El acusado admite que agarró a Yuliza por el ''cogote'' para que dejara los Testigos de Jehová

El acusado de asesinar a la hija de su ex pareja sentimental en Lanzarote en 2007 afirmó este lunes que quería a Yuliza Pérez como una hijastra y que, tras agarrarla por el “cogote” y apretar un poco, para evitar que fuera con los Testigos de Jehová, no se dio cuenta de que había muerto.

El agresor, Antonio Luis Ferreira Machado, que se enfrenta a una pena de 20 años de prisión, vivía en la misma casa que su ex pareja y Yuliza, y señaló al tribunal jurado de la Audiencia de Las Palmas, que el 8 de noviembre de 2007 agarró a la joven porque quería que le perdonara por una discusión del día anterior por pertenecer a los Testigos de Jehová.

El abogado defensor pide una pena de cinco años de prisión, pues considera los hechos como un homicidio con el atenuante de arrebato u obcecación, ya que sostiene que el acusado estaba obsesionado con Yuliza, sobre la que ejercía un exceso de protección por considerarla su hijastra, quizás porque carecía de familia, apuntó.

La acusación particular ejercida en representación de la madre de la fallecida, Hilma Altagracia, solicita la misma pena que la fiscal Laura Ordaz, aunque eleva la indemnización a 400.000 euros frente a los 120.000 euros que reclama el ministerio fiscal.

El acusado dijo que tras estrangular a Yuliza bajó a ver a una vecina y después sacó el cuerpo de la joven hasta la calle, lo trasladó en su coche al vertedero de Argana Alta, donde dejó el cuerpo sin vida vestido con el pantalón vaquero y con una camiseta verde y tapado con tierra.

Así mismo, manifestó que no recuerda haber atado las manos de la joven, que fue hallada cinco días después por un vecino de Arrecife cuando paseaba por la mañana a sus perros en las inmediaciones del vertedero.

El acusado dijo también que se pasó todo ese día en la casa hasta que llegó por la tarde la madre de la joven, a quien no pensó contar lo ocurrido y ayudó a buscar a su hija desde que comenzó a preocuparse porque no regresaba a su casa, situada en el barrio de Los Geranios, en Arrecife.

Sostuvo también que participó en cuatro búsquedas que se organizaron de la joven y reconoció haber facilitado pistas falsas a la policía y a la familia, aunque señaló no saber por qué actuó así.

“Frialdad impresionante”

Según la fiscal, el acusado en su declaración incurrió en numerosas contradicciones con las hechas con anterioridad y consideró, al igual que la acusación particular, que actuó con una “frialdad impresionante” y “sabía lo que hacía” cuando estranguló a Yuliza sin posibilidad de defensa.

La acusación particular subrayó que el acusado siguió viviendo con su ex pareja hasta que apareció el cadáver de la joven y que no reconoció los hechos hasta que las pruebas le apuntaron como el autor de su muerte.

Además, tanto la fiscal como la acusación particular hicieron hincapié en la relación obsesiva que mantenía con Yuliza desde que la joven llegó a Lanzarote en mayo de 2007.

Actitud que ambas sostienen que se produjo porque le atraía físicamente al igual que otras chicas de esa edad, mientras que su abogado atribuye a su exceso de protección como padrastro.

El juicio continúa esta tarde con la declaración de la madre de la joven y de otros testigos, y se reanudará mañana.