El alcatraz afectado por el vertido del pesquero Oleg Naydenov, hundido hace un mes al sur de Gran Canaria, ha recuperado este miércoles la libertad en la playa de La Laja, en la capital de la isla, tras haber sido rehabilitado en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo.
La suelta del ave marina ha contado con la presencia de la consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, María del Mar Arévalo, y del veterinario Aniano Hernández, quien ha participado en la recuperación del animal junto al director del Centro, el biólogo Pascual Calabuig, entre otros especialistas.
Arévalo ha recordado que el alcatraz fue recuperado con algo de fuel en su plumaje el pasado 24 de abril, que entró en el Centro de Recuperación en “muy buen estado”, porque llevaba muy poco tiempo impregnado, y que, desde el primer momento, fue atendido para eliminar los restos de combustible.
“Hemos procedido a la liberación del alcatraz una vez que se ha constatado que estaba en perfecto estado de salud y, como se ha visto, incluso ha estado remoloneando para salir de su jaula y volver a su hábitat natural, ya que esta ave hace su vida en el mar durante gran parte del año y solo regresa a tierra en la época de cría”, ha agregado la consejera.
Según Arévalo, esta actuación se enmarca en el protocolo acordado con el resto de las administraciones ante este vertido que se ha producido en el mar y el Centro de Recuperación ya ha actuado con otras especies, recuperando varias pardelas -cinco de ellas soltadas-, tortugas bobas -dos- y un alcatraz.
La consejera ha destacado que el Cabildo ha estado “a la altura, al responder a las necesidades de estas especies para intentar que no se perdiera ninguna y, además, se ha adquirido experiencia y aprendizaje de cara al futuro”.
“Pero ojalá no tengamos que hacerla valer”, ha añadido.
Por su parte, Aniano Hernández ha dicho que esta ave petroleada llegó al Centro de Recuperación “fuerte”, porque había estado poco tiempo en contacto con el fuel en el mar, algo que ha valorado porque “la mayoría de las aves no mueren por el contacto directo con el fuel, sino por hipotermia, al contactar el agua con su piel”.
“El proceso de recuperación consistió en estabilizar al animal con sueros a base de sondas esofágicas y, luego, se le alimentó y evaluó. Cuando estuvo más fuerte se inició el proceso de limpieza y, desde el pasado 27 de abril, se hicieron cuatro lavados de una hora diaria. La siguiente fase fue la impermeabilidad y, al final, el plumaje quedó en perfecto estado”, ha añadido.
Hernández ha apuntado que, para las aves marinas, “el petróleo en el agua actúa como una red en medio del bosque, ya que toda ave que vuela por allí se ve atrapada”.
Por eso motivo, el veterinario considera vital que la mancha en el animal sea lo más pequeña posible, pero, que aún así, “no hace falta manchas muy grandes para afectar a un ave de estas características, pues bastaría solo un centímetro de diámetro para que se moje la zona y llegue la muerte”.
“Ya sacamos en el centro de Recuperación a las aves afectadas por el vertido, aunque aún tratamos a gaviotas por otros motivos y, además, en la UVI hay ocho más que tampoco tienen nada que ver con el petróleo. Ahora solo tenemos afectada por el fuel una tortuga, que ya está limpia desde el pasado domingo, ha empezado a comer y evolucionado favorablemente”, ha concluido Hernández.
Canarias se encuentra en medio de la ruta de migración y zonas de alimentación de estas aves y, por ese motivo, es frecuente que el alcatraz pueda ser observado en aguas cercanas a las islas.
Este ejemplar, posiblemente hembra y de casi 3 kilos de peso, fue recogido en alta mar por el barco “Spirit of the Sea”, y presentaba una mancha de fuel en su zona ventral, ala izquierda, cola y pico.