Los abusos sexuales presuntamente cometidos por el director de la residencia de mayores La Trinidad, de Las Palmas de Gran Canaria, se han sumado a la larga lista de irregularidades y supuestos delitos denunciados por trabajadores y familiares de residentes. Intersindical Canaria denunció el pasado 5 de mayo ante la Dirección General de Bienestar Social del Gobierno de Canarias que en esa residencia se han producido “ocasionales tocamientos sexuales por parte del director/propietario de la residencia a una paciente deficiente psíquica”. La denuncia sindical ha sido ratificada por una posterior comparecencia ante la Viceconsejería de Bienestar Social por una hija de la víctima de esos tocamientos, aunque también señala al hermano del director.
Más de un mes después de que dos fiscales visitaran la residencia La Trinidad, este centro, situado en la calle López Botas, continúa abierto. La visita de las dos representantes del Ministerio Público se produjo como consecuencia de la alarma social desatada al emitirse un programa de televisión presentado por la popular periodista Mercedes Milá. También acudieron al rebufo de la visita de la televisiva reportera inspectores de la Consejería de Bienestar Social, pero el resultado sigue siendo el mismo: la residencia está abierta y atiende a una treintena de residentes que pagan algo más de 1.000 euros al mes por unos servicios claramente deficientes, cuando no inhumanos.
Oficialmente se desconocen las consecuencias jurídicas de esa visita de las dos fiscales, de cuyos informes no se tienen noticia, aunque la Consejería de Bienestar Social ha remitido a la Fiscalía tanto la denuncia de Intersindical Canaria como la comparecencia de la hija de la presunta víctima de tocamientos sexuales en el interior de la residencia.
Intersindical Canaria ha transmitido al Gobierno el testimonio de varios trabajadores que han presenciado numerosas irregularidades y hechos posiblemente delictivos en el interior de La Trinidad. Entre otros hechos, esos empleados han relatado que el director, J.M.C.D., habría mantenido contacto sexual con una paciente deficiente psíquica. A esa denuncia de Intersindical se ha unido el testimonio de la hija de esa paciente, que sin embargo señala como presunto autor al hermano del anterior, A.C.D.
Pero las irregularidades, la insalubridad y los malos tratos son muchos más.
En su denuncia, del pasado 5 de mayo, Intersindical Canaria relata cómo los empleados del centro suministran glucosa a todos los pacientes haciendo uso de la misma jeringuilla; cómo se sirve a los residentes “alimentos insalubres y/o con escaso aporte nutritivo”, sin la inclusión en la dieta de frutas o verduras.
Los yogures se están suministrando “previo pago y caducados”, dice la denuncia.
La falta de higiene en las instalaciones de La Trinidad no sólo fue recogida por el reportaje emitido por Telecinco, sino que se relata de manera detallada en el escrito de Intersindical Canaria. Así, se explica que los pañales son repuestos cada ocho horas, “lo que obliga a las personas residentes a soportar durante mucho tiempo la suciedad” en forma de orines y heces.
Las sábanas se siguen reponiendo en esa residencia, al menos hasta el pasado 5 de mayo, fecha de esta denuncia, cada siete días “o más”. “Al parecer”, dice el sindicato, “se aplica el método de orearlas en las ventanas cada cierto tiempo, aún cuando estén impregnadas de suciedad y orines”.
Las estancias de la residencia están deficientemente ventiladas, “prohibiéndose el remedio de la apertura de ventanas”, siempre según esta denuncia.
Además, los empleados han detectado la presencia de animales en la azotea “merodeando entre la ropa de cama de las personas usuarias”.
Relaciones sexuales en la azotea
En un cuartucho de esa azotea pernocta un hermano del director-propietario de la residencia, al que una de las internas ha señalado como autor de “relaciones sexuales”. Así se recoge en una comparecencia efectuada ante el Servicio de Inspección y Registro de Centros de la Viceconsejería de Bienestar Social por la hija de la presunta víctima el pasado 27 de mayo.
En ese relato se indica que “desde hace más o menos seis meses” la madre de la compareciente venía manifestando que “mantenía relaciones sexuales en la azotea con un señor que se llama Álvaro”. Dado que la mujer padece demencia, la familia no prestó atención a sus quejas, hasta que en abril pasado una trabajadora del centro le confirmó que “a veces Álvaro sube a la residente a la azotea cuando está un poco alterada”.
La interna dice que los tocamientos son menos numerosos pero se siguen produciendo.