La Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) ha vuelto a denunciar los graves incidentes que vienen ocurriendo en el Departamento Cerrado del Centro Penitenciario Las Palmas 2 con internos que queman colchones, insultos y amenazas a los funcionarios, un preso con un pincho carcelario, autolesiones, un intento de tocar a una enfermera o patadas en las puertas por parte de los presos, ocurrido todo esto en la jornada de este viernes, 8 de septiembre.
Así lo ha informado en un comunicado en el que hicieron especial hincapié en que el peligro, tanto físico como moral, que corren los trabajadores constantemente
De igual modo, el sindicato ha insistido en su denuncia de la deficiente visualización de las cámaras y la escasa cobertura de los walkies en esa galería. “Deficiencias, que hasta el momento, no tenemos constancia de que hayan sido subsanadas”, matizó Acaip.
Por su parte, en el primero de los casos de colchones quemados, el interno prendió fuego al colchón de su celda, ubicada esta en la quinta galería. Este incidente grave, tuvo lugar a la hora de la comida y al interno se le aisló posteriormente.
Luego, a primera hora de la tarde, otro interno quemó también el colchón de su celda, siendo el mismo que el pasado 26 de agosto prendió fuego otro colchón en un intento de acabar con la vida de otro interno por asfixia y que incluso llegó a amenazar a los trabajadores con un pincho carcelario, aunque finalmente se le convenció para que depusiera su actitud.
Aquí, Acaip hizo especial hincapié en que este preso tiene un perfil psiquiátrico y que desde su punto de vista no debería de estar cumpliendo su condena en éste centro, sino en otro adaptado a sus necesidades, ya que en esta nueva ocasión en la que prendió fuego al colchón, el presentaba un brote psicótico.
“El interno --continuó el sindicato-- estuvo insultando y amenazando reiteradamente a los funcionarios. En esta ocasión, volvía a tener en su poder un pincho y además se había autolesionado”.
Un preso intentó tocar a la enfermera
Posteriormente, Acaip continúa explicando que ese mismo día, en el reparto de la medicación, otro interno intentó tocar a la enfermera y salpicó agua a los funcionarios que la acompañaban en dicho reparto. “Una vez más, acompañado de insultos y amenazas”, aseveró la asociación.
Por si fuera poco, durante toda la jornada se sucedieron las protestas de los otros internos del departamento que al verse privados del economato y de la posibilidad de realizar llamadas --que hubo que suspender para poder garantizar la seguridad--.
Los intentos estuvieron gritando, insultando y amenazando a los funcionarios y picando continuamente para expresar su malestar y enfado.
De esta manera, los funcionarios del departamento redactaron varios partes e informes al respecto de la situación vivida en la jornada de ayer, que resultó muy dura dados los momentos de tensión vividos en las galerías del departamento.
El sindicato ha expresado que en toda la jornada el mando de incidencias no se presentó y que a los funcionarios les trascendió que las directrices que había dado era que “hiciesen lo que tenían que hacer”.
Régimen cerrado se abrió sin aumentar plantilla
El departamento de Régimen Cerrado se abrió hace menos de un año sin aumentar la plantilla del Centro Penitenciario Las Palmas 2, a pesar de que en dicho departamento se albergan los primeros grados de toda Canarias, además de algunos internos islamistas de otras comunidades que han sido clasificados en 1º grado y centro de cumplimiento Las Palmas 2.
“En este departamento debería de trabajar un mínimo de 6 funcionarios diariamente, pero se suele cubrir con 5 y a veces con 4, lo que obliga a tener una gran carga de trabajo y estrés”, aseveró Acaip.
“Seguimos estando totalmente indefensos --prosigue la agrupación--, ya que, al no ser considerados autoridad, nos vemos privados de poder actuar con la contundencia necesaria en casos que así lo requieran. En estos momentos, con la actual legislación no tenemos ninguna cobertura legal. Hay un total desprecio a nuestra profesión, hacia nuestro trabajo, sobre todo desde la opinión pública, apoyada en algunos casos por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias”.