El 44,6% de los habitantes de Canarias corre el riesgo de sufrir pobreza o exclusión, una tasa que dobla la media de la Unión Europea (23 %) y que coloca a las islas a la cabeza de España en este problema social.
Casi 13 millones de personas, el 27,9 % de la población, se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social en España en 2016 (345.000 personas menos que en 2015), pero la pobreza ha aumentado en general, ya que hay colectivos que no mejoran, según el último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN).
El séptimo Informe Anual sobre el Riesgo de Pobreza y Exclusión Social 2017 hace una radiografía, con datos oficiales de 2016, del impacto de la pobreza con el indicador Arope -el índice de referencia en la UE que se sitúa en el 23 %- que tiene en cuenta los ingresos familiares, las carencias materiales y la baja intensidad del empleo.
En España, un total de 12.989.405 personas están en riesgo de pobreza, es decir, cumplen con al menos uno de los tres requisitos: tener ingresos inferiores a 684 euros (una persona) y 1.700 (una familia de 5 miembros), sufrir carencia material severa (retraso pago vivienda, no tener vacaciones, TV o teléfono) y baja intensidad en el empleo (un trabajo de menos de 2 horas).
Un millón de personas se encuentran en la peor situación económica y social posible, ya que sufren los tres factores (el 2,1 % de la población).
Las personas adultas jóvenes (16-29 años) tienen la tasa más alta, con un 37,60 %, (36,4 % en 2015), seguida de la infancia, con un 31,7 % (33,4 %); la más baja, los mayores de 65 años, con un 14,4 % (13,7% en 2015).
Las personas que viven en hogares con menores tienen tasas de hasta 30 puntos porcentuales más elevadas que las de aquellas que viven en hogares compuestos sólo por adultos.
Más de la mitad de las familias monoparentales con 1 o más niños a su cargo están en riesgo de pobreza.
El informe destaca que incluso las personas que tienen trabajo pueden situarse en ese nivel de pobreza, que son el 14,1 por ciento de los trabajadores.
“Existe un nuevo pobre que hace cola en el supermercado, no es solo el que pide en la calle”, ha advertido el autor del informe, Juan Carlos Llano, quien ha explicado que la recuperación es asimétrica (no todos los grupos sociales crecen igual) y una gran desigualdad territorial.
Las tasas de Arope más altas (con mayor riesgo de pobreza y exclusión) están en Canarias -44,6 %- Ceuta -41,9 %- y Andalucía -41,7 %-, mientras que las más bajas corresponden a Navarra -13 %-, País Vasco -17,6 %-, La Rioja -17,4 % y Cataluña 17,9 %.
También se sitúan por encima de la media nacional, Castilla-La Mancha, con una tasa de riesgo de pobreza del 37,9 %; Extremadura, con 35,8 %; Murcia, con 34,8 %; Valencia, con 30,5 %, y Melilla, con 29,3 %.
Por debajo de la media, están Galicia, con 25,4 %; Cantabria, con 24,6 %; Castilla y León, con 23,2 %, Madrid, con 21,7 %, Baleares, con 19,1 %; Aragón, con 18,7 %, y Asturias, con 18,5 %.
La situación es extremadamente delicada para el 6,4 por ciento de la población, 2,9 millones de personas, que viven en situación de pobreza severa, es decir, en hogares cuyo ingresos por unidad de consumo es inferior a 342 euros al mes (4.104 al año).
“Es preocupante que las personas en situación de pobreza, las primeras en sufrir la crisis, sean las últimas en notar la recuperación; son las primeras en recibir el impacto y las últimas en recibir las bondades de la recuperación”, ha dicho el presidente de EAPN en España, Carlos Susías.
Ha recordado que España se comprometió en la Estrategia Europa 2020 a reducir entre 1.400.000 y 1.500.000 el número de personas en riesgo de pobreza.
Susías plantea “adoptar no sólo medidas para que la situación de pobreza sea revertida, sino también políticas sociales y una estrategia firme y general con el objetivo de erradicar la pobreza”.
Ha lamentado que la mitad de las pensiones -4,7 millones- están bajo el umbral de la pobreza (inferiores a 684 euros mensuales).