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El hundimiento del pesquero ruso pone en evidencia la falta de un plan para actuar contra los vertidos

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

Trece años después del hundimiento del Prestige en las costas gallegas, el Ministerio de Fomento sigue sin saber cómo actuar en una crisis con un barco que pueda poner en riesgo medioambiental las aguas del país. Evidentemente las 77.000 toneladas de crudo que tenía el buque que ocasionó la mayor marea negra en España no son comparables con las cerca de 1.410 toneladas de fueloil del tipo IFO 380 que tiene en su interior el pesquero ruso Oleg Naydenov, pero sí que existen similitudes en la gestión de los dos casos.

Todo comenzó el sábado al mediodía cuando se declaró un incendio en la sala de máquinas del buque, que estaba atracado en el Puerto de La Luz y Las Palmas de la capital grancanaria. En un primer momento se realizaron labores de extinción de este incendio hasta las 03.00 horas de la madrugada, cuando se decidió remolcar el barco, seriamente dañado, fuera de la dársena portuaria porque la flotabilidad del mismo estaba en riesgo y porque ponía en peligro a la población y al resto de barcos atracados.

A partir de aquí, al igual que con el petrolero, se improvisó porque, según señala Jesús Cisneros, profesor de Contaminación Marina de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el Oleg Naydenov se remolcó hasta aguas de Fuerteventura sin tener en cuenta la opinión de técnicos. El profesor destaca que no existen planes de contingencia y por tanto, no se sabe quién toma las decisiones.

“Antes del plan de contigencia es necesario realizar una evaluación de los medios ya que no tenemos personal especializado en Costas”, subraya y añade que Canarias debería contar con profesionales preparados que organicen los apoyos y coordinen a las diferentes administraciones, aparte de denunciar que en el Archipiélago no existen fórmulas suficientes para atajar un posible vertido, ya que no se saben de los recursos con los que se cuentan, lo cual quedó evidenciado en el vertido de petróleo que llegó a la Playa de El Cabrón el pasado verano.

El barco, como denuncian varios grupos ecologistas, fue “paseado” hasta aguas del sur de Fuerteventura y de aquí, una vez que el fuego fue sofocado, se remolcó al sur de Gran Canaria, donde se iba a estudiar su estado para repararlo o no en el Puerto de La Luz. Fue en este camino de regreso a Gran Canaria cuando la embarcación se hundió, antes de ser evaluada por Salvamento Marítimo para saber el verdadero estado del mismo. Fuentes consultadas por este medio aseguran que las labores de extinción no fueron las adecuadas, ya que sólo se utilizó agua, lo que provocó que el barco se escorara y, finalmente, no aguantara el peso y se fuera a pique al sur de Maspalomas, uno de los polos turísticos más importantes del país.

Así, lo ideal habría sido intentar sofocar el fuego con espuma, lo que habría evitado que el buque se ladeara, apuntan las mismas fuentes. También explican que, al llevar el barco a alta mar, lo que se ha hecho es “multiplicar el problema” porque “le quitas el 50% de apoyo para actuar en él”. Esta fuente portuaria cree que el Oleg debió haber sido trasladado hasta un lugar confinado, como un puerto refugio, en el que poder actuar, una opinión que también comparte Cisneros, quien indica que “podría ser” el Puerto de Arinaga, situado a unos 40 kilómetros al sur de la capital y que también pertenece a la Autoridad Portuaria de Las Palmas.

Mientras, fuentes oficiales de Puertos han protestado por el “cero informativo” con el que ha actuado Capitanía Marítima una vez se decidió sacar el barco de dique Reina Sofía, una decisión que también ven como errónea porque, aunque consideran acertado el haberlo remolcado para evitar un percance, se debió haber llevado hasta una distancia prudente. Desde el Puerto explican que los remolcadores que actuaron en un principio en el Oleg Naydenov fueron alquilados a la compañía Boluda y que van a intentar cobrarle al armador del barco ruso los costes ocasionados.

Por otro lado, aclaran que el pesquero estaba atracado tras haber sido reparado en los astilleros de Astican y que por tanto estaba en buen estado, con las inspecciones recién pasadas y pertrechado con cartones y el combustible necesario para faenar durante varios meses en alta mar. De esta manera, desmienten posibles insinuaciones de que haya estado en Gran Canaria descargando pesca capturada de manera ilegal en caladeros africanos.

Área de gran riqueza ecológica

Tanto Greenpeace como Ecologistas en Acción han alertado del altísimo nivel ecológico de la zona en la que ha estado el buque durante las tareas de remolque, primero al sur de Jandía, un área que en el mes de marzo fue declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) por sus valores ambientales, y luego la zona de hundimiento, que está a 15 millas de Maspalomas, zona turística declarada Reserva Natural Especial por sus valiosas dunas.

En las aguas donde ha zozobrado el barco, un espacio marino perteneciente a la Red Natura 2000, la plataforma submarina alcanza su máxima extensión, siendo una de las áreas más productivas en términos de ecología y pesca de Canarias, con hábitats de interés como los sebadales o poblaciones de cetáceos y tortugas marinas, entre otras. De hecho el sur de Gran Canaria es una zona en la que se realizan avistamientos de estos animales, aparte de área de pesca deportiva.

Jesús Cisneros sostiene que a la profundidad a la que se ha hundido el Oleg Naydenov, a unos 2.400 metros, y teniendo en cuenta la distancia con la costa, un vertido “no sería un desastre”, aunque algunos rastros de fuel bastante degradado podrían llegar a la isla. Además, debido a la gran profundidad a la que se encuentra el buque y a las corrientes submarinas, el posible vertido podría aflorar a una posición completamente distinta al lugar donde está hundido el pesquero.

Si los tanques en los que está el combustible reventaran debido a la presión de la profundidad y este aflorara a la superficie, el fuel quedaría a merced de los vientos, los cuales en este momento son de componente norte, por lo que se desplazaría hacia el sur con una corriente débil, pero si hay un cambio y empieza a soplar de componente sur, llegará a la isla.

En este sentido, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Arguineguín, Ricardo Ortega, espera que en caso de que se produzca un vertido, sea lo antes posible, ya que en esta época las corrientes del mar se dirigen hacia el sur y es a partir de este mes cuando normalmente comienzan a cambiar su dirección hacia la costa. Aparte, aclara que el fuel afectaría sobre todo a peces que habitan entre la superficie y profundidades medias, como los longorones y las sardinas. Ortega añade que el problema cuando el fuel llega a la arena es que este es complicado de limpiar porque impregna la misma y además, apenas se ve.

Según informa Salvamento Marítimo el hundimiento del barco ha dejado una sucesión de manchas de combustible que se extiende por una franja de seis kilómetros de longitud y dos de anchura las cuales, según el capitán marítimo Pedro Mederos, son las que suelen quedar cuando un buque naufraga.