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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Arqueólogos del Cabildo de Gran Canaria bajarán pronto a la Sima de Jinámar para estudiar su exhumación

El proyecto para exhumar la Sima de Jinámar, símbolo de la represión franquista en Gran Canaria, continúa avanzando. Muy pronto, arqueólogos del Cabildo de la isla bajarán a este tubo volcánico con la intención de elaborar un estudio que avale la recuperación de restos mortales de víctimas del franquismo.

Así lo han expresado el presidente de la corporación insular, Antonio Morales (NC) y el consejero de Cultura Carlos Ruiz en una reunión mantenida la pasada semana con el portavoz de la Plataforma de Familiares de Fusilados de San Lorenzo, Francisco González, el arquitecto Carmelo Suárez y el ingeniero Jesús Cantero, que bajó a la Sima de Jinámar en los años 60 y fue testigo de la localización de los restos mortales de represaliados del franquismo.

La idea del Cabildo es que en este punto se lleve a cabo el mismo procedimiento que en los Pozos de Tenoya, donde después de la recuperación se llevarán a cabo estudios de ADN para localizar a los familiares de estas personas. No obstante, aún se encuentran en la primera fase de estudio.

El portavoz de la Plataforma de Familiares de Fusilados de San Lorenzo, Francisco González, defiende que este lugar se convierta en un centro de interpretación, “dándole un carácter pedagógico y la misma línea de los actuales museos en los campos de concentración nazis de Europa”. Además, en próximas reuniones con el Cabildo seguirán planteando la iniciativa de realizar un homenaje a los represaliados en este punto.

Exhumar la fosa común de Vegueta

Otro de los asuntos puestos sobre la mesa en esta reunión fue la exhumación de la fosa común del cementerio de Vegueta, donde se estima se encuentran enterrados el que fuera alcalde del entonces municipio de San Lorenzo Juan Santana y el sindicalista Francisco González, además de decenas de represaliados del franquismo.

Después de años en lucha y tras estudiar dos informes de asociaciones que tenían distintas conclusiones, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo de la Isla han encargado un informe a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre la viabilidad de exhumar.

La comisión del Departamento de Historia estará coordinada por Javier Velasco, Jefe del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria y catedrático de Arqueología de la ULPGC y Javier Marquez, doctor en Historia Contemporánea y profesor de ciencias históricas de la ULPGC.

Francisco González, que también integra el Comité Popular que aboga por esta exhumación, afirma que este colectivo valora de forma positiva que se vaya a realizar este estudio así como la predisposición que ha mostrado la corporación insular.

No obstante, señala que el Comité Popular, conformado por sindicatos, entidades, asociaciones vecinales, colectivos de mujeres, culturales... “no va a parar de movilizarse y luchas hasta recuperar el último resto de esta fosa común”.

Un arqueólogo advierte de que la exhumación será lenta, pero posible

La Sima de Jinámar está ubicada en lo alto de los campos de volcanes de Jinámar, donde llegaban de madrugada camiones cargados de represaliados con cuerpos lacerados por las torturas. Muchas veces los tiraban vivos.

En 1992 se hizo un descenso al interior de la Sima, organizado por el Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria. En él participó el arqueólogo Ángel Rodríguez, que pudo constatar la presencia de restos humanos. Explica que el fondo de la Sima presenta la disposición de una ladera o cono de derrubio formado por la acumulación de piedras y tierra que de forma natural caen al interior de la cavidad.

El arqueólogo considera que la excavación de estos restos sería posible, aunque con las dificultades inherentes al acceso al interior de la sima y a la evacuación de los materiales. En un breve informe concluye que el proceso “es lento y caro, pero técnicamente es posible”.

Señala que, en comparación con las excavaciones en los pozos, la Sima de Jinámar presenta el grave inconveniente de no tener la infraestructura para acceder el personal y extraer el material. El simple descenso y ascenso es cuestión de horas, por lo que extraer el relleno para llegar a los niveles arqueológicos puede ser muy lento, teniendo en cuenta el volumen de escombros a extraer.

Para el arqueólogo, la excavación podría acometerse dotando la Sima de una infraestructura provisional para acceder y extraer los restos mortales. Desde el corte de la cara sur de la montaña propone instalar una grúa de obra cuyo brazo llegue a la vertical de la boca. Esta grúa mediante una cesta o cacharrón permitiría el acceso y el vaciado de los rellenos.

Si la disposición interior del tubo no permitiese llegar hasta el fondo, al menos permitiría ahorrar un buen trecho, lo que repercutiría en mayor rapidez y ahorro. Explica que los materiales extraídos contribuirían a restaurar el corte de la extracción, con lo que a la vez que se excava se contribuye a restaurar el entorno.

Otra de las opciones que baraja, aunque no se decanta por ella, es abrir una galería desde fuera, perpendicular a la sima. Sin embargo, cree que este segundo método podría “alterar irremisiblemente la única sima volcánica de sus características documentada en la isla”.