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Aprender una lengua extranjera en Canarias, un camino de obstáculos

Los canarios siguen a la cola en dominio de una segunda lengua.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

El debate sobre el dominio de lenguas extranjeras ha vuelto a centrar el foco de atención después de que la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria eliminara la obligación de acreditar el nivel B1 de Inglés para obtener un título universitario. Desde el Gobierno de Canarias se están promoviendo en las escuelas públicas distintos proyectos para fomentar el plurilingüismo, una medida a priori positiva pero que, para lograr su implantación eficaz, distintos profesionales del área llevan años pidiendo que el Ejecutivo realice un diagnóstico urgente del grado de aprendizaje de idiomas en los centros para conocer en qué se está fallando. Además, los recortes en Educación dificultan el desarrollo de estos programas, lo que se une a los problemas sociales que ha generado la crisis en las familias canarias, comunidad con mayor porcentaje de personas en riesgo de exclusión social y pobreza infantil. Para que esta comunidad no incumpla su propia ley debe destinar el 5% de su Producto Interior Bruto a Educación, un objetivo que según la previsión del Ejecutivo de Clavijo no va a cumplirse.

La oferta de idiomas, una vez se ha superado la enseñanza obligatoria, sigue siendo insuficiente y existe malestar en cómo está gestionando la Consejería de Educación las Escuelas Oficiales de Idiomas del Archipiélago. Los últimos ejemplos se han reflejado en la incertidumbre del alumnado de Árabe de la EOI de Santa Cruz de Tenerife, que la semana pasada dio la voz de alarma después de que la Consejería anunciara que no impartiría el próximo año el nivel Intermedio, o en la isla de La Palma, donde los estudiantes de Alemán se quejaron de que no podían acceder al nivel avanzado en esta lengua. Un idioma que además se ha convertido en un requisito fundamental para encontrar empleo en el sector del turismo. Ante la polémica suscitada, la Consejería se ha visto forzada a rebajar las ratios mínimas por curso y ha asegurado que garantizará ambos niveles siempre y cuando haya una oferta de 15 estudiantes como mínimo.

Hasta ahora, el mínimo de matriculaciones debía ser de 20 estudiantes por curso, algo que en algunas islas de menor población y en el caso de idiomas menos demandados resulta un objetivo complicado. Además, en otros puntos de España se asume que lenguas como Árabe nunca van a contar con tantos estudiantes como Inglés o Alemán. Es el discurso que ha defendido la diputada de Podemos María del Río, que registró una Proposición No de Ley (PNL) en el Parlamento a fin de garantizar la continuidad de este idioma en Tenerife. Una lengua que además abre muchas puertas de trabajo a quien la estudia y que tiene un gran interés en Canarias por su situación geográfica y sus lazos comerciales y culturales con muchos países africanos.

Si encontrar una plaza en una escuela de idiomas es difícil debido a la alta demanda de otras lenguas como el Inglés, a las islas no capitalinas se le suma el hecho de que no cuentan con suficiente variedad. En La Palma, por ejemplo, se imparte Inglés, Alemán y Francés y hasta ahora solo ha sido posible llegar al nivel más alto en el caso del primero. Nueva Canarias registró una PNL en el Parlamento con el fin de que el próximo año se oferte el nivel avanzado de ambas lenguas en la isla.

En La Gomera y en El Hierro actualmente solo existe la posibilidad de estudiar Inglés y los primeros cursos de Alemán. Fuerteventura y Lanzarote cuentan con más posibilidades. En esta última isla hace dos años los estudiantes también lucharon por que se implantara el nivel intermedio de Árabe, una iniciativa que la diputada de Podemos María del Río llevó al Parlamento. En Las Palmas de Gran Canaria también ha existido inquietud algún año por si finalmente la Consejería decide quitar algún nivel de este idioma.

Expertos en el área de educación han comentado a este periódico que lo ideal es que si la Consejería oferta un idioma lo asuma como un proyecto de continuidad. Es decir, no debería ofrecer tan solo el nivel básico, sino el intermedio y el avanzado para que la inversión en los cursos iniciales se realice con el sentido de que el estudiante pueda llegar a dominar de verdad esa lengua y mejorar así la carencia de idiomas evidente que tiene la comunidad autónoma. Este año, por ejemplo, en Santa Cruz de Tenerife se implantará el primer curso de Portugués, una decisión que es bienvenida pero que genera controversia en cuanto a que hay otros que no están del todo bien implantados, como el Árabe.

Sin recursos suficientes para el proyecto de plurilingüismo de Clavijo

Silvia Rodríguez Court, profesora de Alemán y miembro del sindicato STEC, valora de forma positiva la labor de las escuelas de idiomas desde su origen, así como la oferta de cursos de especialización (por ejemplo, Inglés para el área de la Hostelería, Atención al Cliente….) Esta posibilidad diversifica la oferta idiomática, aunque matiza que aún no es suficiente. También recuerda que la Consejería ha puesto en marcha recientemente un nuevo portal con el objetivo de que se puedan estudiar idiomas a distancia, que es ideal para conciliar con la vida laboral y familiar, pero insiste en que esta opción no debe ir en detrimento de la presencial. “No se pueden escudar en que han potenciado la escuela a distancia para recortar en la presencial”, subraya.

La profesora también insiste en que la Ley Canaria de Educación habla de generalizar en los centros públicos una segunda lengua extranjera. Sin embargo, en las Islas aún no se ha conseguido que los estudiantes tengan un buen dominio de una primera lengua extranjera y queda mucho camino por recorrer en la segunda. Señala que sin una inversión adecuada esto no es posible, algo que reclama desde la plataforma a la que pertenece: “Por un 4% en Educación ya”. De hecho, de acuerdo a la previsión actual del Ejecutivo, no cumplirá con su propia ley que fija que la inversión en esta área debe ser del 5% del PIB en 2022.

En cuanto al modelo Plan de Impulso de las Lenguas Extranjera (PILE) impulsado por el Gobierno de Canarias en las escuelas públicas, Silvia Rodríguez Court subraya que el profesorado no cuenta con suficientes métodos ni la inversión en esta área es la suficiente como para poner en marcha un proyecto de esta envergadura. Dicho plan consiste en que docentes de otras especialidades distintas al Inglés destinen unas horas semanales de su horario para impartir su materia en Inglés.

“Es necesario combatir el fracaso escolar, las deficiencias en la comprensión lectora, el nivel cultural, lograr mejores resultados académicos, ¿por qué no se replantea el Gobierno si el PILE, tal y como lo entiende y aplica el Gobierno actual, podría afectar al aprendizaje de los contenidos específicos de materias como Ciencia, Historia o Geografía, escogidas solo a modo de ejemplos?”, se cuestiona esta profesora.

El mayor déficit de los universitarios: no dominar otro idioma

Carlos Estévez, presidente de la Fundación Universitaria de Las Palmas (FULP), asegura que en las encuestas que se hacen a los empleadores y a los propios universitarios cuando acaban la carrera, ambos reconocen que el principal déficit es la falta de dominio de una lengua extranjera. El hecho de no poder acreditar el conocimiento de una lengua es “una preocupación social de primer orden”, asegura.

Explica que después de que la ULPGC decidiera eliminar el requisito de aprobar el B1 de inglés para obtener un título, se ha detectado un notable número de estudiantes que se han dado de baja en el Aula de Idiomas que gestiona la FULP en la universidad. Estévez entiende que el alumnado celebre el hecho de no tener que examinarse del B1 de inglés, aunque añade que ellos mismos reconocen que no tener un buen nivel de idiomas les cierra puertas laborales. Sostiene que es necesario que se llegue a un consenso sobre cuál es el nivel de idioma extranjero exigible al estudiante en cada etapa.

La vicerrectora de Docencia de la Universidad de La Laguna (ULL), Ana Isabel Jiménez Abizanda, recuerda que esta institución no ha sido partidaria de exigir el B1 de Inglés a los estudiantes para superar el título universitario. Los estudiantes del grado de Químicas sí que tienen que acreditar el conocimiento de esta lengua para poder defender el Trabajo Final de Grado (TFG) porque así se estableció en su plan de estudios, algo que asegura que en general no ha generado grandes problemas en el alumnado porque se les advierte de ello desde el primer curso. Señala que se percibe que los estudiantes llegan cada vez con un mejor nivel de inglés a los estudios superiores, aunque es consciente de que se debe seguir apostando por los idiomas y que las universidades deben facilitar su aprendizaje y acreditación.

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