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La Consejería regional insiste en la necesidad de aumentar la hidratación en verano

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha editado 3.000 carteles, 100.000 abanicos, 150.000 folletos, 25.000 tarjetas fotosensibles y 500 cometas que se distribuyen en más de 1.100 puntos de información de toda Canarias entre julio y agosto en el marco de su campaña de prevención de la salud en verano. En los distintos folletos se informa sobre los riesgos asociados al periodo estival y recuerda la importancia de aumentar la hidratación, especialmente entre los sectores más vulnerables como los niños y ancianos.

La Campaña Verano y Salud 2008 de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias -a través de su Dirección General de Salud Pública- hace especial hincapié en la necesidad de hidratarse y protegerse del sol y aporta recomendaciones para prevenir los efectos negativos de las altas temperaturas.

Sanidad insiste en que en verano las necesidades de hidratación aumentan: las altas temperaturas hacen que se sude más que durante el invierno y por eso es necesario tomar más líquidos, ya sea en forma de bebida u otros alimentos ricos en agua, como sopas frías, frutas y verduras.

El ser humano es agua en más de un 50%. Una proporción que varía en función de la edad, peso y sexo -cuanto mayores nos hacemos y más pesamos, menos proporción de agua tenemos-. El organismo humano no almacena el agua, por lo que el cuerpo requiere que se le aporte la cantidad que pierde cada día a través de distintas funciones: respiración, sudoración y evacuaciones, entre otras.

En concreto se necesitan unos tres litros de agua diarios, cuya proporción se reparte entre la ingesta de agua y los alimentos que se toman. Alrededor de un litro y medio lo proporcionan entre 6 y 8 vasos de líquidos, que pueden ser agua, zumos, refrescos y batidos, por ejemplo. El resto de líquido puede lograrse gracias a los alimentos: las frutas y las verduras tienen un alto contenido de agua -casi el 85% de su peso es agua-, así como la carne y el pescado -con valores que oscilan entre un 50 y un 70% de agua-.

Los ancianos y los niños son quienes más tienen que controlar sus niveles de hidratación durante la época estival porque ven alterado su mecanismo de la sed. Los niños, porque no siempre piden bebidas cuando tienen sed. Y los ancianos, porque tienen menos agua corporal que en etapas anteriores de la vida.

Consejos de salud para un verano saludable.

- Evitar la exposición prolongada al sol, especialmente al mediodía, y usar siempre filtros solares con factor de protección superior a 30, especialmente en el caso de personas de piel blanca. Los niños menores de tres años no deben exponerse nunca directamente al sol.

- Beber líquidos con frecuencia, sin esperar a tener sed, y no ingerir bebidas alcohólicas ni refrescos con cafeína o muy azucarados.

- Si está tomando medicamentos, cerciorarse de que éstos no son incompatibles con la exposición al sol: la piel se vuelve más sensible y podrían producirse quemaduras graves. Algunos medicamentos, potencian los efectos del calor.

- Usar ropa fresca, amplia, de fibras naturales, y de colores claros y protegerse los ojos con gafas de sol homologadas. La cabeza debe estar también cubierta con gorras o sombreros, a todas las edades.

- Ser prudente con los baños de mar y con los deportes acuáticos, evitando los saltos en piscina o en aguas poco profundas, y vigilar a los niños en las piscinas o playas y protegiéndolos con flotadores o salvavidas adecuados, si fuera necesario.

- No hacer ejercicio ni trabajos pesados en horas de calor. Si se hace deporte, mantenerse hidratado y respetando siempre la señalización de las zonas deportivas, recreativas o de baño.

- Hacer una alimentación más ligera, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales, pescados, y carnes poco grasas en lugar de otros alimentos más grasos o azucarados. Recordar que el calor estropea antes los alimentos. Mantenerlos a temperatura adecuada (menos de 6 grados o más de 70) y nunca a la temperatura ambiente

- Vigilar especialmente a los ancianos que vivan solos. Llamarlos con frecuencia y controlando que su casa esté aireada y fresca y que ingieran agua aunque no tengan sed.

- No conducir nunca bajo los efectos del alcohol.

- Ante cualquier síntoma de malestar como piel seca, calambres prolongados, dolor de cabeza, o confusión, refrescarse la cabeza y pedir ayuda llamando a emergencias en el 112.