Defensa no frena la búsqueda de los dos militares del helicóptero desaparecidos

El Ministerio de Defensa no tiene intención por el momento de paralizar la búsqueda de los militares que siguen desaparecidos en el mar ni de los restos del helicóptero del SAR pendientes de rescatar del fondo del Atlántico, y de hecho ha subido de 3,2 a 5 millones de euros el crédito disponible para abonar los trabajos que realiza la empresa Phoenix International Holding a 37 millas náuticas de Gran Canaria, según señalaron fuentes oficiales y como acredita el anuncio de rectificación del contrato publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado. Las tareas de identificación de los cadáveres extraídos el lunes y de los restos humanos dispersos hallados horas después prosigue, mientras en la Base Aérea de Gando se ensaya el emotivo homenaje que se prepara para las víctimas del accidente registrado el 19 de marzo pasado.

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias desmintieron a las 21:30 horas de este miércoles, hora canaria, que haya finalizado el procedimiento de identificación de los dos cadáveres rescatados el pasado lunes, cuando el helicóptero se partió por la mitad durante la operación de izado, ni de los restos humanos hallados por el robot submarino en la madrugada del martes y señalaron que en el Ministerio de Defensa y el Ejército del Aire existe una gran irritación después de que algunos medios dieran por hecho el nombre de dos de las víctimas, sobre cuya identidad no existe todavía confirmación oficial. Después del inesperado desenlace del lunes, cuando el helicóptero se fracturó y se produjo la pérdida en el mar de dos cadáveres, Defensa y el Ejército del Aire han blindado el acceso a cualquier dato del rastreo, de la investigación en curso y también del proceso de identificación de los restos humanos.

Es fácil deducir que este hermetismo guarda estrecha relación con las dramáticas horas que viven las familias, cuya devastación emocional se disparó el lunes cuando, tras el optimismo que se les trasladó sobre la inminencia de un rescate completo y con éxito, cayó sobre ellas al anochecer la terrible noticia del desmembramiento de la nave bajo el agua y la pérdida en el mar de dos cadáveres. El hallazgo posterior de nuevos restos dispersos en el mar y la obligada espera por las complejas pruebas para poder certificar la identidad de las víctimas ha convertido la semana en un infierno aún peor que el mes previo que ya habían soportado las familias desde la caída de la aeronave al mar.

La Base Aérea de Gando, que ya había iniciado el lunes los preparativos de actos fúnebres en honor de los cuatro militares caídos, tiene ya totalmente ensayadas las honras, “muy emotivas”, que se rendirán en memoria del capitán Daniel Pena, los tenientes Carmen Ortega y Sebastián Ruiz y del sargento Carlos Caramanzana. Pero los actos no tienen fecha ni la tendrán, mientras no se avance en la identificación de las víctimas y prosiga la búsqueda. Este miércoles se especuló con que se produzcan el viernes o el sábado. Pero también sobre este dato está siendo muy cauta la Delegación del Gobierno en Canarias, dada la complejidad de la identificación, la evidencia de que aún quedan restos por encontrar en el mar y el respeto a las familias de los militares fallecidos en el accidente.

Las corrientes

Pero las especulaciones prosiguen y las fuentes oficiales se esmeran en intentar poner freno a los rumores, entre ellos la suposición publicada en algunos medios de que el rastreo que aún prosigue en el mar el robot submarino Remora II iba a verse interrumpido en cuestión de horas por causas meteorológicas, algo que también ha desmentido extraoficialmente la Delegación del Gobierno.

Algunas tesis apuntaban la hipótesis de que el robot ROV Remora II no pudiera manejarse en los próximos días por un cambio de corrientes.Un experto en Oceanografía consultado este miércoles ha negado que se espere ningún cambio significativo en las condiciones del mar, que “ha estado estos días como un plato y a juzgar por los indicios, así seguirá”.

El especialista señaló que solo una gran tormenta podría cambiar esa situación y que no hay ninguna previsión de ese tipo. Tampoco existe previsión de cambios sustanciales en las corrientes marinas en el área de búsqueda, por más que se trate de una zona de remolinos ciclónicos habituales (grandes masas de agua en movimiento circular).

Según los datos recabados, tampoco las corrientes fueron determinantes en el desgraciado percance que provocó el lunes la fractura del helicóptero durante su izado y el desprendimiento parcial de la cabina que causó la pérdida de dos cadáveres. Algunas fuentes aseguran que este hecho se produjo cuando, siguiendo un procedimiento habitual durante la fase de izado, desde el barco se cambió una grúa por otra en la fase de ascenso, algo que es habitual en este tipo de operaciones. De hecho, cualquiera que observe la superficie del barco EDT Ares que lleva y dirige las operaciones del Remora II puede comprobar que el buque dispone de varias grúas de porte y tamaño muy diferentes.

Aunque para este tipo de rescate se bareman multitud de factores exógenos, entre ellos la presión del mar en aguas profundas, las corrientes submarinas e incluso el viento, en la medida en que pueda afectar a la estabilidad del barco, y aunque la meteorología se definió ese día como “no idónea”, el lunes no solo no se temía una fractura, sino que se daba por hecha la finalización con éxito de toda la operación a última hora de la jornada. El desprendimiento de parte del fuselaje en medio de la operación truncó, sin embargo, las expectativas de gran optimismo con que desde el propio Mando Aéreo de Canarias y la Delegación del Gobierno se esperaba el remate de la operación.

Entre tanto, Defensa publicó este miércoles en el BOE un anuncio que corrige el publicado el pasado lunes, mediante el que eleva de 3,2 a 5 millones de euros el crédito disponible para financiar el trabajo de la compañía Phoenix, en la hipótesis de que la búsqueda se prolongue. Esta hipótesis se basa en el empeño de Defensa de encontrar los cuerpos de todos los militares fallcidos, pero también en finalizar el rescate completo de la nave, para poder averiguar con exactitud qué causó el accidente. “Hay que investigarlo para que no vuelva a suceder”.

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