BARCELONA, 27 (EUROPA PRESS)
La intervención de Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana de Barcelona durante toda la mañana del viernes ante los 'indignados' acampados en la plaza Catalunya ha provocado un 'efecto llamada' cuando la policía se ha retirado a las 13 horas, y por la tarde se han alcanzado las 9.000 personas, incluso antes de la concentración especial convocada para las 19 horas por los mismos acampados, como han hecho otras ciudades, Madrid y Lleida entre ellas.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha justificado desde Londres que los agentes “han actuado para garantizar la seguridad y la limpieza” del lugar.
El conseller de Interior, Felip Puig, ha asegurado que no pretendían desalojar, sino limpiar la plaza y retirar objetos peligrosos --como bombonas de butano y gas y hornillos eléctricos-- para reducir el riesgo ante la celebración de una posible victoria del Barça el sábado en ese lugar, y ha asegurado que los Mossos no intervendrán antes del sábado.
Aunque no se arrepiente de haber ordenado la actuación policial porque ha sido contundente “sólo cuando ha hecho falta”, Puig se replantearía la hora de la intervención y el número de efectivos, y entiende el “revuelo”, por lo que está dispuesto a asumir críticas.
Poco antes de las 7.00 ha llegado la policía a la plaza, donde había 400 personas, y no ha permitido entrar a nadie más, hasta que los trabajadores municipales limpiaran: según la policía, se trataba sobre todo de retirar objetos peligrosos, aunque también han retirado pancartas y tiendas.
Pero a mediodía, los 200 acampados en el centro de la plaza han votado en asamblea contra la petición de los Mossos de que dejaran acabar de limpiar.
La tensión de primera hora, cuando los concentrados han cerrado el paso a los vehículos de limpieza, ha aumentado y ha acabado provocando cargas policiales, ante la resistencia pasiva de los 'indignados', pero a mediodía no ha sido tan pasiva.
La tensión ha sido máxima entre las 12.30 y las 13 aproximadamente, desde que la policía ha empezado a desplazar los 200 concentrados en el centro de la plaza para acabar de limpiar, lo que ha provocado que las 800 personas que había en la periferia de la plaza rompieran el cordón policial para acceder al centro, generando conatos de violencia y cargas policiales.
Cuando los Mossos se han retirado y los 'indignados' han recuperado la plaza, algunos grupos de policías han quedado rodeados por numerosos manifestantes que les han echado de la plaza gritándoles y abucheándoles.
Los Mossos, para defenderse del lanzamiento de botellas y piedras, han contestado con salvas de las escopetas de pelotas de goma y han golpeado a los manifestantes --según Puig, durante toda la mañana se han hecho 236 salvas de advertencia, seis disparos de pelotas de goma y 12 proyectiles, y ha habido unos 350 mossos y de 80 a 100 guardias urbanos--.
Minutos después de que los Mossos se retiraran y fueran perseguidos e increpados, los 'indignados' han vuelto a ocupar la plaza montando tiendas, pese a que los operarios de BCNeta asistidos por la policía habían retirado las que habían antes; y, aunque los agentes han prometido inventariar todos los bienes requisados para devolverlos más tarde, la mayoría se muestra incrédula.
El Síndic de Greuges, Rafel Ribó, ha recibido quejas ciudadanas y de entidades e investigará de oficio si se han vulnerado derechos de las personas y si la policía ha actuado con “proporcionalidad”.
SI es el único partido que ha pedido la dimisión de Puig, mientras que PSC, ERC y C's han pedido la comparecencia parlamentaria del conseller, que está dispuesto a acudir, y PP ha admitido que era necesario actuar aunque también le ha pedido explicaciones.