Los sucesos de Sardina del Norte en 1968 marcaron un antes y un después en la lucha del movimiento obrero en Canarias. Las familias de más de 100 personas salieron a la calle a reclamar por sus derechos después de que la empresa SATRA, dedicada al asfalto de carreteras, decidiera despojar de su salario a los empleados de la empresa y dejar a muchos hogares sin ingresos ni ayudas. Los trabajadores se organizaron, crearon una comisión obrera, recaudaron dinero y participaron en una jornada festiva en la Cala de Martorell de Gran Canaria el 15 de septiembre de 1968 para decidir cómo continuar las movilizaciones.
Pero la Guardia Civil recibió un chivatazo, y se presentó en el lugar preguntando por los cabecillas de la organización. A pesar de las amenazas, los manifestantes caminaron hacia la playa de Sardina. Allí les esperaron más guardias civiles y el comandante empuñando un arma disparó. Hubo dos heridos graves y 50 detenidos. Las mujeres de estos, como gesto de protesta, se encerraron en la catedral de Las Palmas. Un mes más tarde, un Consejo de Guerra condenó a los 25 encausados por delitos de “rebelión militar” e “insultos a las Fuerzas Armadas”. Las penas de cárcel eran de entre 1 y 11 años. Y los encarcelados fueron trasladados a la Península para cumplir la condena.
Comisiones Obreras ha decidido conmemorar este movimiento enmarcado como “un hito” para la organización sindical. No solo para el ensanchamiento de la clase obrera en el Archipiélago, sino también para “la lucha de las libertades y la democracia en Canarias y España”.
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