El presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez, junto con la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Mari Pino Torres, agradeció la solidaridad de los más de 200 voluntarios, que este sábado por la mañana comenzaron las tareas de limpieza en Fataga, una de las zonas afectadas por el Incendio de Pajonales.
Dirigidos por miembros técnicos de Foresta, Fundación Canaria para la Reforestación, los voluntarios centraron su esfuerzo en recoger cañas y ramas del Palmeral Verde y el Barranco de Fataga, en el municipio sureño de San Bartolomé de Tirajana, que fue el más afectado por el fuego, ya que perdió hasta 7.400 hectáreas de suelo, de las 16.000 hectáreas que se quemaron en total.
Su alcaldesa aprovechó el encuentro para reclamar al Gobierno de Canarias las ayudas prometidas a los afectados y manifestó su malestar por las acusaciones, que desde la Institución autonómica, se han vertido a las corporaciones locales. Torres explicó que es totalmente falso, que desde el ayuntamiento no se haya entregado toda la información provechosa, para facilitar la entrega de las ayudas económicas a las víctimas del fuego. “Es vergonzoso y deprimente que acusen a otros de sus errores” puntualizó Torres.
En este sentido, el presidente del Cabildo, opinó que al Gobierno de Canarias le ha faltado celeridad y que al recurrir a los ayuntamientos para recabar información, y no al Cabildo, “se equivocó”. Juan Salvador León, consejero de Medio Ambiente del Cabildo, que también participó en las tareas de limpieza, añadió que la Institución insular ya ha concedido las ayudas de emergencia que prometió y ya ha rehabilitado hasta 40 viviendas afectadas por el incendio.
José Miguel Pérez explicó como voluntario que no sólo se trata de dinero. “La reforestación es una tarea conjunta, donde juega un papel crucial la formación y preparación, a través de técnicos y profesionales”. Además, subrayó que “es imprescindible conocer lo que ocurrió para evitar que vuelva a suceder, para ello los servicios de extinción de incendios y seguridad ofrecerán charlas a las localidades que lo deseen”.
Pérez aclaró que ya se dejó atrás la fase de detener y apagar el fuego, lo que costó mucho, ahora se trata de poner las bases para que no se vuelva a repetir. “Y si se repiten que nos coja preparados e igualmente fuertes”, precisó en referencia a la limpieza de las zonas verdes.
En cualquier caso, el consejero auguró que la naturaleza nos demuestra día a día que es muy sabia y nos dará una lección magistral de regeneración. “Si no fuera así, contamos con un banco de semillas en el Jardín Canario, que dispone de todos los endemismos de Gran Canaria” explicó.
Este primer proyecto de recuperación se enmarca de un Plan de Acción Integral, marcado por Foresta, que incluye una zona quemada, la del Barranco de Fataga, y un lugar que se salvó de las llamas, el Palmeral Verde. Según Sergio Armas, gerente de la Fundación, “es necesario limpiar también, porque todos los ciudadanos tenemos que comprender que no sólo se trata de regenerar y reforestar la zona quemada, sino de ayudar a la naturaleza para el embate de un próximo fuego porque con un lugar verde limpio, el fuego no avanzaría como la pólvora”.
Voluntarios honoríficos
Tanto el presidente del Cabildo, como la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, fueron nombrados voluntarios honoríficos por el presidente de Foresta, Claudio Alonso. Este nombramiento quiere reconocer la coordinación y la labor política que ambos desarrollaron durante la desgracia, cuando un 27 de julio se puso en riesgo Gran Canaria. “Una isla pequeña que cuenta con más de la mitad de los endemismos de España y es una de las 15 regiones del mundo con más diversidad natural del planeta” explicó Alonso.
El acto de este sábado contó con el esfuerzo de los voluntarios, la confianza del Cabildo grancanario y el ayuntamiento sureño, la profesionalidad de los miembros de Foresta y el aporte económico de las empresas Domingo Alonso, Grupo Flick y Global, que forman parte de la Fundación, entre otros.