La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de La Palma, creada hace un año, ve en la ley del mismo nombre un “regalo” que hará posible recordar a aquellos que murieron en la isla por sus ideas políticas, y la mayoría ni siquiera por eso, durante el periodo de represión franquista.
Este colectivo de familiares de víctimas de la Guerra Civil continúa con sus esfuerzos para, primero, encontrar los cadáveres de sus familiares, los denominados 13 de Fuencaliente, y después, darles la dignidad que se les negó enterrándolos en un pinar, sepultados por piedras, como animales.
La nueva ley les ampara, y les ayudará a dar nombre a unos huesos que pueden pertenecer a sus familiares, recordarlos como personas que existieron, pero todo ello alejado de rencores, pues sólo quieren hablar de la memoria histórica, indicaron fuentes de la asociación.
Fueron estos descendientes los que abrieron la primera fosa de este enterramiento en la que aparecieron los huesos de los conocidos como los 13 de Fuencaliente, que fueron detenidos en enero de 1937, encarcelados en el cuartel de San Francisco y posteriormente trasladados al Pinar de Fuencaliente, donde fueron fusilados y enterrados en un lugar hasta entonces sin determinar.
Fue el hijo de un testigo de los fusilamientos, vecino de Montes de Luna, en Fuencaliente, el que supo ubicar la existencia de la fosa, comenzando desde ese momento los trámites para iniciar los trabajos, que los familiares ejecutaron en primera instancia, para luego encargarse la empresa Arqueocanarias.
De los trece fusilados, once de ellos, Miguel Hernández Hernández, Floreal Rodríguez Pérez, Víctor Ferraz Armas, Sabino Pérez García, Dionisio Hernández Hernández, Vidal Felipe Hernández, Antonio Hernández Guerra, Eustaquio Rodríguez Cabrera, Manuel Camacho Lorenzo, Dionisos Hernández Cabrera y Aniceto Rodríguez Pérez, fueron capturados en el monte a principio de 1937 en un lugar denominado el Roque de la Calabaza.
Otros dos, Segundo Rodríguez Pérez y Angel Hernández Hernández, lo fueron en sus domicilios, acusados de colaborar con los otros once suministrándoles alimentos y ropas de abrigo.
Al principio del proceso de excavación surgieron dudas de que pudieran ser los 13 de Fuencaliente, se pensó que podría ser cualquier otro grupo de personas desaparecidas que fueron enterradas en el Pinar de Fuencaliente.
Pero la identificación de tres de los seis cuerpos rescatados, con pruebas de ADN hechas a los familiares vivos, apuntan a que estos pueden ser miembros de ese grupo.
Se conoce la identidad de esos tres cadáveres, pero los familiares y miembros de la Asociación para la Memoria Histórica de La Palma prefieren esperar a conocer los nombres de los seis cuerpos para su descanso y el de la opinión pública.
Una vez que concluya el proceso judicial, los restos humanos serán entregados a los familiares para que puedan darles sepultura.
Profundo interés
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de La Palma ha tenido como su objetivo ir más allá de la exhumación de fosas comunes en la isla, y quiere saber más sobre los crímenes cometidos.
Esta Asociación es la principal impulsora de todas las medidas de recuperación de la memoria histórica que se desarrollan en La Palma, y, con el apoyo del Cabildo de La Palma y del la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, trabaja ya en la identificación de otras posibles zonas de enterramiento de fusilados durante la represión franquista, en los municipios de Fuencaliente, Puntallana y Garafía.
En La Palma los datos históricos hablan del asesinato de unas 50 personas durante ese periodo de represión, en la que no sólo se procedió al enterramiento de cadáveres, sino que también se lanzaron cuerpos inertes al mar.
Los miembros de esta asociación palmera entienden la nueva Ley de la Memoria Histórica como una oportunidad, no de hurgar en una profunda herida, sino de contribuir a cicatrizarla, reduciendo el dolor que aún se produce en muchos de ellos cuando tienen que recordar los hechos acontecidos a partir de 1936.