Canarias registra 500 nuevos casos de tuberculosis al año, una enfermedad “de pobres” para muchos “olvidada” que sigue siendo “un gran problema mundial de salud pública”, pese a que se cura con un tratamiento que puede costar diez euros y cuya duración no supera los seis meses.
Así lo pusieron este miércoles de manifiesto en una rueda de prensa el jefe de servicio de Neumología del Hospital Insular de Gran Canaria, Juan Carlos Rodríguez, y el neumólogo del Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín José Antonio Caminero, quienes ofrecieron datos de esta enfermedad con motivo de la conmemoración, el próximo 24 de marzo, del Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebrará con el lema Todos podemos frenar la tuberculosis.
Caminero destacó que en Gran Canaria se detectan entre 150 y 170 nuevos casos de esta enfermedad infecciosa al año, sobre todo en personas pertenecientes a los sectores más desfavorecidos, pero también en enfermos de Sida o en el entorno de personas que hayan contraído la infección y que se hayan sometido al preceptivo tratamiento, algo muy habitual, ya que no es frecuente que se consulte al médico de familia cuando se padezca un tos que se prolongue durante más de dos semanas, dijo.
La tuberculosis mata al año a dos millones de personas en el mundo, a razón de un fallecimiento cada dos segundos, y se detectan 9,3 millones de nuevos casos, cifra que en España es de 12.000 nuevos enfermos al año, una incidencia que supera a la del cáncer de pulmón, destacó el neumólogo.
Caminero consideró fundamental en la lucha contra la tuberculosis que exista una buena conexión entre la asistencia Primaria y la Especializada, algo en lo que coincidió Juan Carlos Rodríguez, quien indicó que “con poco coste”, esta enfermedad “podría ser erradicada”.
El especialista del Hospital Insular de Gran Canaria subrayó que el control de esta patología depende tanto de que los tratamientos se realicen de forma “rápida”, para evitar así que el bacilo se disemine entre la población, como de la realización de estudios de contacto a las personas que hayan estado en contacto con un enfermo de tuberculosis, una labor que consideró fundamental para evitar la generación de nuevos casos.
Caminero precisó que de cada cien personas contagiadas por tuberculosis, sólo diez desarrollan la enfermedad e informó de que los grupos de riesgo lo conforman los enfermos de sida, las personas con defensas bajas o las que convivan con un tuberculoso.
Un tercio de la población mundial está infectada por tuberculosis y aunque las nuevas previsiones de los organismos internacionales indican que en el año 2050 se podría controlar esta enfermedad, el neumólogo consideró que ésta persistirá siempre que haya pobreza.