Canarias registró la menor mortalidad por la COVID-19 gracias a una “estrategia eficaz de vigilancia”, según un estudio

Europa Press

14 de noviembre de 2024 20:19 h

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Un estudio internacional liderado por Universidad de Southampton (Reino Unido) y con participación de epidemiólogos españoles ha certificado que Canarias fue la comunidad autónoma con menos personas fallecidas, durante la COVID-19, gracias a una “estrategia eficaz de vigilancia, prevención y control durante la fase temprana de la pandemia y la implementación de intervenciones basadas en evidencia”.

Concretamente, las islas experimentaron un “leve descenso” de las muertes esperadas, con 210 menos.

El estudio ha mostrado también que Madrid fue la comunidad autónoma con mayor exceso de muertes durante la pandemia de COVID-19, en el periodo que comprende el año 2020 y el primer semestre de 2021, antes de que el programa de vacunación en España se extendiera a toda la población.

Esta etapa fue la de mayor afectación por la pandemia, momento en el que en España se registró un exceso de mortalidad de 89.200 personas, de las que 48.000 son hombres y 41.200 mujeres, unas cifras que superan en un 10% el número de muertes oficiales por COVID-19, según un comunicado del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

En el estudio, publicado en la revista Gaceta Sanitaria, se destaca que a Madrid pertenecen un 25% de estas muertes con 22.000, lo que supone un 42% más de los fallecimientos notificados por la enfermedad, todo ello en base a los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística.

En términos absolutos y relativos al tamaño de la población, la segunda comunidad con mayor exceso es Castilla-La Mancha, a la que siguen Cataluña, Aragón y Castilla y León (estas en términos relativos).

En Murcia, Baleares, La Rioja y Cantabria tuvieron un exceso de mortalidad “muy pequeño”.

En nueve comunidades autónomas, el número de muertes notificadas por COVID-19 fue superior al exceso de fallecimientos, lo que se puede explicar por las muertes por otras causas que se habrían producido sin la pandemia y que se evitaron, ya fuera “por cambios medioambientales o de conducta, por una temporada de gripe muy benigna o por el cumplimiento de medidas higiénicas de salud pública”.

Cambios en la esperanza de vida

Los expertos también han analizado los datos sobre la esperanza de vida al nacer, que experimentó un “descenso brusco” en la Comunidad de Madrid (3,58 años en hombres y 2,25 años en mujeres), que es la región en la que más se retrotrajo, y a la que siguen Castilla La Mancha (2,72 años en hombres y 2,38 años en mujeres, la comunidad donde más descendió en mujeres) y Castilla y León (2,13 años en hombres y 1,39 en mujeres).

En 2020, las Islas Canarias y Murcia apenas experimentaron cambios, mientras que se produjeron pequeños descensos en Asturias, Galicia y las Islas Baleares.

Durante el primer semestre de 2021, en Madrid, Comunidad Valenciana y Aragón se produjo un descenso de más de dos años en hombres, mientras que las mujeres de la Comunidad Valenciana, Andalucía y Cataluña tuvieron un decrecimiento de 1,35 años en esperanza de vida. Canarias y Cantabria no tuvieron ningún cambio.

Número de años perdidos por muertes prematuras

Por último, los especialistas han tenido en cuenta las comunidades con mayor número de años perdidos por muertes prematuras en 2020, encontrándose otra vez a la cabeza las comunidades de Madrid, Castilla La Mancha y Castilla y León, con cifras próximas a cinco años de vida perdidos por cada 100 hombres y tres años perdidos por cada 100 mujeres.

En las Islas Baleares, Extremadura, Galicia, el País Vasco y las Islas Canarias, apenas hubo aumento del número de años perdidos, lo que se puede deber en “buena medida” a las diferencias en la gestión de la pandemia.

“Cada Comunidad Autónoma adoptó políticas de salud pública distintas, algunas ajenas a las buenas prácticas profesionales, que afectaron a la salud y a la vida de sus poblaciones”, reza el texto.

Desigualdad de muertes por comunidad

Esta investigación, liderada por el epidemiólogo de la Universidad de Southampton (Reino Unido) Nazrul Islam, pretendía probar el “enormemente desigual” impacto de la pandemia en las diferentes comunidades españolas, y en el que también han participado los epidemiólogos españoles Fernando José García López, Miguel Ángel Royo Bordonada y María Victoria Zunzunegui.

A pesar de que Canarias fue la primera comunidad en diagnosticar un caso de COVID-19 de forma oficial, ha sido la que menor mortalidad relacionada ha experimentado.

Es por ello por lo que el ISCIII han instado a realizar una reflexión “profunda” para comparar las políticas sanitarias de cada comunidad, de forma que se pueda aprender de las que lo hicieron mejor, sobre todo de cara a afrontar futuras pandemias.

“La localización geográfica de la población en España no puede ser un factor que determine el riesgo de morir en una pandemia. Corresponde a las autoridades hacer una reflexión profunda para analizar y comparar las políticas de salud pública de las comunidades autónomas y aprender de las que lo hicieron mejor para afrontar futuras pandemias”, ha resaltado el ISCIII.