El magistrado ponente del caso Kárate, Salvador Alba, considera oportuno aprovechar la reforma del Código Penal para elevar a 40 años el tiempo máximo de condena para los delitos de pederastia más graves, que se comenten durante años y de manera continuada, en lugar de los 20 vigentes.
En declaraciones a Efe, Alba ha considerado insuficiente que los tres condenados del caso Kárate por abusos sexuales cometidos durante años a decenas de menores cumplan un máximo de 20 años de cárcel, pues defienden que el tiempo de condena para supuestos como estos debería ser el mismo que ya se aplica a delitos de terrorismo.
La sentencia ha condenado a penas centenarias al prestigioso karateca Fernando Torres Baena, su actual mujer y monitora María José González y la también profesora de artes marciales, Ivonne González, por delitos continuados de abusos sexuales, a los que se suma corrupción de menores en el caso del principal procesado.
Alba considera que ahora es el momento de introducir este cambio con la reforma del Código Penal y entiende que la petición al respecto que exponen en la sentencia hecha pública el pasado viernes en la Audiencia de Las Palmas es también una demanda de la sociedad, que quiere que se endurezcan estas penas.
El magistrado ha querido aclarar, no obstante, que los beneficios penales que puedan solicitar los tres condenados del caso Kárate se aplicarán en función del total de la pena impuesta, es decir 302 años de prisión, en el caso de Torres Baena; 148, María José González, y 126, Ivonne González, y no sobre los 20 años que es el máximo que cumplirán.
Para Alba, estos 20 años es un tiempo “muy insuficiente” ante los hechos que se han considerado probados por el tribunal, que no tienen precedentes en la historia judicial española, tanto por el número de víctimas, como por la duración de los abusos.
Además, ha indicado que el incremento que reclaman es posible porque no “lesiona ni el interés general ni la Constitución” y debe atenderse porque, pese a que los tres condenados del caso Kárate, tras cometer numerosos abusos durante años, con “lavado de cerebro” incluido a sus víctimas, cumplirán la misma condena que un autor de tres delitos continuados de abuso sexual.