El cetáceo que este viernes llegó muerto al puerto de Las Palmas de Gran Canaria enganchado a la proa de un barco murió arrollado por el buque y se trata de una ballena rorcual común de 17,8 metros de longitud y 22 toneladas de peso, informó el biólogo marino Pascual Calabuig.
El especialista, coordinador del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gran Canaria, acudió al muelle para colaborar en el rescate del animal alertado por las autoridades portuarias, que en un principio informaron de que se trataba de un cachalote de dos toneladas. El biólogo reconoció que la dimensión del animal es “increíble”, pero aseguró que era una ballena joven a la que aún le faltaba por ganar la mitad de su peso, pues el rorcual común es la segunda especie de ballena más grande que existe.
Este tipo de cetáceos no habita en las aguas de Canarias y se encontraba entre Gran Canaria y Tenerife, donde fue enganchada por el bulbo del ferry Sorolla de Acciona, en su viaje del sur al norte del Atlántico, explicó. Aunque falta realizar la necropsia, Calabuig aseguró que el animal no estaba muerto cuando lo arrolló el ferry, pues llegó sangrando y recién fallecido.
Para sacar el animal del agua fue necesaria una grúa de grandes dimensiones que lo elevó hasta el muelle.