El desastre medioambiental en Gran Tarajal, en Fuerteventura, no se ha olvidado. Una de las banderas negras de Ecologistas en Acción ha recaído sobre el puerto de Gran Tarajal y su entorno por la mala gestión del hundimiento de las gabarras, que se produjo el 28 de febrero de 2018, y el posterior vertido al mar de hidrocarburos y otros contaminantes.
Las labores de limpieza costaron al menos seis millones de euros a las arcas públicas, según reconoció el Gobierno de Canarias. Sin embargo, todavía quedan muchos interrogantes, tal y como se destaca en la nueva edición del informe Banderas Negras 2019, que analiza los casi 8.000 kilómetros de las costas españolas e identifica los casos más característicos de afecciones por contaminación y mala gestión ambiental.
Este año se han colocado 48 banderas negras, una de ellas en Gran Tarajal, ya que la federación ecologista considera que “persiste la contaminación” y se ha realizado “una pésima gestión ambiental”. “Este desastre ha estado marcado por la deficiente información y por el abandono de las tareas de descontaminación”, sostiene.
La población de Gran Tarajal siguió haciendo uso de su playa y de su entorno costero sin que se hicieran públicos los informes sobre el grado de contaminación. Por este motivo, los vecinos agrupados en torno a la iniciativa ciudadana Aguas Limpias solicitaron a Salud Pública y a la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias informes sobre el estado de las aguas y la arena.
Durante el mes de julio del año pasado se enviaron esas evaluaciones y en agosto salió publicado el primer informe del Gobierno de Canarias. A partir de ese momento no se han vuelto a publicar más informes sobre el estado de las aguas y los sedimentos después de los trabajos realizados, a pesar de la preocupación social. “¿Por qué?”, se preguntan desde la plataforma.
Los últimos informes indicaban que los niveles de contaminación en el agua eran menores a los permitidos por la legislación vigente, pero se detectó la presencia de niveles elevados de algunos metales pesados en los sedimentos de ciertos puntos dentro del puerto de Gran Tarajal. La siguiente pregunta la hace Ecologistas en Acción: “¿Por qué se han abandonado las tareas de descontaminación si los propios informes del Gobierno de Canarias indican que los sedimentos del interior del muelle estaban contaminados por metales pesados?”.
Erizos al cadmio
Desde pocos meses después del hundimiento de las gabarras no se han vuelto a publicar datos del estado de las aguas en la página web de Puertos Canarios. “¿Por qué no se realizaron muestreos durante los meses de junio, julio o septiembre si en el informe de la Dirección General de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias se indica que durante el primer año los muestreos previstos eran mensuales?”, añade el informe.
Los análisis de metales pesados en distintas especies como viejas, lisas y salemas revelaron que los niveles de cadmio, plomo y mercurio estaban por debajo de los valores máximos que permite la normativa. En el erizo se detectaron valores mucho más elevados, pero no hay normativa que regule cuáles son los valores máximos permitidos en esta especie.
Sin embargo, no se indica cuándo ni dónde fueron recolectadas las especies sometidas a los análisis pertinentes para detectar la presencia de contaminantes. Tampoco se compararon los análisis de esos metales pesados con otras especies recolectadas en puntos alejados del vertido, para tener así una mejor valoración de su impacto en las cadenas tróficas del medio marino, según indica el informe Banderas Negras.
“¿Por qué no se realizó el análisis en lapas, burgaos y otras especies fijas al sustrato, cuyos valores en contaminación podían ser similares a los de los erizos de mar?”, cuestiona el documento. “No se realizó el análisis en lapas porque no se encontraron en la zona de estudio”, justificaba el informe del Gobierno de Canarias, lo cual es extraño, añaden desde Ecologistas en Acción, ya que los vecinos habían observado lapas durante ese periodo “dentro del puerto de Gran Tarajal y en sus inmediaciones”.
Contaminación
Del puerto de Gran Tarajal se extrajeron 170.000 litros de gasóleo, 42.729 litros de fuel, 14.174 litros de aceites, 3.024 kilos de pinturas y 379 litros de disolventes, entre otros contaminantes. “¿Por qué no se han realizado análisis de metales pesados, policlorobifenilos ni hidrocarburos de estaño durante los primeros días de marzo?”, se preguntan los vecinos. “¿Por qué los primeros datos de metales pesados corresponde a muestras tomadas 25 días después del vertido?”.
Los niveles de cadmio en el agua de la playa del Aceitún en el mes de marzo eran de 0,25 microgramos por litro, según datos del Gobierno de Canarias. Los valores del cadmio en ese agua en el mes de marzo de 2005, según datos del estudio Ecocartografía del litoral de las islas de Fuerteventura y Lobos, elaborado por el Gobierno de España, eran inferiores a 0,025 microgramos por litro. Es decir, aunque estaban por debajo de los valores máximos permitidos, casi un mes después del hundimiento había valores de cadmio diez veces superiores a los que se podían medir antes del hundimiento de embarcaciones.
En septiembre pasado, los valores de cadmio en la playa del Aceitún eran todavía el doble de los existentes en 2005, según los análisis realizados por la iniciativa ciudadana Aguas Limpias en un laboratorio acreditado a partir de la colecta realizada entre los vecinos del pueblo. Ni el Ayuntamiento de Tuineje ni el Cabildo de Fuerteventura aportaron recursos propios para realizar analíticas ante la falta de información del Gobierno de Canarias.
MEDICIONES. Otro elemento cuestionable son las mediciones de hidrocarburos, realizadas los primeros días por salud pública. Se realizan con métodos cuyo nivel de resolución es de 0,200 y 0,125 miligramos por litro. “¿Por qué no se solicitaron métodos analíticos para hidrocarburos y aceites que el mismo laboratorio analiza con mayor nivel de resolución (0,01 mg/l y 0,05 mg/l), es decir, entre dos y 12 veces más precisos?”, dice Aguas Limpias.
MERCURIO. El mercurio y los hidrocarburos de estaño durante los meses de abril y marzo se miden con un método cuyo valor de medida mínimo es superior al máximo permitido por la legislación. Es decir, no se sabe qué cantidad había. “¿Por qué no se tomó este aspecto en consideración en la determinación de hidrocarburos de estaño y mercurio en las campañas de marzo y abril de 2018?”.
SOLUCIONES. Ante la situación denunciada por la iniciativa ciudadana Aguas Limpias y reflejada en el informe Banderas Negras , de ámbito estatal, la pregunta que se hacen ahora vecinos de Gran Tarajal es si con el cambio de Gobierno de Canarias “se va resolver este problema y si se van a terminar las necesarias labores de seguimiento y limpieza”.