Canarias cerró 2018 con el segundo índice de lectura más bajo de España, al computar un 56,7 % que superó solo al de Extremadura, del 52,2 %, según un estudio publicado por la Federación de Gremios de Editores de España. El informe, dado a conocer este martes, detalla que el archipiélago se mantuvo en ese penúltimo puesto a pesar de que su índice creció ligeramente respecto a 2017, cuando era del 56,4 %.
En el conjunto de España también aumentó moderadamente de 2017 a 2018 el porcentaje de los ciudadanos que se declaran lectores, hasta situarse en el 61,8 % de la población, conforme al estudio de la Federación Española de Gremios de Editores de España (FGEE).
La cual ha presentado este estudio, un termómetro de la situación de la lectura en España, en un acto al que ha asistido el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, que ha hecho una valoración positiva de este aumento aunque ha indicado que “queda mucho por hacer”. “La lectura no está consolidada, el hábito lector está por debajo del nivel de progreso de España y de la posibilidad de acceso a la cultura”, ha indicado el presidente de FGEE, Miguel Barrero, que ha dicho que se trata de un “problema país”.
La falta de tiempo sigue siendo el principal argumento de los no lectores para explicar su falta de hábito (49,3%), ha indicado Barrero, que ha destacado la necesidad para realizar políticas específicas para los segmentos de la población que tienen más déficit de hábitos lectores.
Así, ha recalcado la necesidad de poner en marcha medidas para evitar la deserción “espectacular” de la lectura a partir de los 15 años o las desigualdades que se producen entre el sur de España, con menor índice, y el centro y el norte.
Casi todas las comunidades autónomas mejoran sus índices de lectura. Sólo Extremadura y País Vasco registran un retroceso y La Rioja y Cantabria mantienen sus cifras.
El estudio destaca también que existe un mayor porcentaje de lectoras de libros en tiempo libre que de lectores en todos los grupos de edad, con más de un 67 por ciento. Asimismo, durante el pasado año ha crecido el número de lectores de libros en soporte digital hasta el 23,2% (6% solo lee en formato digital y el 17,2% lee en ambos formatos).
Respecto al perfil del lector digital, el estudio muestra que es un lector más intensivo, lee una media de 13,2 libros al año, frente a los 11,2 del lector que sólo lee en papel. Tiene una biblioteca con mayor número de ejemplares en su hogar, 269 libros de media frente a los 230 de los lectores que sólo leen en papel.
Pero el 79 % de los libros digitales leídos en el último año se obtuvieron sin pagar, ya que únicamente un 21 % de los entrevistados señalaron que obtenían libros digitales pagando por ellos. Para Guirao, la “bondad” de los datos sobre el aumento de los lectores no debe nublar el análisis crítico de la situación de la lectura en España, ya que, ha dicho, más de un 38 por ciento que no lee en ninguna circunstancia y eso “es un problema muy grave sobre el que hay que trabajar”.
El primer gran esfuerzo, ha dicho el ministro, debe ir hacia esas capas de no lectores, que tienen también que ver con la diferencia entre el medio urbano y rural y el acceso a bibliotecas que, conforme se va reduciendo el número de habitantes de las poblaciones es más difícil.
Por eso, Guirao ha dicho que habrá que implementar políticas de promoción de la lectura y mejora de las infraestructuras para facilitar su acceso.
En este sentido, el ministro de Cultura ha destacado la partida prevista en el proyecto de presupuestos para 2019 de adquisición de libros para bibliotecas públicas de 3,5 millones de euros, una cifra que aunque todavía es “modesta e insuficiente”, es una forma de romper una tendencia de los últimos años, que era de cero inversión.
Otra de las medidas previstas en el proyecto de los presupuestos para 2019 es bajar el IVA del libro electrónico e igualarlo con el gravamen que tienen los libros de papel, situado en el 4 %, ha recalcado el ministro.