“Hace algo más de un mes se quemó la sauna del Centro deportivo Fariones. Acudimos a apagar el incendio y, cuando estábamos terminando, nos avisaron de un choque frontal en la Marina de Arrecife. Tuvimos que dejar la manguera puesta y cuando llegamos, la gente casi se nos come porque habíamos tardado mucho para intentar liberar a uno de los ocupantes del coche. Terminando de rescatar a esta persona nos avisan, de nuevo, de un intento de suicidio en Puerto del Carmen... Así es muy difícil trabajar y un día va a pasar una desgracia”. Todo esto lo cuenta Óliver Torres, enlace sindical del cuerpo de bomberos que depende del Consorcio de seguridad y emergencias que conforman el Cabildo y los ayuntamientos.
De los 36 bomberos que hay en la isla de Lanzarote, durante un día normal, en el Parque, esperan dispuestos a actuar un equipo de un cabo y cuatro o cinco bomberos, así que “acudir a dos emergencias a la vez es algo inviable”, dice Torres.
Esta situación y el anuncio por parte del Cabildo de que se va a sacar una lista de sustitución para cubrir las plazas necesarias de bomberos (por bajas o por vacaciones) en lugar de sacar a concurso esas plazas, han puesto otra vez de actualidad la precariedad en la que trabajan los bomberos y algunos otros cuerpos de seguridad, y la necesidad de ampliar las plantillas.
La Unión Europea recomienda que haya un bombero por cada mil habitantes, aproximadamente, así que si seguimos esta ratio, en la Isla hacen falta un centenar de bomberos más de los que hay actualmente. En los tiempos de respuesta tampoco se cumplen las recomendaciones, que oscilan entre los ocho y los diez minutos desde que se produce la llamada de urgencia hasta que se llega al lugar.
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