La Policía mantiene un grupo en exclusiva para investigar la desaparición de la joven Sara Morales, de la que se cumplen este miércoles dos años, pero por el tiempo transcurrido cobra fuerza la hipótesis de que “pudo haberle ocurrido algo serio a la niña”, según el comisario del caso, Ignacio Badenas.
“No hay ninguna prueba, ningún testigo, ningún indicio, ningún dato fiable que nos haya podido conducir a esclarecer” el caso, ha afirmado este miércoles Badenas, comisario de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Las Palmas, en una entrevista.
Sara Morales, de 14 años, desapareció el 30 de julio de 2006 tras salir de su casa en el barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria, para dirigirse a pie a una cita con un amigo de su edad, que le gustaba, en el centro comercial La Ballena. No se ha vuelto a saber nada de ella.
Tras reconocer que se trata de un “caso atípico”, el comisario Ignacio Badenas sostiene que es “muy probable” que Sara Morales “se haya ido en contra de su voluntad” y no descarta que la menor aparezca con el tiempo, como ha habido otros casos de menores en España.
¿Cómo van las pesquisas?
Después de dos años de desaparición de Sara Morales las pesquisas obviamente han cambiado; en el inicio había una multitud de líneas de investigación, muchas hipótesis e información que se ha ido depurando y ahora hemos reducido muchas líneas por descarte. Se han comprobado todas y cada una de las miles de llamadas que se han recibido y ahora estamos trabajando en unas pequeñas líneas de investigación que de momento, por desgracia, no han dado sus frutos.
¿Pero dos años de trabajo policial y nada en concreto no desaniman?
Los ánimos obviamente no son los mismos que al principio, que teníamos mucha información. Hace un año cambiamos parte del equipo para renovar las ideas, el personal, por si a alguien se le ocurría algo nuevo. Tenemos un equipo en exclusiva trabajando solamente en ese caso, compuesto por cinco funcionarios de la Brigada de Policía Judicial y dos de la Unidad Central de Madrid, durante 24 horas todos los días del año, pero por desgracia no hay ninguna prueba, ningún testigo, ningún indicio, ningún dato fiable que nos haya podido conducir a esclarecer el asunto.
Un caso sin testigos, sin pistas, sin indicios. ¿Eso es normal en el trabajo policial?
Pues no, no es normal. Ese día era un día típico de ese día, pero muy difícil para trabajar a nivel policial. Era un domingo cuando ella salió de su casa, a las cuatro de la tarde, hacía mucho calor y por la calle no había prácticamente nadie. De hecho, se ha llamado puerta por puerta a todos los vecinos del recorrido que hizo de su casa a La Ballena, donde llegó, pero nadie la vio, nadie se asomó al balcón. Ningún coche pasó, se ha hablado con los conductores de guaguas y nadie, nadie, nadie vio nada. Eso dificulta mucho; sin testigos es difícil saber qué es lo que ha podido ocurrir. Este es un caso atípico porque lo normal es que siempre se encuentre a alguien que pueda decir que la vio, o el de la guagua, o el de la tienda. Y más atípico que no haya aparecido.
¿Después de tanto tiempo cuál es la hipótesis de lo que pudo pasar?
Nosotros hacemos el trabajo por probabilidades. Los datos apuntan que la probabilidad de que se haya ido voluntariamente es mínima, es decir, que es muy probable que ella se haya ido en contra de su voluntad. Con el tiempo que ha pasado también existe la probabilidad de que pueda haber pasado algo grave, lo que aumenta a medida que pasa el tiempo, pero nunca descartamos nada porque ha habido casos de que han aparecido personas desaparecidas durante cuatro, cinco, siete u ocho años, tanto en España como en Europa. Por el cálculo de probabilidades y la experiencia, lo que más pesa es que pudo haberle ocurrido algo serio a la niña.
Usted suele decir que la realidad siempre supera a la ficción.
Es que es verdad. Nuestro trabajo diario nos ha dado ejemplos. A veces lo que nunca podemos imaginarnos que ha podido pasar pues pasa y supera lo que podamos ver en las películas. Por eso nunca descartamos nada.
Pero esos casos conocidos en Europa (Natascha Kampusch, etc) parece que no van con el talante criminal español.
Pues no. Ha pasado también aquí. El año pasado apareció una chica que llevaba diez años desaparecida. Cuando apareció dijo que no quería decir lo que había hecho, pero que cuando tenía 16 años se fue con un adulto y no dijo ni adiós a su familia.
¿Se va a olvidar la Policía de Sara?
No. El Cuerpo Nacional de Policía tiene en Canarias un grupo que es pionero, que trabaja en exclusiva para un solo asunto. Lo importante es esclarecer el hecho.