Eliminar la conocida como tasa rosa es aún un reto en Canarias. Basta con darse un paseo por distintos supermercados para comprobar que un mismo producto que realiza la misma función para hombres y mujeres, a ellas les resulta más caro por el simple hecho de que determinadas marcas entienden que están dispuestas a pagar más. A pesar de que continuamente se pone a esta comunidad autónoma como ejemplo en avance hacia la eliminación de este gravamen, lo que en realidad aprobó el Gobierno de Canarias el pasado año a propuesta de Podemos es eliminar el IGIC (el equivalente al IVA) a productos de higiene femenina tales como compresas y tampones. La medida supuso un punto de inflexión en el sentido de que el tema entró en la agenda política, pero aún quedan muchas barreras por resolver.
Reducir el 3% de IGIC que se cobraba a los productos de higiene femenina supone en la práctica un ahorro de apenas unos céntimos para las mujeres. Sin embargo, según reconoció en octubre de 2017 la consejera de Hacienda, Rosa Dávila (CC), para las arcas públicas implica que se dejen de recaudar 220.000 euros, algo “poco relevante desde el punto de vista presupuestario, pero muy importante para las mujeres”, subrayó. La diputada de Podemos María del Río resalta que la medida fue muy celebrada, aunque insiste en que este fue solo un paso y que, en realidad, queda mucho por hacer. Para los presupuestos del año pasado, este grupo pidió que se incluyeran también las copas menstruales y las compresas ecológicas, en las que ese 3% menos de IGIC se podría notar aún más. Sin embargo, esta enmienda no fue aceptada.
Un año después de la medida, el Gobierno no ha hecho ningún balance, de momento, sobre su impacto. Por ello, desde el grupo Podemos ya se han formulado dos preguntas por escrito y se va a pedir una comparecencia para abordar el asunto y saber hasta qué punto se ha aplicado bien, para que el beneficio llegue realmente a las mujeres. A la formación morada le preocupa que ocurra como con los descuentos de billetes de avión, que a pesar de que se ha aprobado una reducción del 75% en los vuelos entre la Península y Canarias, los precios de los billetes siguen siendo desorbitados, especialmente en algunas fechas. “Nos preocupa mucho que ese dinero se lo queden las empresas”.
Productos “para ella”, más caros
El estudio más reciente sobre la tasa rosa en toda España es el realizado por FACUA, que comparó hasta siete marcas de maquinillas de afeitar, teniendo en cuenta la diferencia de precios que se produce en el mismo producto destinado a hombres (caracterizado principalmente por el hecho de que el envoltorio suele ser azul) y otros a mujeres (cuyo envoltorio suele ser rosa). El informe concluyó que las maquinillas destinadas a ellas son un 1,71% más caras.
Si damos un paseo por supermercados de Canarias se aprecia también esta diferencia de precios entre mismos productos y sus versiones entre hombre y mujer. Muchas veces la diferencia no se aprecia solo en el precio, sino en que en los paquetes de maquinillas vienen menos unidades en el que a priori va destinado a mujeres que en los que están enfocados a hombres, a pesar de costar lo mismo o incluso más.
Las maquinillas son solo un ejemplo, pero las diferencias de precio pueden apreciarse en otros productos de higiene como champú, desodorantes, cremas depilatorias (diferencias de hasta un euro) o incluso productos destinados a niños y niñas. El mercado presupone que ellas están dispuestas a pagar más, perpetuándose así los roles de género con alto componente machista, al dar por sentado que es un gasto que las mujeres tienen que asumir porque la industria quiere que se preocupe más por su apariencia física. Patricia González, integrante de la Red Feminista de Gran Canaria, señala que otro componente que se debe destacar es precisamente que los productos destinados a hombres o a mujeres sigan estando definidos por el color azul o rosa, lo cual también genera estereotipos. Considera que se trata de un hecho constatable más, que ayuda a construir una sociedad machista.
La diputada María del Río recuerda que incluso en las peluquerías muchas veces las mujeres pagan más que los hombres por un corte de pelo, lo mismo en tintorerías… Señala que no se pueden poner desde las administraciones públicas medidas que lo prohíban por la Ley de libertad de mercado, pero añade que sí que se puede no favorecer con dinero público a las empresas que apliquen la tasa rosa y aclara que también se podría beneficiar a las empresas que no hacen discriminación de precio en sus productos por sexo, reconociéndolo públicamente.
Del Río también subraya que es necesario elaborar unos presupuestos con perspectiva de género y afirma que en esa senda ha venido trabajando desde 2015 su grupo parlamentario, presentando enmiendas en ese sentido. De cara a los de 2019, trabajan ya por el mismo objetivo.