El abogado del presunto violador de Las Palmas, hallado muerto este jueves en prisión, cree que “aún es pronto para saber las causas del fallecimiento” pero no descarta el suicidio, al que pudo recurrir su defendido, según opinó, para escapar al “acoso sistemático” que sufría en prisión.
Una cárcel, la de El Salto del Negro de Gran Canaria, donde el presunto violador Miguel Ángel M. R., acusado de agresiones sexuales a una veintena de mujeres, vivía desde meses atrás “una situación muy dura, siendo constantemente agredido, si no físicamente sí verbalmente, y arrojando objetos contra su celda”, según destacó el letrado Cristóbal Díaz, su defensor, tras acudir a la prisión.
Personado en El Salto del Negro poco después de conocerse el hallazgo del cadáver de su representado, al que se halló ahorcado sobre las tres de la tarde en las duchas de la zona de patio de la prisión, Díaz pasó más de una hora en el centro recabando información sobre lo ocurrido sin llegar a tener certeza de qué pasó “exactamente”, conforme a lo que dijo al abandonar el lugar.
Al preguntársele si creía que la muerte pudo deberse a un suicidio, como se ha apuntado desde distintas fuentes, el abogado admitió, en todo caso, que “probablemente sí”, por entender que ésa puede parecer una salida “cuando alguien es acosado sistemáticamente”.
En esa línea, el abogado destacó que su defendido “estaba muy decaído” y llegó a declarar “pocas personas aguantarían esa prisión que ha aguantado hasta el día de hoy Miguel Ángel”.
Criticó, de cualquier modo, las circunstancias en que le ha llegado el fin a su defendido, que dijo “murió sin un juicio justo” y después de haber sido objeto de “un juicio paralelo en los medios de comunicación”.
Desde esa postura pidió, al tiempo, que, ante un desenlace que hará que “muchas interrogantes quedarán abiertas” en torno al caso de Miguel Ángel M.R., “no se aproveche para achacarle muchas cosas inciertamente”.
Miguel Ángel M.R., de 47 años, estaba ingresado en la prisión grancanaria desde su detención el pasado mes de septiembre, acusado de cometer numerosas violaciones en Gran Canaria y otras islas del archipiélago, con resultado de una investigación policial que se prolongó durante dos años.
Un mes después, una veintena de mujeres habían reconocido ya al presunto violador de Las Palmas, Miguel Ángel M.R., de 47 años, como el hombre que las agredió sexualmente en los últimos años.