apego y la instauración de la lactancia materna, previniendo posibles complicaciones, respetando su bienestar y favoreciendo la implicación de la pareja y del entorno familiar. Es importante ofrecer una atención sanitaria de calidad y que ayude a las mujeres a vivir este complejo proceso de manera serena y satisfactoria”.
Fuentes oficiales del Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria han señalado a este periódico que la dirección del complejo trasladó el pasado lunes a los miembros del servicio que la hospitalización conjunta y la planta para puerperio se recuperará “en cuanto sea posible”. La gerencia no ha dado una fecha para este regreso a la actividad ordinaria, puesto que dependerá “de la evolución de la pandemia y de la presión migratoria”. “Esperamos y deseamos que sea en breve”, apuntan las mismas fuentes, que expresan el agradecimiento del centro a los usuarios y profesionales “ante esta circunstancia a la que entre todos tenemos que dar respuesta con el fin de atender a todos nuestros pacientes”.