Un estudio sobre el agua potable realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 62 ciudades españolas, entre ellas 50 capitales de provincia, sostiene que la que reciben por el grifo los hogares de Las Palmas de Gran Canaria está entre las tres mejores de España.
“Puede parecer sorprendente que el agua de una ciudad situada en una isla, donde los recursos hídricos son por fuerza bastante limitados, se haya colado en la terna de los tres mejores”, señala la propia OCU en la presentación de sus conclusiones.
Por delante del agua de la capital grancanaria (que procede en su mayoría de desaladoras), este estudio solo sitúa en calidad la que reciben los hogares de Burgos y los de San Sebastián.
Emalsa, la empresa que gestiona el abastecimiento de agua en Las Palmas de Gran Canaria, destaca en un comunicado que el agua de la ciudad obtiene la máxima valoración (“muy buena”) en todos los apartados del estudio, salvo en dos, en los que obtiene una “buena”: los aspectos relativos a metales y a su grado de mineralización.
“En ambos apartados considerados por el estudio de OCU, el agua de Las Palmas de Gran Canaria juega en franca desventaja con las aguas que proceden del medio natural, mineralizadas en origen”, añade.
El estudio analiza parámetros como las características propias del agua (mineralización, dureza y turbidez), su calidad bacteriológica y el nivel de posibles contaminantes (metales, plaguicidas y trihalometanos), así como su precio actual (en octubre), expresado como el gasto anual medio de un hogar de cuatro personas (175 m3/año).
“El enorme hándicap que supone la procedencia mayoritaria del agua en nuestra ciudad, por desalación, hace mucho más meritorio este nivel de calidad. Entre las ciudades que necesitan 'fabricar' el agua que consumen, aunque solo sea en parte, la de Las Palmas de Gran Canaria resulta líder indiscutible en todos los aspectos de calidad medidos”, resalta Emalsa.
El coste del agua en Las Palmas de Gran Canaria supera la media del estudio (2,14 frente a 1,63 euros/m3), pero resulta más barato que el de Barcelona (2,79 euros/m3) o Palma de Mallorca (2,50 euros/m3)