El copago farmacéutico sigue causando estragos en los pacientes. Las colas en las farmacias, la falta de información y los continuos errores a la hora de clasificar a las personas según su renta son algunos síntomas de que este nuevo sistema sanitario, aún en fase de experimentación, no se está desarrollando todo lo bien que debería.
Un usuario que tiene que hacerse cargo de su madre con Alzheimer, y que prefiere mantener su identidad en el anonimato, afirma a CANARIAS AHORA que la normativa “es un desastre”. No hace ni dos semanas desde que se implantó el copago y, por el momento, la respuesta de los consumidores en general es de rechazo o indiferencia. Sin embargo, este usuario anónimo confía en que “a base de martillazos, en base a la experiencia y a los errores con los pacientes, se irá adecuando el sistema”.
El principal problema que se está sufriendo proviene de los errores en la aplicación de los porcentajes correspondientes según la renta; fruto de ello, ir a las farmacias “se está convirtiendo en un experimento”, ya que no está nada claro el proceso de reclamación. “No sé qué debemos reclamar si ellos tienen las cartillas con nuestros datos”, asegura este hijo de una paciente con Alzheimer.
Existen casos muy llamativos, cuenta, en los que los pacientes salen de las farmacias sin los medicamentos que les recetan, no pueden pagarlos, por lo que se ven obligados a dejar de medicarse. Cuando a él se le preguntó por esta situación fue tajante: “Ahora la gente está un poco a verlas venir, pero cuando se den cuenta de que esto no tiene una pronta solución se cabrearán”.
Por su parte, el 012, número de consulta para el copago farmacéutico, no parece clarificar el panorama, sino todo lo contrario. Los centros de salud desvían las consultas a la Seguridad Social dando cita previa, una medida que colapsa a su vez la cita previa de la Seguridad Social. “Allí no tienen claro los procedimientos, cada uno le pasa la pelota al otro”, concluye este consumidor.