Este viernes la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha publicado los datos de nuevos contagios de COVID-19 registrados en las islas. Desde que la pandemia dejó atrás su fase aguda, estos solo se actualizan dos veces a la semana y contabilizan únicamente los positivos en mayores de 60 años. Aún así, la cifra ha sido muy alta en las islas: 2.364 en apenas tres días. Esta subida en el número de contagios, que se viene produciendo paulatinamente desde hace semanas, no está ocurriendo solo en el archipiélago, sino que afecta a todo el país y se debe, en parte, a la aparición de sublinajes de ómicron (BA.4 y BA.5). Estos son cada vez más contagiosos, pero la gravedad de la enfermedad está lejos de la de las primeras olas, y el porcentaje de vacunados en el país es de los más altos del mundo.
Este jueves la ministra de Sanidad, Carolina Darias, evitó hablar de séptima ola, pero reconoció el empeoramiento de los datos. Sin embargo, explicó que el perfil mayoritario de personas ingresadas por coronavirus son pacientes mayores con patologías crónicas previas, si bien, y a diferencia de otras épocas de la pandemia, no se están derivando hacia las UCI.
En Canarias hace una semana había 372 personas ingresadas en los hospitales de las islas con COVID. Este viernes la cifra ha subido a 458. Es decir, los ingresos han aumentado algo más de un 20% en siete días.
En las UCI se ha pasado de 17 ingresados el viernes 1 de junio a los 21 de hoy. Esto supone algo más del 4% de las camas de toda la comunidad, lo que se traduce en una situación de circulación controlada, excepto en Tenerife, que está en riesgo bajo. La tasa de ocupación de camas UCI por cada 100.000 habitantes se asciende a 1,01 camas y todas las islas se encuentran en circulación controlada, salvo Gran Canaria y Tenerife, que están en riesgo bajo.
La Incidencia Acumulada a 14 días para el único grupo etario que se contabiliza (mayores de 60) se sitúa en 1.548,11 casos por 100.000 habitantes, y a los 7 días, en los 864,71 casos. Una semana antes era de 1.233 y 677 casos, respectivamente. Sanidad informó este jueves de que esta cifra suponía un aumento del 28% con respecto a la semana anterior. La mayoría de las islas ascienden en este indicador a riesgo alto, como el conjunto de la comunidad, excepto Fuerteventura y La Palma que se mantienen en nivel de riesgo medio.
Mucha fiesta y pocas restricciones
El aumento de positivos en las islas, como en el resto del país, coincide con el final del curso escolar, con el regreso de los eventos masivos como conciertos y con la vuelta de las fiestas multitudinarias, como la reciente celebración de los Carnavales en Santa Cruz de Tenerife, hace dos semanas, y los Carnavales de Maspalomas y de Las Palmas de Gran Canaria. Además, la agenda está llena de citas populares para las próximas semanas, como la romería de San Benito, en La Laguna, este mismo domingo, las próximas fiestas de Santiago en Tunte y Gáldar, las fiestas del Carmen en muchos municipios, o ya más adelante, La Rama, en Agaete, entre otras muchas por toda la geografía isleña.
Como en los dos veranos anteriores, los contagios aumentan también porque, en general, hay más movilidad y reuniones sociales por el bien tiempo.
Por ahora el Gobierno de Canarias no considera que la situación en las islas requiera de nuevas restricciones, pero en la reunión del Consejo de Gobierno de este jueves acordó subir a la isla de Tenerife al nivel 2 de alerta sanitaria dada su presión hospitalaria. En ese nivel solo se encuentra Gran Canaria; el resto de islas, en nivel 1. Sin embargo, hay que recordar que eso no se traduce en nuevas restricciones para la población, ya que los niveles solo evalúan si la situación es de circulación controlada, que sería el más bajo, o bien de riesgo bajo, medio, alto o muy alto.
Donde sí ha puesto el foco el Gobierno regional es en la vacunación. Su portavoz, Julio Pérez, reconoció que se aprecia “cierta relajación” en el seguimiento de los programas de vacunación, por lo que insistió en que los puntos establecidos para vacunar se mantienen en todas las islas. Además, como ya hiciera la ministra Carolina Darias hace una semana, volvió a recomendar el uso de mascarilla en lugares poco ventilados y donde haya aglomeraciones de gente.
Según la Consejería de Sanidad, hasta este miércoles se han administrado 4.405.819 dosis de la vacuna contra la COVID y se ha inmunizado a 1.793.528 personas. Esto supone el 85,50 por ciento de la población diana, un porcentaje en el que se encuentra estancado el proceso desde hace meses.
En la población infantil, menos de 40% de los menores ha sido inmunizado con la segunda dosis.
¿Séptima ola?
Aunque el ministerio de Sanidad ha evitado hablar de séptima ola, sí ha reconocido el incremento de casos. Otros organismos sí han avisado de que España está inmersa ya en ella. Los últimos datos de contagios publicados por el Ministerio de Sanidad el martes señalan un aumento de la incidencia, una tasa de ocupación hospitalaria del 9,56% y del 5,73% de UCI en todo el país.
La ministra de Sanidad ha reconocido que “hay una expansión de los sublinajes que son más transmisibles, pero hemos visto que Portugal ha experimentado semanas atrás este mismo crecimiento que no se ha traducido en un incremento la gravedad. En las UCI seguimos con una ocupación estable y aunque ha habido un incremento de las hospitalizaciones estamos intentando estudiar las diferencias que hay entre los ingresos por COVID-19 y con COVID-19”.
Este escenario de UCI no saturadas ha sido posible gracias a la vacunación y al uso de los tratamientos que están evitando que la enfermedad evolucione de leve a grave con una eficacia del 80%. No obstante, y pese a ello, Darias ha pedido a la población usar el “sentido común” a la hora de ponerse las mascarillas en espacios interiores.
“Estamos en una expansión del virus pero no está aumentando la gravedad, por lo que es necesario que los ciudadanos adopten decisiones adecuadas sobre el uso de mascarillas, recordando que hace efecto barrera que impide la transmisión del virus. Lo importante es disfrutar de una vida plena pero con prudencia, estamos en un momento de festividades y hay que celebrarlas en base a las recomendaciones sanitarias que están al alcance de todos”, ha detallado Darias.
Por otro lado, y respecto a la administración de la cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus, la ministra de Sanidad ha insistido en que se aprobará su uso generalizado en el momento en el que lo aconsejen los expertos y ha informado de que, previsiblemente “y con toda la prudencia”, podrán estar disponibles en septiembre las vacunas adaptadas a las nuevas variantes, si bien primero las tienen que presentar las compañías farmacéuticas y ser aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés).
Los hospitales canarios, una excepción este verano
La COVID-19 actual ha variado mucho respecto a las primeras olas. Entonces, hace ya más de dos años, colapsó las UCI y los fallecidos se contaban por centenares a diario en todo el país. Más tarde, con la llegada de la vacunación, se logró reducir la cifra de muertos para, después, también aliviar las UCI. Pero mientras eso ocurría los centros de salud y las urgencias se veían sobrepasadas por la cantidad de casos que llegaban y que no requerían de ingreso. El colapso de las UCI se había trasladado a la Atención Primaria.
Ahora, ese panorama se va a ver agravado de nuevo por la llegada del verano, cuando muchas comunidades no repondrán las plantillas durante las vacaciones e incluso cerrarán camas hospitalarias. En este caso, Canarias es una de las pocas excepciones, ya que contratará para este período a 1.700 profesionales sanitarios de refuerzo y de diferentes categorías, entre los que se encuentran los de enfermería, medicina, auxiliares o celadores.
El Sindicato de Enfermería (SATSE) denunció esta semana que la “falta de previsión e incapacidad” de las administraciones sanitarias van a convertir los hospitales del país en una auténtica “bomba de relojería” estas fechas “al tener previsto cerrar 8.600 camas cuando la repercusión de la séptima ola de COVID-19 es cada vez mayor en los centros y sus profesionales están totalmente saturados, exhaustos y sobrecargados”. En Canarias, sin embargo, no hay previsto el cierre de ninguna cama.