Los centros educativos de Canarias están afrontando estos días jornadas de extremo calor en infraestructuras que no están adaptadas, en muchas ocasiones obsoletas, sin aislamiento térmico y con falta de espacios de sombra o sin cubiertas en los patios. Es el diagnóstico que realiza la comunidad educativa, que pone de relieve las condiciones en que el alumnado y el profesorado viven estas intensas jornadas, aumentando el riesgo para la salud. En Canarias se están soportando temperaturas por encima de los 35 grados e incluso rozando los 40, además de una intensa calima en pleno mes de octubre. El instituto IES Magallanes en San Isidro, Granadilla de Abona, ha convocado para este martes una manifestación en la puerta del centro y una huelga para denunciar “la falta de recursos y de espacios que se ven agravados por la actual ola de calor, incluyendo la falta de ventilación”.
“No contamos con aulas suficientes, tenemos una obra, de cuatro aulas, que tenia previsto finalizar el pasado 30 de septiembre de 2022 y que sigue sin ser terminada. No contamos con sombra ni en el recreo ni en la única cancha. Las ratios de cada curso no están siendo respetados y se tiene como aula principal aquellas instalaciones no destinadas para ello”, sostiene el sindicato de estudiantes Libertad 27.
Varios centros de Gran Canaria solicitaron la pasada semana suspender las clases presenciales y pasar al modelo telemático, una medida que desaconsejó la Inspección Educativa y que de momento descarta la Consejería de Educación, que asegura que se está trabajando en un protocolo para mitigar los efectos del calor. (Finalmente, este martes Educación reculó y decidió suspender las clases para el miércoles 11 de octubre y el viernes 14).
Algunos centros (no llega a la treintena) y en especial los de las zonas del sur, disponen de aire acondicionado en las aulas, aunque el IES El Tablero I, denunció hace unos días que varias clases no cuentan con aire y que el alumnado de Bachillerato, que imparte clases en otro centro contiguo, lo hace en condiciones precarias debido a la obsolecencia de este centro; el Enrique Jorge. Por ello, el Consejo Escolar de ese centro reclama un plan para mejorar las instalaciones, un protocolo de actuación ante situaciones climatológicas adversas y ejecutar un nuevo aulario.
La Federación de AMPAS de Gran Canaria (Fapa Galdós) ha reclamado este lunes una batería de medidas entre las que se incluye un informe sobre el estado de las infraestructuras educativas o que el Servicio Canario de Salud derive a personal sanitario a los centros educativos afectado mientras dure la ola de calor.
Así mismo, reclaman otras medidas como consensuar un análisis de la situación y elevar informe a las administraciones responsables; que las instituciones pongan en marcha una transferencia extraordinaria de fondos a los centros escolares para alquiler o adquisición de carpas para los patios que carezcan de sombra; equipos de refrigeración; e incrementar fondos para suministro de agua y/o hielo.
Abogan además por diseñar una planificación temporal de los contenidos didácticos programando actividades y materias (por ejemplo, en las clases de Educación Física) adaptadas a las capacidades de la comunidad educativa en situaciones de calor extremo.
¿Suspender las clases?
Las AMPAS rechazan la suspensión de clases ante la ola de calor al considerar que esto afectaría a la conciliación de las propias familias. “Mandar al alumnado a casa no puede ser la solución, salvo que sus familias también sean liberadas de su obligación de acudir al trabajo”,señaló en un comunicado el presidente de esta federación, Sergio de la Fe.
Los sindicatos mayoritarios en la enseñanza pública de Canarias, ANPE y STEC-IC, sí consideran que como medida puntual y en especial en aquellas zonas donde se están soportando temperaturas más altas sí que debería plantearse la suspensión temporal. “Sería prudente que en los sitios donde hay temperaturas desacostumbradas se suspendan provisionalmente las clases”, señala Gerardo Rodríguez, del STEC-IC, que añade que en esos centros hay personas que tienen problemas de salud y son más vulnerables a estas temperaturas.
Pedro Crespo, de ANPE, también sostiene que su sindicato por carácter general apuesta por la presensialidad, pero cree que la suspensión de clases debería ser una medida puntual y al igual que existen protocolos cuando hay alerta de lluvias hay que activar otro por calor en la misma línea. No obstante, al igual que STEC-IC cree que hay que ir al problema de fondo y denuncia que gran parte de las canchas de los centros escolares no se encuentran techadas, lo que supone un mayor riesgo para la salud tanto en las actividades deportivas como en los propios recreos.
Por un lado, abogan esa suspensión de clases de manera puntual y si las posibilidades del centro lo determinan ANPE también apuesta por la enseñanza online para no perder las clases. “En momentos puntuales, como es este caso que desde la semana pasada se sabía”, recuerda Pedro Crespo. “A corto plazo, en determinados centros hay que posibilitar de suspender las clases puntualmente” y “a medio plazo, incluirlo en los protocolos de los planes de contingencia”, añade.
Las propuestas sindicales ante el cambio climático
El sindicato STEC-IC defiende que durante el periodo de exposición pública de la Ley de Cambio Climático de Canarias expuso una serie de medidas en materia educativa. Recuerda que el Archipiélago es un territorio muy vulnerable y que ya estamos apreciando los efectos. Gerardo Rodríguez señala que en las Islas hay más de mil centros educativos y que es una oportunidad que los fondos europeos se destinen en mejorar sus infraestructuras y en que se produzca una transición energética en ellos, con apuesta por la fotovoltaica, por ejemplo, o por los huertos urbanos.
Defiende que es necesario dotar a los centros educativos de zonas de sombra, a ser posible vegetal o que se acometan obras de aislamiento térmico. También solicitan que se regule el teletrabajo y que reuniones o claustros que se realizan por la tarde puedan realizarse de manera telemática.
El portavoz de STEC-IC también aboga por otras medidas ante el cambio climático como que haya contenedores de separación de residuos así como que la educación ambiental sea transversal.